sábado, 3 de enero de 2009

Herencia pa`un hijo gaucho de José Larralde

Si me permite templar y no se muestra impaciente,
si me deja que me asiente y no me saca apurau,
capaz que dentro al pasau y llego hasta el presente.
Nací como nacen todos, sangre del mismo color,
desnudo como una flor, doledor, porque es el modo,
no tuve más acomodo que mi forma de dormir.
Y fue que al ir y venir, por caminos del olvido,
me enteré como al descuido del derecho de vivir.
De coplas que ayer canté se dijeron muchas cosas,
algunas alabanciosas, otras llenas de ponzoña,
cada una tiene su roña, pero el dueño las ve hermosas.
Recuerdo en una mateada, conversamos medio largo
y usted sabe que de encargo no me gusta decir nada,
el burro da la patada cuando lo cree necesario.
Sé que a muchos no les gusta que no me quede callau
entre el silencio y gritar, me quedo con el que grita,
si la tropilla es nuevita, no uses badajo trabau.
No importa que alguno piense que me amontono en decir,
tan sólo pienso en seguir, no quiero estarme parau,
tengo un trazau, lo tranquearé hasta morir.
No vaya a pensar jamás que porque es gratis respiro,
hay quien vive a los suspiros, yo no aprendí a suspirar.
Cuando tengo que llenar mis pulmones pa' gritar,
no lo puedo asujetar, ni tampoco lo he intentau,
prefiero morir ahugau que echar el grito pa' atrás.
Y antes de que enmudezcan las cuerdas de mi sentir,
yo le quisiera decir ansí, como a la pasada:
"las sumas de unas restadas y los puntos de unas 'i'
y jamás se vaya a creer que grito pa' estar de moda".
Todo bagual se acomoda cuando dentra a garugar,
pero jamás lo han de hallar al pingo de mi sentir
echando el anca al sufrir, o rajando al aguacero,
lo que no aguante mi cuero hasta el güeso se ha de hundir.
Mientras usted sacude el mate y saca la yerba del tarro,
yo via' pitar un cigarro tanto como pa' un descanso
y esperar que este humo manso me vaya cuartiando el carro.
En ocasiones pasadas, cuando yo supe pionar,
si me habré puesto a viajar entremezclau con el humo,
por eso que cuando fumo se me da por cavilar.
Cuantas veces d'iba al pique, a jornalear en la arada,
con la maleta pelada o allá en el ferrocarril,
si habré geteau un brasil entre chatas de la estrada.
"Golondrinas", nos llamaban a los peones de ocasión;
golondrina o pobre peón viene a ser la misma cosa,
con quincenas perezosas, una pala y un pinzín.
En un confín la esperanza y en otro la ingeniería,
en un confín la porfía de hacer las cosas mejor
y cada tanto un señor que llegaba y suspendía.
Yo pensé más de una vez: "el señor culpa no tiene,
si a la empresa no conviene tener peones efectivos",
pero en casa yo qué digo cuando el chifle se nos viene,
la panza nunca entendió que pa' peón hay diferencia
y eso es lo triste, paisano, el hambre es un gusano
que hace perder la paciencia.
Lo malo es cuando uno olvida estatutos, regla o ley,
tiene quilates de buey, el que cincha no se queja,
toda cosa se hace vieja, el tiempo es tiempo y es rey.
De mecánico también he trabajau, de oficial,
pero cuando iba a arreglar, me pagaban como peón
y como el chifle era peor, me las tuve que aguantar,
un día me les cabrié y me pelié con un jefe
y en esos teje y maneje, y pa' no embarrarla más,
me las tuve que tomar con la cola como un eje.
Y vuelta otra vez a nada, buscando un triste conchavo,
me recorrí todo el pago y en la estancia La Pelada
me tomaron pa' la arada y pa' sembrar en lo arado.
Recuerdo como si viera las melgas que allí corté,
si viera con qué placer desparramé la semilla
y así esperamos la trilla con un tal vez por después.
Hablau de pampa sin eco, cosa que no conocí,
de la barreta que hundí quedó el retumbe en el cerco,
y hasta el bufido del puerco se hace un canto para mí,
tal vez por sentirlo así hago charcos en lo seco.
Y hablau de pampa sin eco, cosa que no conocí,
lindo es meterse terrón adentro,
como dentrau las nubes en aguacero,
galopear las distancias del pensamiento
por la huella caliente del surco abierto,
arrimarle el hocico, pa' oler el suelo y sentir
que se mete conciencia adentro.
Comprender que la vida no tiene dueño porque viene del tiempo,
de limpio ceño, arañar las espaldas de los potreros,
verteriando jornadas de sueños nuevos.
Qué lindo es meterse terrón adentro
y regar con la lluvia del propio aliento
y pensar que no pude, por eso pienso,
que no puedo enterrarme con el silencio.
Si maduran los trigos, florece el alma
y el que siembra se pudre y el dueño canta.
La mentira es mentira, pa' qué negarla,
de la cola del chancho no salen chauchas.
Las verdades, verdades, abarcan grande
y no tienen patrones pa' que las manden.
La conciencia de lo macho, cuando patea,
se averija de adentro sin que se vea,
no se curan los bichos de las heridas,
con caliostro aguachiento e' vacas paridas.
Ni te engordan consejos por aliviarte,
con un plato bien lleno te moris di hambre.
En la mesa del pobre no habría complejo
si sobrara galleta, pa' qué consejo.
No se entienden razones por muy sensatas
cuando el frío te yela y andás en pata,
ni se abrigan promesas de regalones,
las promesas se nutren de los sobones.
P'ta, ¡qué lindo es meterse terrón adentro,
