miércoles, 21 de enero de 2009

El Estribo de Agustín A. Lopez

Solo, al verte jubilao, estás sin tu compañera
que jue siempre la estribera viviendo a vos abrazao.
En la vitrina o colgao -según grado de importancia-
en un museo o la estancia te ha guardado algún paisano,
porque sumó al artesano que se supo dar prestancia.

¡Qué lujos se dio el platero filigranando a buril!
ya de frente o de perfil dende'l tiempo del brasero,
En suela, el talabartero, se lució en las iniciales
¡y qué trabajos manuales!cuando de aspa se te hizo
cosas que yo sintetizo: en joyas artesanales.

De fierro y algún metal creaciones en el primero
a veces, de aquél herrero dando vida'l material.
Pero el indio jue genial porque con poco se ideó
lo que luego el gaucho usó como juera el de pichico,
simple, livianito y chico y "pampa" se lo llamó.

Con cuero doblao también estribando ansí con eso
que hizo el trabajo del güeso a dos dedos y muy bien.
De cajón, que no se ven, de madera y bien labraos
los "trompa 'e chancho" llamaos, por último los pateros,
que'n la mano de sogueros terminaban retobaos.

¡Y qué hermosa tu función! que's ayudar a subir
y al apiarse, permitir evitarse un revolcón.
Además ¡qué sensación! de estar sereno y altivo
cuando montao, yo percibo que de verme'n un apuro,
allí me siento seguro usando bien el estribo.

Al no poderte alcanzar en un tronco o alambrao
atracan al ensiyao muchas veces pa' montar;
pero hay quien te suele usar como número tercero
y te guarda bajo el cuero pa' que naides vea la treta,
escondiendo tu silueta porque no sos del apero....

A mí me gusta estribar casi, casi con la punta,
y bien pareja la yunta cuando termino 'e cinchar.
Y ya pronto pa' montar es allí cuando recibo
ese beso sugestivo que a diario me da mi "amada"
tras la última chupada del amargo del estribo.

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