martes, 31 de marzo de 2009

PIMPOLLO Letra: Julián Zini / Música: Mateo Villalba

Pimpollo quiero hablarte y a solas,
porque quiero más que decirte cosas,
mostrarme por adentro.
Pimpollo de mi alma, yo sé
que tu silencio más que palabras lindas,
necesita un espejo;
si bien yo soy tu padre y eso me da derechos,
sé que a tu edad no valen algunos argumentos,
que sobran ciertas frases y hace falta el ejemplo.

Por eso me conformo, con que me creas sincero.
Claro que yo debiera ser más amigo,
tengo que estar mas cerca tuyo,
de vez en cuando al menos
y sobre todo ahora Pimpollo en este tiempo
en que tu sangre joven busca su derrotero
y se te van los ojos al país de los sueños,
y se quedan tus manos para escribir recuerdos,
ahora que en mi alma también hay algo nuevo,
algo que no quisiera decirte, que son celos...

Porque sabrás Pimpollo que aunque no lo demuestro,
y aunque dé la impresión de estar solo en los besos,
me preocupan tus pasos y te sigo de lejos.

Si supieras las noches que te pienso y te pienso,
lo hablamos con tu madre, la pobre, según veo,
vive más el problema, sufre tu crecimiento,
da vuelta con Uds. y lleva todo el peso de la casa,
yo a veces parezco un forastero y es que
Yo fui educado de otra forma, otro tiempo.
Te mentiría si te digo que no temo,
si al no hallar las palabras muchas veces me muerdo
y me trago las ganas de contarte mis miedos.
Porque los hombres somos así. ¡De carne y hueso!.

Pimpollo, ¡somos luz y sombra al mismo tiempo!.
Llevamos en nosotros algo así como un fuego.
¡Una chispa sagrada madre de tanto Incendio!.
Uds. las mujeres en cambio, llevan dentro un manantial sagrado.
Y es que Dios mismo ha puesto
en el cántaro tibio de sus hermosos cuerpos
el agua de la vida, un grandioso misterio
por eso es que te pido, o mejor te recuerdo.

La vida es un camino que tenés que recorrerlo,
acordate que abundan los entretenimientos.
¡No juegues con la vida!, ¡cuidado con el fuego!
No quiero que te quedes mirando mis defectos,
ni quiero que me busques en los rostros ajenos.
Tenés que preocuparte de hallar tu compañero,
que ya dejó a los suyos y viene hacia tu encuentro.
Salí de vos, te invito a que hagas un esfuerzo.
Larga esos colibríes que hay en tus ojos nuevos.
Y recorré horizontes, ándate hasta otros cielos.
Conocé otros paisajes, si es tuyo el universo,
llénale de preguntas al río, al sol y al viento,
habla con los caminos, te dirán lo que vieron.
Son mis viejos amigos y te irán repitiendo.
Los que buscan encuentran.

No te apures que hay tiempo y es cierto,
es mi experiencia lo poquito que tengo
que le gané a la vida, mirá alrededor nuestro,
nada se hace de golpe la dicha es un secreto,
hace todas las cosas a su debido tiempo,
ya vas a ver Pimpollo que hermoso es todo eso,
tendrás ganas de darte y es que podrás hacerlo,
porque para ese entonces ya volverás
sabiendo que el amor
solamente el amor da derechos.

Pero el amor Pimpollo, recordalo, no es ciego,
tiene luz en los ojos y te sirve de espejo,
te toma de la manos y lo sentís adentro,
entrecerrás los ojos y estás tocando el cielo,
perdóname Pimpollo, me inspiro y me voy lejos,
no sé si es el cariño o estoy quedando viejo,
debía y no sabía como serte sincero,
ya vez quise mostrarte como estas aquí adentro
y ahora que ya di y dije lo que padezco y siento,
quisiera regalarte dos cosas:
Una, el riesgo de equivocarte
La otra una frase, un secreto:
Ama y haz lo que quieras
¡Pimpollo yo te quiero!

Todo el amor que te dí de Argentino Luna

Creía pertenecer a tu mundo y a tus cosas
Y no sabía que ceremoniosamente lejos estaban
Todo lo tuyo no pertenecía
A ese mundo que tanto yo soñaba
Que alegre me sentí con tus cabellos
Con tu rostro que mis manos inundaba
Pero vinieron palomas y cortaron el vuelo
Que en tus sueños yo estrenaba
Quizás mejor así para no verte
Certeramente lejos a la distancia
Son tan chicas mis cosas en tu mundo
Que hoy yo sé que lo mío no te alcanza
Solo tengo un montón de rimas tontas
Una angustia de amor en la palabra
Unas ganas tremenda de quererte
Y un adiós prendido en mi guitarra.

Todo el amor que te di
Hoy te lo vengo a quitar
Como yuyo del jardín
Así te voy a arrancar
Y si es que ahora sufrís
Se que me vas a olvidar.

No siento pena por ti
Para que te he de engañar
Ya encontrarás por ahí
Otro ser con quien jugar
Yo buscaré para mí
Otra reja ande cantar.

Si es que algo mío te queda
Niña lo puedes guardar
El que busca otro camino
Nada tiene que llevar
Mejor las manos vacías
Por lo que pueda encontrar.