se me tiemblan las manos cuando lo pienso,
se me encalla en el alma un sollozo lerdo!
P'ta, ¡qué lindo sería llegar a viejo,
pa' servirle de abono con más derecho!
Yo, yo que usé de palenque mi propio sueño
no consigo el olvido de los recuerdos,
ni tampoco maniarme con el presente.
Lo que pasa en mis otros vive latente,
hay recuerdos que lloran y otros que cantan,
los que duelen, me duelen, los otros pasan.
Los que pasan, no pasan por olvidarlos,
ni siquiera la muerte puede acallarlos.
Yo que usé de palenque mis propios sueños,
aprendí que olvidando no se va lejos.
Se me encalla en el alma un sollozo lerdo
¡qué lindo sería llegar a viejo
pa' servirle de abono con más derecho!
Disculpe que me le fuí pa' un lao, que ni yo pensaba.
Todo comienza y se acaba, o mejor dicho se alarga
y así se estiba una carga que a veces ni se soñaba.
Por eso voy a tratar de enganchar el re menor
y volver a lo anterior, si es que la mente me ayuda,
cambielé la cebadura y arrímele otro tizón
y ansí anduve un tiempito gozando de la vidurria,
guiso de oveja y la angurria de hacer hectáreas a chorro,
pero cuando vino el cobro empezaron las penurias.
Del vale del capataz, al vale del encargau
y al pueblo con el recau pa' cobrar en la oficina.
Después el hijo, la prima y la nuera del cuñau,
más problemas en la escuela pa' cobrar dos pesos locos
todo comienza de a poco pa' que uno vaya engranando
uno se queda pensando y el otro se lleva el toco.
Así supiera la ley las trampas del potentau,
las noches que me he pasau a mate amargo y galleta,
por no mirarle la jeta al oreja del encargau,
si hasta parece mentira que por un mísero ascenso
el que ayer dormía entre lienzos y te hablaba como hermano
tan solo estrecha tu mano pa' ver si traés algo adentro.
Dende chico me gustó ser libre, pa' qué negarlo,
no sé si podré explicarlo, pero tuve un corazón;
jamás titubié pa' darlo, eso sí, jamás cedí cuando tuve una razón,
pa' todo hay explicación y pa' todo sentimiento
la verdá es el alimento que al alma regala Dios.
Cada uno sabe en su adentro cuánto debe y cuánto no,
cada uno tiene una voz que cada uno ha de escucharla,
que el que quiera apagarla será esclavo en su interior.
Pa' todo bien hay un mal y pa' todo mal un bien,
cada cual en cada quien pone su mano o la quita,
todos en la misma cita nos vemos y nos ven,
por eso ha de ser, tal vez, que el hombre piensa y repiensa,
por eso es que no hay quien venza el miedo de nunca ser.
Equivocau al no ver que toda luz es conciencia,
todo vivo o todo muerto, sin mitades todo soy,
todo amanezco en un hoy y todo amaneceré con un ayer
y un después que será por lo que doy.
La noche me dió por noche y el día me dió por día
y me puse en la porfía de lo que me toca dar,
tal vez por analizar comprendí cuánto debía.
Si el canto me dió su canto y el sol me brindó su abrigo,
si hasta el perro en su ladrido me dió razón de que existo,
todo lo andado y lo visto son cosas que van conmigo.
Cuánto te debo, mi Dios, cuánto me diste al criarme
y si un día he de cansarme, será porque no entendí,
porqué el día que nací, otros se morían de hambre,
"equilibrio natural", dicen algunos que saben.
Tal vez, cuando esto se acabe nacerán otros sabihondos,
pero yo escarbo en lo hondo y no consigo ubicarme,
no entiendo porqué ha de haber tanta cosa que no entiendo.
Porqué se vive sabiendo que nunca se ha de saber,
profesía que al nacer se dictamina muriendo,
estoy vivo pa' los muertos y pa' los vivos no sé.
Tal vez a usted no le importe las cosas que yo he pasao.
Tal vez de puro educao me soporte el argumento,
pero si piensa que es cuento, se vá a hundir en el pecao.
Tengo cosas pa' historiar, como el libro más mentao,
algunas las he pasao, otras he visto pasar.
En cosas de rilatar estoy bien autorizao,
Dios me puso en esta huella y Dios me enseñó a versiar,
él me enseñó a ricordar y a mirar pa' los costao,
pero si me he equivocao, la culpa es mía nomás.
Ya más le quiero aclarar, pa' su sentir y su criterio,
que me larguen los peros y me muerdan los garrones,
seguiré con mis razones hasta el mismo cementerio.
Tal vez mi última morada sea en algún nubarrón
o si consigo el perdón y Dios me hace la gauchada,
en mis pampas fachinadas dormirá mi corazón.
Y el día que clave la guampa y mi cuerpo se agusane,
que se desgrane la espiga de mi osamenta,
sólo Dios me hará la cuenta, porque a él le entrego mis vales.
Por eso, mi hijo, la herencia que yo le pueda dejar,
si es que le llega a quedar de mis deudas un haber,
si no las quiere perder, Dios se las ha de administrar.
A lo mejor queda un saldo de errores que cometí,
si llegara a ser ansí, no tenga empacho en decirlo,
tal vez llegue a maldecirlo si me quisiera encubrir.
No niegue mi voluntad por más que adentro le duela,
encubrir es mala escuela, por eso la estoy negando,
si yo viví equivocado no quiero ser sanguijuela.
No sé si podré dejar algo que pueda servir,
sé que no puedo parir por haber nacido macho,
pero no olvide muchacho que yo ayudé con servir.
Por eso mi hijo repito que consejos no le doy,
el canto que canto hoy y el canto que ayer canté
mañana lo cantaré de puro criollo que soy.

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