miércoles, 7 de enero de 2009

Mi potrillo tordillo de Atahualpa Yupanqui

En la esquina del potrero estaba echado mi tordillo
como esperando a la muerte pa' descansar un ratito,
las quijadas medio mora sentecau y como un vicio
entre las vistas cansadas de tiempo, sol y caminos
le enredaban el paisaje los zumbos del mosquerio.

Malaya, triste destino los caballos argentinos.

Yo andaba emparvando un pasto cuando freno con gran ruido
un camion lleno de fletes, zainos, bayos, ruanos, pintos.
El hombre me oferto plata pa' llevarse mi tordillo
le dije: "No, muchas gracias"."Pa que lo quiere", me dijo,
"si ya no sirve para nada y yo le pago ahora mismo
y en vez de que muera aqui que muera en el frigorifico".

Malaya, triste destino los caballos argentinos

Le di las gracias de nuevo por no voltearlo de un chirlo
despues atine a decirle: "Siga nomas su camino,
dejelo al flete que muera la muerte que el ha elegido,
en su cielo y su paisaje, en su tierra y su camino
ande termina el alambre y empiezan los espinilos".

Malaya, triste destino los caballos argentinos.

No tenga miedo ni pena mi viejo potro tordillo
que a usted no lo lleva naide pa'l lado de los frigorificos.
Me voy a quedar medio solo cuando usted se me haiga ido,
despues que lo haiga enterrao voy a plantar un arbolito
Una sombre pa' la sombra del recuerdo de un amigo,
sera como verlo cerca,como tenerlo conmigo
en su cielo y su paisaje en su tierra y su camino
ande termina el alambre y empiezan los espinillos.

Malaya, triste destino los caballos argentinos.

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