Puedes decir si querés
Que yo no te comprendí
Y si te pones en juez
Hechame la culpa a mí
Pero no digas a nadie
Todo lo que yo te di.

Y si es que llego a cruzar
Por tu camino otra vez
Tú te tienes que olvidar
Lo bien que me conoces
Como una lluvia de enero
Así yo tengo que ser.

Mire que es lindo mi país, paisano de Argentino Luna

Mire que es lindo mi país paisano,
si usted lo viera como yo lo vi,
un cielo limpio repartiendo estrellas,
la madre tierra acunando el maìz.

Viera que lindo es su país paisano,
los cuatro rumbos que le conocí,
si usted lo quiere como yo lo quiero
cuando lo conozca me dirà que sì.

Viera que es lindo este país paisano,
venga conmigo y no me mire así,
si le han vendido una postal de afuera
mire primero lo que tiene aquì.

Viera que es lindo este país paisano,
rompa el boleto ese que tiene ahí,
la tierra sufre si la abandonamos,
yo que usted lo pienso y me quedo aquì.

Viera que es lindo mi país paisano,
si usted lo viera como yo lo vi,
entenderìa el por què le pido
lo que le pido cuando canto asì.

Apenas si soy cantor de Argentino Luna

SI alguien me pide que cante, me vuelvo caminador
porque pienso que el cantante que canta lo que otros piden
es muy probable que olvide su oficio de sembrador,
a mi me gusta cantar cuando algo me quema el pecho
pero cantar sin derecho, sin razón y sin porqué
es algo que yo no sé a pesar que otros lo han hecho,
el aplauso suele ser halagador ¡ah razón!
pero tanta reunión y aplaudir tanta tonada
que el aplaudido gozaba lo pobre de su canción.

Al cantor no hay que pedirle el tiempo que va a durar
hay que dejarlo volar y escucharlo calladito
molestarlo es un delito que usted no puede pagar.

Las ansias de ser famoso otra razón puede ser
hay quien pagaría por ver su nombre en letras doradas
pero al no estar bien pegadas el tiempo las hará caer,
cuando yo vivía en mi pueblo entre el mar y la montaña
a mi madre escuchaba cantar canciones sencillas
qué hermosa que era mi vida cuando mi madre cantaba,
esa si era cantora, ni guitarras precisaba
cuando mi madre cantaba en el calor de la fiesta
todo el campo era una orquesta que su voz acompañaba.

Hoy cuando escucho a un cantante cantar canciones de aquellas
yo que ando sus mismas huellas buscando lo verdadero
les aseguro, caballeros, le pido perdón a ella,
unos graban un disquito y se sienten profesores
ya no son los cantores que con el canto lloraban
al tener suerte se engañan y ya se creen unos dioses.

Si tienen ganas de cantar piensen lo que van a hacer
no se vayan a creer que la cosa es tan sencilla
de la bolsa canastilla pero hay que hacerlo caer.

Hoy que vivo entre cantantes yo les puedo asegurar
que es dificil aguantar la vanidad y la fama
hasta héroes de la cama buscan para hacerse nombrar.

Y ya los dejo señores pero les pido un favor
si por ahí algún señor les pregunta por mi oficio
díganles que así lo he dicho apenas sé cantar yo.

Tiempo adentro de la siembra de Luis Landriscina

Un hombre camina solo tiempo adentro de la siembra
esta paseando su angustia sobre su vida de tierra
que son las pocas hectáreas de esa chacra pura penadon
de siempre tuvo algo que vino aguarle la fiesta
Unas veces las heladas que vinieron tempraneras,
otras veces fueron plagas, otras lluvia y otras seca,
la cosa es que nunca tuvo cosecha que fuera buena
Ahora es otoño en su vida, esa vida que se seca
como esta seca la chacra culpa del sol que la quema
Hoy ya no sabe que hacer, se pasea y se pasea,
los ojos mirando lejos como añorando su tierra
o mirando en años mozos cuando a estas playas viniera,
porque a veces algo ayuda el recordar cosas viejas.

Pensar en cuando llegó, una mañana serena
amanecer de ilusiones que iluminaron su senda
para que encuentre un arado y se olvide de la guerra,
Ilusiones que anduvieron caminando en tierra suelta
cantando junto a su dueño con cada gota de siembra,
ilusión que hecha capullos le permitió que intentara
traer a la que esperaba en un pueblito de Europa para ser su compañera
Y al poco tiempo llego la tímida Federenca,
pelo rubio y ojos claros que apuntalaron la siembra
iluminando aquel rancho con su menuda presencia
Llegó la gringa y la chacra parecía estar de fiesta
Aparecieron cortinas y hasta mantel en la mesa,
cantaron mejor las aves al ver que llegó una dueña
Y tuvo otro gusto el pan que amasara por las noches
en ese andar de impaciencia porque la gringa era arisca
para andarse con pereza.

