miércoles, 7 de enero de 2009

Estación de vías muertas de Luis Domingo Berho

Estación vieja y deshecha que fuiste una romería,
cuando era todo alegría pa los tiempos de cosecha.
Hoy parece que te pecha el mancarrón del olvido,
quién sabe por dónde han ido bolseros y capataces,
hombres fuertes y capaces que pa siempre se han perdido.

Ya no se ve ni un linyera pal lao del embarcadero,
ni una estiba con letrerode una firma cerealera.
Ya por tu enorme tranquera no dentra ninguna chata,
el carrero no desata su famosa caballada,
ni descarga en la planchada las bolsas por la culata.

Ya no hay muchachas bonitas paseando por el andén,
que iban a esperar el tren en las lindas tardecitas.
Contra tus vías limpitas no se estrella el sol radiante,
y en esa quietud constante de las ruinas que allí quedan,
ya ni se mueve la rueda de tu molino gigante.

El cambista no camina con la blusa azul aquella,
ni la máquina resuella con su aliento de neblina;
ya no están en la oficina ni el jefe ni el auxiliar,
ya no se oye repicar el telégrafo tampoco,
y los gorriones, de a poco,han terminao por copar.

Tu señal está tranquila,tus galpones carcomidos;
en esos rieles dormidos ya no hay vagones en fila.
No se ve ninguna pila sobre tu playa desierta;
tu campana no despierta y es su badajo oxidao...
¡un lagrimón olvidao llorando una vía muerta!

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