Y a todo le puso el lomo sin preguntar cuanto pesa,
y así pasaron seis años persiguiendo la cosecha.
Mas lo bueno dura poco y la pobre cayó enferma.
El gringo desesperaba sin saber como atenderla,
temblando la llevó al pueblo cuerpeándole
a la picada su sendero de culebra,
y sin medir el cansancio de aquellas sus pobres bestias
entró al galope en el pueblo como a ganarle a la muerte
una vida en la carrera.
Y en esa misma volanta mensajera de cosechas
muy triste por la picada llorando trajo sus penas,
porque se volvió muy solo sin la pobre Federenca
que se quedó para siempre debajo un poncho de tierra
Iba llegando a la chacra y en el rancho creyó verla
repitiendo esas palabras que al morir ella dijiera

- Cuidá la chacra José, trabaja y nunca la vendas.
Y allí comenzó a vivir las cuentas de su existir en un rosario de penas
porque además de faltarle su tan guapa compañera
el destino desde entonces le mezquinó las cosechas.
Por eso camina solo bajo aquel sol que lo quema
como queriendo en su andar gastar el surco
hasta hundirse para siempre en esa tierra
como queriendo encontrar junto a perdidas cosechas
La figura angelical de su buena Federenca
para seguir siempre juntos caminando de la mano
tiempo adentro de la siembra.

Novio oficial de Héctor Gagliardi

Mirá ya estoy aburrido
De hacerte el novio Leonor
Si ya juré por mi honor
De que seré tu marido
No veo por qué motivo
Cada vez que te visito
Me encuentro:Al sur tu papito
Al oeste tu mamá
Al este el tío Tomás
Y al norte con tu hermanito.

Cuando yo me animo a hablar
Para decir que te quiero
Tu tío que fue bombero
Me lo vuelve a recordar
Tu padre lo hace callar
Para hablarme de camiones
Tu mamá de los riñones
Tu hermano de River Plate
Y vos, y vos en ves de animarte
Te pican los sabañones.

Cuando te agarro las manos
Tu madre te da el tejido
Si quiero hablarte al oído
Empiezan con: piano, piano...
Tu padre con el toscano
Sabiendo que yo no fumo
Me ametralla con el humo
Tu tío con otro incendio
Y tu hermanito en el medio
Jugando al oficio mudo.

Si no hay que podar la higuera
Me toca arreglar la radio
O la luz del cuarto baño
O pintar la pajarera
Cuando no es la chimenea
El timbre de la cancel
El domingo fui a comer
Me hicieron rayar el queso
Y yo no voy para eso
Lo tenés que comprender.

Cuando dije de ir al cine
Se descolgó tu familia
Pegados como estampilla
Por temor de que me arrime
Y pagué pa' que se aviven
Entrada, bombón, helados
Y cuando estuvo apagado
En lugar de tu carita
Le di un beso en la perita
Al bombero jubilado.

Tu madre ya fue a mi empleo
A preguntar cuánto gano
Y anduvo por todo el barrio
Averiguando si juego,
si trasnocho, cuánto debo
vida, conducta, Moral
la cuestión es que al final
por culpa de tu mamita
Hasta los pibe me gritan
Salute novio oficial.

Tu padre, tu padre que fije fecha
Tu tío que compre muebles
Tu madre lunes y jueves
Me muestra la ropa hecha
Tu hermano me tira flechas
Disfrazado de Cupido
Y me grita en el oído
La dirección del civil
Ni que fuese perejil
Para andar tan repetido.

Si este es el panorama
Que me ofrecen de soltero
Cuando me case me muero
De un síncope a la semana
Así que abrí la ventana
Que tu amorcito se vuela
Que no es Teodoro Portela
Quien te dará su apellido
Y andá, andá a buscarte un marido
Que aguante la parentela.

A las once menos cuarto de José Larralde

Estoy en esta mesa rota, destartalada y vieja,
pensándolo mejor, hecha pelota,
que cuando afirmo los codos, se me queja,
la remendé con una tabla crota,
pero agarro la viola y me da oreja,
miro el cielo en rebanadas
tras las rejas de una ventana chota,
y acomodo la vida en una nota...
que no siempre me sale muy pareja.

De muy temprano me anda dando vueltas
el angelito de decir las cosas,
capaz que por ser tantas no me sale...
ni una frase rasposa.

El mate que me dio, le dio en la rabia
de verme atragantado y medio harto,
cachó un papel que acomodó en la prosa,
y me lo dio, a las once menos cuarto.

Tu corazón dirá lo que haga falta,
por lo demás, 'no puedo', es un pretexto,
'te quiero mucho', me puso, y más abajo:
'la negra',y aquí estoy, haciendo esto.

No sé si a mucha gente le interese que sea tan sincero,
se puede hacer un verso desde el hueso,
con un simple...te quiero.

El caballo que no tuve de José Larralde

Al caballo que no tuve yo le llamaba distancia
pero distancias hallé y ahí mi caballo no andaba
entonces yo comprendí que se llamaba esperanza
fiero pa` hallarlo en el campo caballito de la nada.

Yo mismo le hice recáu con cueros de mi nostalgia
y unos estribos de nuncas y un cojinillo de lágrimas.
en un clavo en la pared tenía colgada una manta
que la tejí de ilusiones y bordabas de palabras
las veces que me tapé con aquella vieja manta.

Cada invierno fue una rosa que el tiempo me regalaba
recogí el sol de la escarcha reflejáu en la mañana
y lo até a los cuatro vientos de mi imaginada manta
pa`que luciera orgulloso mi caballito esperanza.
Pal caballo que no tuve, macetié guasca por guasca
del cuerro de un ventarrón de esos que no tiene alma.
Con la argolla que el rocío le hace a la luna temprana
hice un lazo livianito como pa` apialar un ánima.

El cabresto y el bozal se los quité a una calandria
porque soñé que a mi flete con un silbo le sobraba
me hice un rebenque de trébol con iniciales de plata
que saqué de un arroyito entre piedritas de nácar
todo pa` que mi caballo no ande mezquinando alzada
y hasta he cortao una flor pa` ponerle como marca.

Pero pasaron los años, y nunca llegó esperanza
caballito que no tuve, ya no importa tu tardanza
las pilcha, las pilchas las regalé y ya no me queda nada
a quién le pongo un racáu con cojinillo de lágrima
y una manta de ilusiones y bordada de palabras
esas misma que no tuve pa` defenderte esperanza
cuando andabas a lo lejos y te llamaba distancia
y hoy, y hoy que ya te recorrí, no me ha servido de nada
si hasta te usé pa` morir desde adentro de mi alma
por tener un corazón y por llamarte esperanza.

Esa porfiada fé de José Larralde

Cuando la bronca me baja por las manos,
una vez y tantas veces,
y una baba procaz se cuaja en mis orgullos,
me estalla la idiotez, y me destruyo,
desde más abajo de las huellas que me borraron
antes de nacer mis dias.

Miro pasar el aire desesperado y quieto,
quisiera que estuviera en mis pulmones,
pero me ahogo, y quiebro el último porqué,
la última noción de una derrota
que transitó la gloria de algún sueño,
de algún deseo ingenuo, muy adentro,
tan adentro que parecía miedo,
igual que el miedo a perderlo todo,
cuando no hay nada más que nada en juego.

Cuando la bronca, dije, y digo, bronca,
en el más alto anuncio del castigo
que se quedó conmigo,audaz, autoritario,
fastidioso,justamente conmigo,
que tuve fe,esa porfiada fe de dar cobijo
en el más amplio espacio de los siglos,
justamente conmigo, siento bronca.

Soy trabajador, soy el destino del hambre de mis hijos.
Ya no doy más perdón, porque no tengo,
ni sudor, ni paciencia, ni hago ritos.
Si bajaran los santos me dirían
que ya no hay domingo, porque ya no hay lunes,
y en los sitios donde nacen los callos... hay despidos.
Miro pasar el aire, desesperado y quieto,
¿dónde tengo el amor?, ¿dónde estará mi sombra?
¿cuál es este lugar donde muere esta hora?,
¿dónde estará aquel credo del que me habló mi madre?.

Cada portón que miro,
me aplasta esta cara de portón que conseguí
golpeando cada portón que ví.

¿Qué pecado mortal cometieron mis antes?,
que ha llegado hasta mi esta factura impaga.
Me someto a gastar la razón de mis dudas,
y arrebato mi sangre.
Sobre esta yaga infame que me desglosa el hueso,
y me infecta, y me traga...
Esa porfiada fe... no valió nada.

Elegia para un rajao de José Larralde

Anda moqueando el punto por el raje,
que del laburo el patrón le dio,
ya no le cabe más dolor ni ultraje,
¡que vida puta!, que lo repario...

Dicen que tiene la mujer jodida,
de comer viento se le reventó,
que de hace tiempo ya es una lambida,
ni pa' saliva, dicen, que ganó.

Por perder siempre se ganó una risa,
le dieron calle, pero se cayó
mala costumbre de juntar paliza
sin decir nunca que lo repario...

Juntó silencio como pa' un entierro,
con lo que venga siempre se arregló,
faja la vida como un pobre perro
mascando el sarro de una vieja tos,
se jugó a nada cuando habia pa' todo,
nunca hizo trampa, lo cagó el honor.

Y hay que ser macho que hoy que dobla el codo
dice bajito; 'ta que lo tiró...
anda moqueando el punto por el raje,
que del laburo el patrón le dio,
ya no le cabe más dolor, ni ultraje,
¡que vida puta!, que lo repario...

El porqué de José Larralde

Bendito el que hizo el porque
pa' disculpas de los males,
bendito el que hizo el porque
pa' disculpas de los males,
si te lo querés saber
preguntá y después contame.

Porque tengo razón
que no tengo razón,
que me falta un ojal
que me sobra un botón.
Porque sí, porque estoy,
porque no, que me voy,
porque soy, porque doy,
porque fui.

Pregúntale al disgraciado
el motivo de sus males,
pregúntale al disgraciado
el motivo de sus males,
el porque le va a salir
como chancho en los maizales.

Andá y decile al patrón
por qué no te da el aumento,
andá y decile al patrón
por qué no te da el aumento,
la pucha si lo ha estudiado
que hasta te larga contento.

Preguntale a la mujer
cuándo quiere más hombre,
preguntale a la mujer
cuándo quiere más hombre,
si te logra responder
no habrá nada que te asombre.

Es hora que andes pensando
el por qué de tu existir,
es hora que andes pensando
el por qué de tu existir,
no sea cosa que la copla
se te vuelva a repetir,
no sea cosa que la copla
se te vuelva a repetir.

El ciego del oro de José Larralde

Ahí va el ciego del oro por la sombra
que a pleno sol le nace de la mente.
Camina por la estrofa de un mañana
cantada en el silencio de lo ausente.

Y se detiene en todo de repente
y de su negación cobra lo que ama
Es el hombre de zinc que cubre el cielo
para que nadie vea las estrellas
pero deja que pasen las centellas
y la lluvia y el frío del invierno.

Y en el pecado blanco de un cuaderno
numera vencimientos y querellas.
El es legal se roba la existencia
de su propio pecunio cada día
Cuando en el banco deja su conciencia
y la caja de ayer queda vacía.

Ah, si pudiera guardar, el guardaría,
lo que tuvo que dar por su vivencia,
que experiencia tan dulce la experiencia
de romperle al del frente la alcancía.

Es el ciego del oro el que sonríe
con la sonrisa grande iluminada
con la luz del metal
y él cree que es cierto que el
que no tiene, nada vale nada.
Si sabrá de valores que prestaba
la vida le transpira olor a muerto.

Cuando muere un amigo, desespera
No puede ser que él deba morirse
Medio kilo de vida mas no fuera
Si pudiera comprar por no fundirse
Que por ciento darán por no reírse
cuando al cedro y al bronce cuando muera.

Ahí va el ciego del oro por la sombra
que a pleno sol le nace de la mente.
Camina por la estrofa de un mañana
cantada en el silencio de lo ausente.
Y se detiene en todo de repente
y de su negación cobra lo que ama.

El Berrero de José Larralde

Se llamaba quien lo sabe y de saberlo es igual
se llamaba quien lo sabe y de saberlo es igual
solía andar haciendo noche a la orilla del canal
o al pie del embarcadero aguantando el temporal.

Solía bajar de la sierra detorquiozándo un garay
con el lomo bien redondo de yuyitos de por ahi
pal daño la culebrilla o el grano que no se cai.

Pa` los dedos con uñero, traía el palampalal
pa` los dedos con uñero, traía el palampalal
pero el mejor de los yuyos que aguas abajo se van
es un berro parejito del arroyo crumalal.

Pa´ unos era el berrero, pa` otros un croto nomás
que a veces el mal agüero solía curanderiar
y más de alguna empachada alguna vez lo fue a hablar.

En aquellos años negros de los que yo puedo hablar
diez centavos de cogote eran pa echarse a bailar
y el que no tenía trabajo tenía piojo pa rifar.

Hambre lindo era aquel hambre que no dejaba pensar
uno diva pa adelante y siempre quedaba atrás
hambre lindo era aquel hambre y hace poquito nomás.

Berrito a cinco el atado pa` medio Brasil alcanza
del mostrador a un costao pa no tapar la balanza
pasaba el día sentado gorgoriándole la panza.
Cuando llegaba el invierno en de Saavedra o Pigüe
cuando llegaba el invierno en de Saavedra o Pigüe
echaba el mono en un carga de esos que ya no se ven
un salamín y un atoro, aija poncha y métale.

Salía de ajuera pa adentro por la vía espartillar
Salía de ajuera pa adentro por la vía espartillar
a veces pasaba un tiempo por cascada o más acá
o en el puente la ventura braziando un bagre al azar.

Los trenes son de nosotros y los caldenes también
los trenes son de nosotros y los caldenes también
a veces tiraban leña los fogoneros del tren
pa que calienten las patas los del sur de güanquele

Nunca `e nombrau` a mi pago ahora sí que lo nombré
Nunca `e nombrau` a mi pago ahora sí que lo nombré
tanto amagarle un halago y al final me le animé
por la leña que tiraban los fogoneros del tren.

El alpedero, la mina y su alpedito de José Larralde

Se la pasaba echado panza pa' abajo,
como sapo aplastado por una rueda ,
su viaje más osado fue la vereda
y le daba trabajo,
cataratas de mate repujaban
sus eructos de ajo.

Se jubiló de fiaca a los cincuenta,
cua'l alpedero de ombligo con pelusa,
un dia percheró una gran tifusa,
y la enchufó a sirvienta,
le hizo un pique de apuro en la cucusa,
que ella ni se dio cuenta.

Se agujereó de un infarto inmerecido
por el mate no hizo fuerza en la letrina
y el llanto que escupió la pobre mina
por su finado querido,
está en el plato vacio, en la cocina
de este asunto jodido.

Suerte que el tiempo pasa y ve la mina...
a su alpedito crecido.

La loca del bequeló de Ramón de Santiago

En la enramada de un rancho viejo,
Nido de gauchos cerca del Yí,
Guitarra antigua, tierna cantaba – Más bien lloraba
La triste historia que escribo aquí:
- ¿Sabéis paisanos, por qué ando errante
Entre estos bosques de Bequeló?
Me llaman loca; pero es mentira:
Es que no tengo ya corazón...
Venid, paisanos, venid conmigo;
Diré mi historia junto al fogón.

¿Veis mis cabellos? Eran muy negros
Más que las alas del cuervo...más...
Están muy lacios...tan blancos...blancos...
Como las flores del arrayán.
¿Veis estos ojos? ¿No tienen vida?
Pues antes puros como el cristal,
Fueron dos luces que se encendieron
En una aurora del Uruguay.
Tristes mis labios son amarillos
Como corteza del butyhá;
¡Ay! Los tenía rojos y alegres
Como el penacho del cardenal.
Allá en la loma como un calvario
Veréis ruinas y un triste ombú;
Fueron mi cuna, fueron mi estancia,
Fueron mi nido verde y azul.
Cuando yo muera, clavad, paisanos,
Bajo aquel árbol mi humilde cruz;
Que allí murieron mis dichas todas;
Allí he perdido mi juventud.

Tenía un esposo que ardiente amaba
Y un hijo bello que era mi Dios.
¡Ah que contenta perdiera el cielo
Si yo pudiera ver a los dos!
Una mañana... !Maldita sea!
Cuando esta guerra se pronunció,
Mi esposo tierno me dio un abrazo,
Llorando mucho su hijo besó,
Pálido el rostro tomó su lanza,
Montó a caballo triste, y partió.
Aún me parece lo ven mis ojos
En lejanas lomas, haciendo ¡Adiós!
¡Ay! Mis paisanos, en ese día
Perdí un pedazo del corazón...

Pasaron meses, pasaron años,
Llorando siempre, siempre peor,
Cuando una tarde que al hijo amado
De mis entrañas contaba yo
Del pobre padre, que no volvía,
La ausencia larga, su último adiós,
Cruzando campos llegó un sargento,
De su caballo se desmontó,
Y al solo rayo de mi esperanza
Estas palabras le dirigió:

¿Ves esta lanza? Fue de tu padre;
Por la divisa bravo murió:
Tómala y vamos, no te demores,
Que en las cuchillas se duerme el sol.
Llorando mi hijo me dio un abrazo,
Montó a caballo triste, y partió.
¡Ay! Mis paisanos, en esa tarde
Quedó mi pecho sin corazón.

Ya van dos veces que las torcasas
Dulces arrullan en el sauzal,
Y los boyeros, cantando alegres,
Cuelgan sus nidos del ñandubay;
Pero no he visto más a mi hijo
Desde esa tarde negra y fatal.
Allá en la loma como un calvario
Veréis ruinas y un triste ombú:
Cuando yo muera, clavad paisanos,
Bajo aquel árbol mi humilde cruz.
Esta es la historia que una guitarra
De un rancho viejo triste lloró.
¡Ay! Cuántas locas habrá en mi patria
Como la loca del Bequeló.

Pida patrón de Santos Insaurralde/ Santiago Chalar

Pida patron, no es un canto
Pida patron es un grito
Dolor simplemente escrito
Que pudo bien ser un llanto.
Rabia , pasion , desencanto
Sangrante rima que hallo
Cruda sentencia que fallo
Para el que pobre o no pobre
Por un puñado de cobres
Condene a muerte a un caballo.

Pida patron lo que quiera
Pida el galope mas grande
Pida el aliento mas largo
Pero no venda mi carne.
Pida que nade los rios
Que cruce todos los valles
Que me deshaga en la sierra
Pero no venda mi carne.

Pida que embista en mi pecho
Las lanzas que embistió antes
Pida que vuele en pedazos
Bajo el rugir del combate
Pida que enriede en mis crines
La muerte que anda en el aire.

Pida que caiga envarado
Ahogando el relincho en sangre
Pida que agote mis fuerzas
Cuando en la paz cinche y are
Para trillar los veranos
Maduros en los trigales
Pida que seque las ubres
De las yeguadas que paren
Aunque apure los potrillos
Y asi los cristianos mamen.

Pídame bota de potro
Que por mi muerte le nacen
Para salvar en la muerte
La tradición del gauchaje
Pida todo lo que quiera
Del escudo desterrarme
Cinchar las cosas mas pobres
Basta que cien orientales
Sufrir sórdido desden
Pero no venda mi carne.

Olvide que hice la patria
En mi lomo con los grandes
Pida todo lo que quiera
Pero no venda mi carne.

En esta tarde gris de Mariano Mores

Qué ganas de llorar
en esta tarde gris,
en su repiquetear
la lluvia habla de ti.
Remordimiento de saber
que, por mi culpa, nunca,
vida, nunca te veré.
Mis ojos al cerrar
te ven igual que ayer,
temblando al implorar
de nuevo mi querer.
Y hoy es tu voz que vuelve a mí,
en esta tarde gris.

Ven,triste me decías,
que en esta soledad
no puede más el alma mía...
Ven,y, apiadate de mi dolor,
que estoy cansada de llorar,
de sufrir y esperar
y de hablar siempre a solas
con mi corazón.

Ven,que te quiero tanto,
que si no vienes hoy
voy a quedar ahogada en llanto...
No,no puede ser que siga así,
con este amor clavado en mí
como una maldición.

No supe comprender
tu desesperación
y alegre me alejé
en alas de otro amor.
Qué solo y triste me encontré
cuando me vi tan lejos
y mi engaño comprobé.
Mis ojos al cerrar
te ven igual que ayer
temblando al implorar
de nuevo mi querer
y hoy es tu voz que sangra en mí
en esta tarde gris.

El hombre que sirve a un rico

El hombre que sirve a un rico
Siempre deba abrir el ojo,
Que cuando ne lo guste algo
Se ha 'i ver botado por flojo.

Si al rico le entra una espina,
Está de enfermo muriendo
Si al pobre le dentran veinte:
"Delicao te estás haciendo".

Cuando al rico le duele algo,
Se le oyen dos mil clamores;
Y cuando el pobre se enferma:
"Que sufra el pobre, que es pobre".

Cuando el pobre anda queriendo,
Viene el rico y se atraviesa;
De allá sale el pobrecito
Rascándose la cabeza.

Al rico le ponen silla,
Y al pobre le ponen banco;
Y allá queda el pobrecito,
Como tronco en medio el campo.

Si un pobre llega a una casa,
Y mates están cebando,
Milagro que le dan uno
Con los palitos nadando.

Y si un rico se ha llegado,
Por ser la primera vez,
le dice la dueña 'i casa:
"¿Se sirve mate o café?"

Si el rico va con el pobre,
Y los dos de compañeros,
Pa 'l rico hay cama tendida,
Que el pobre duerma en el suelo.

Si un pobre va a un almacén,
Uno a los otros se miran,
Y se les oye decir:
"Este viene por bebida".

Y si al rico lo ven ir,
Le sale el almacenero
Con el sombrero en las manos:
"Apiesé, pues, caballero."

Si el pobre pide una copa,
Por milagro que ha llegado,
Le sirve el almacenero
Licores entreverados.

Y si el rico le ha pedido
De los licores mejores,
Le sirve el almacenero:
"Tome, sirvasé en mi nombre."

Si el pobre ha tomao la copa,
Dicen: "Pobre borrachón".
Si el rico anda por el suelo:
"Qué alegre que anda el señor."

lunes, 30 de marzo de 2009

El Payador Perseguido de Atahualpa Yupanqui

Con permiso via a dentrar
Aunque no soy convidao,
Pero en mi pago, un asao
No es de naides y es de todos.
Yo via cantar a mi modo
Después que haiga churrasquiao.

No tengo Dios pa pedir
Cuartiada en esta ocasión,
Ni puedo pedir perdón
Si entuavía no he faltao;
Veré cuando haiga acabao;
Pero ésa es otra cuestión.

Yo sé que muchos dirán
Que peco de atrevimiento
Si largo mi pensamiento
Pa'l rumbo que ya elegí,
Pero siempre he sido así;
Galopiador contra el viento.

Eso lo llevo en la sangre
Dende mi tatarabuelo.
Gente de pata en el suelo,
Fueron mis antepasaos;
Criollos de cuatro provincias
Y con indios misturaos.

Mi abuelo fue carretero,
Mi tata fue domador;
Nunca se buscó un dolor
Pues curaban con yuyos,
O escuchando los murmuyos
De un estilo de mi flor.

Como buen rancho paisano
Nunca faltó una encordada,
de ésas que parecen nada
Pero que son sonadoras.
Según el canto y la hora
Quedaba el alma sobada.

Mi tata era sabedor
Por lo mucho que ha rodao.
Y después que había cantao
Destemplaba cuarta y prima,
Y le echaba un poncho encima
"pa que no hable demasiado..."

La sangre tiene razones
Que hacen engordar las venas
Pena sobre pena y penas
Hacen que uno pegue el grito.
La arena es un puñadito
Pero hay montañas de arena.

No sé si mi canto es lindo
O si será medio triste;
Nunca fui zorzal, ni existe
Plumaje más ordinario.
Yo soy pájaro corsario
Que no conoce el alpiste.

Vuelo porque no me arrastro,
Que el arrastrarse es la ruina;
Anido en árbol de espinas
Lo mesmo que en cordillera
Sin escuchar las zonceras
Del que vuela a lo gallina.

No me arrimo así nomás
A los jardines floridos.
Sin querer vivo advertido
Pa' no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos
Se entrampan por presumidos.

Aunque mucho he padecido
No me engrilla la prudencia.
Es una falsa experiencia
Vivir temblándole a todo.
Cada cual tiene su modo;
La rebelión es mi ciencia.

Pobre nací y pobre vivo
Por eso soy delicao.
Estoy con los de mi lao
Cinchando tuitos parejos
Pa' hacer nuevo lo que es viejo
Y verlo al mundo cambiao.

Yo soy de los del montón,
No soy flor de invernadero.
Soy como el trébol pampero,
Crezco sin hacer barullo.
Me apreto contra los yuyos
Y así lo aguanto al pampero.

Acostumbrao a las sierras
Yo nunca me sé marear,
Y si me siento alabar
Me voy yendo despacito.
Pero aquel que es compadrito
Paga pa' hacerse nombrar.

Si alguien me dice señor,
Agradezco el homenaje;
Más, soy gaucho entre el gauchaje
Y soy nada entre los sabios.
Y son pa' mí los agravios
Que le hacen al paisanaje.

La vanidad es yuyo malo
Que envenena toda huerta.
Es preciso estar alerta
Manejando el azadón
Pero no falta el varón
Que la riegue hasta en su puerta.

El trabajo es cosa buena
Es lo mejor de la vida
Pero la vida es perdida
Trabajando en campo ajeno.
Uno trabaja de trueno
Y es para otro la llovida.
Trabajé en una cantera
De piedritas de afilar.
Cuarenta sabían pagar
Por cada piedra pulida,
Y era a seis pesos vendidas
En eso del negociar.
Apenas el sol salía
Ya estaba a los martillazos,
Y entre dos a los abrazos
Con los tamaños piedrones,
Y por esos moldejones
Las manos hechas pedazos.

Otra vez fui panadero
Y hachero en un quebrachal;
He cargao bloques de sal
Y también he pelao cañas,
Y un puñado de otras hazañas
Pa' mi bien o pa' mi mal.
Buscando de desasnarme
Fui pinche de escribanía;
La letra chiquita hacía
Pa' no malgastar sellao,
Y era también apretao
El sueldo que recibía.
Cansao de tantas miserias
Me largué pal Tucumán.
Lapacho, aliso, arrayán,
Y hacha con los algarrobos.
¡Uno cincuenta! Era robo
pa' que uno tenga ese afán.

Sin estar fijo en un lao
A toda labor le hacía,
Y así sucedió que un día
Que andaba de benteveo
Me topé con un arreo
Que dende Salta venía.
Me picó ganas de andar
Y apalabré al capataz,
Y así, de golpe nomás
El hombre me preguntó:
-¿Tiene mula? –Cómo no
-le dije-. Y hambre, de más.

A la semana de aquello
Repechaba cordilleras,
Faldas, cuestas y laderas
Siempre pal lao del poniente,
Bebiendo agua de vertiente
Y aguantando las soleras.
Tal vez otro habrá rodao
Tanto como he rodao yo,
Y le juro, creameló,
Que he visto tanta pobreza,
Que yo pensé con tristeza:
Dios por aquí no pasó.

Se nos despeñó una vaca
Causa de la cerrazón,
Y nos pilló la oración
Cuereando y haciendo asao;
Desde ese día, cuñao
Se me gastó mi facón.
Me sacudí las escarchas
Cuando bajé de los Andes,
Y anduve en estancias grandes
Cuidando unos parejeros;
Trompeta, tapa y sombrero,
Pero pa' los peones, de ande.

La peonada, al descampao,
El patrón, en Buenos Aires.
Nosotros, el cu...ello al aire
Con las caronas mojadas,
Y la hacienda de invernada
Más relumbrona que un fraile.
El estanciero tenía
También sus cañaverales,
Y en los tiempos otoñales
Juntábamos los andrajos,
Y nos íbamos p'abajo
Dejando los pedregales.

Allí nos amontonaban
En lote con otros criollos,
Cada cual buscaba un hoyo
Ande quinchar su guarida,
Y pasábamos la vida
Rigoriaos y sin apoyo.
Faltar, no faltaba nada:
Vino, café y alpargatas.
Si habré revoliao las patas
En gatos y chacareras.
Recién la cosa era fiera
Al ir a cobrar las latas.

¡Que vida más despareja!
Todo es ruindad y patraña;
Pelar caña es una hazaña
Del que nació pal rigor.
Allá había un solo dulzor
Y estaba adentro e' la caña.
Era un consuelo pal pobre
Andar jediendo a vinacho.
Hombres grandes y muchachos
Como malditos en vida,
Esclavos de la bebida
Se la pasaban borrachos.

¡Tristes domingos del surco
los que yo he visto y vivido!
Desparramaos y dormidos
En la arena amanecían,
Y lo mejor soñarían
Con la muerte o el olvido...
Riojanos y santiagueños,
Salteños y tucumanos,
Con el machete en la mano
Volteaban cañas maduras,
Pasando las amarguras
Y aguantando como hermanos.
¡Rancho techao con maloja,
vivienda del pelador!
En medio de ese rigor
No faltaba una vihuela,
Con que el pobre se consuela
Cantando coplas del amor.
Yo también, que desde chango
Unido al canto crecí,
Más de un barato pedí
Y pa' los piones cantaba.
¡Lo que a ellos les pasaba
también me pasaba a mí!
Cuando yo aprendí a cantar
Armaba con pocos rollos.
Y en la orilla de un arroyo
Bajo las ramas de un sauce,
Crecí mirando en el cauce
Mis sueños de pobre criollo.
Cuando sentí una alegría;
Cuando un dolor me golpió;
Cuando una duda mordió
Mi corazón de paisano,
Desde el fondo de los llanos
Vino un canto y me curó...

En esos tiempos pasaban
Cosas que no pasan ya.
Cada cual tenía un cantqar
O copla de anochecida.
Formas curar la herida
Que sangra en el trajinar.
Algunos cantaban bien.
Otros, pobres, más o menos...
Mas no eran cantos ajenos,
Aunque marca no tenían.
Y todos se entretenían
Guitarreando hasta el desvelo.
Por áhi se allegaba un máistro,
De esos puebleros letraos;
Juntaba tropa e versiaos
Que iban después a un libraco,
Y el hombre forraba el saco
Con lo que otros han pensao.
Los piones formaban versos
Con sus antiguos dolores.
Después viene los señores
Con un cuaderno en la mano,
Copian el canto paisano
Y presumen de escritores.
El criollo cuida su flete,
Su guitarra y su mujer;
Siente que enfrenta un deber
Cada vez que da la mano,
Y aunque pa' todo es baquiano
Sólo el canto ha de perder.
¡Coplas que lo acompañaron
en los quebradas desiertas,
aromas de flores muertas
y de patriadas vividas,
fueron la luz encendida
para sus noches despiertas!...

Se aflije si se le pierde
Un bozal, un maneador,
Pero no siente furor
Si al escucharle una trova,
Viene un pueblero y le roba
Su mejor canto de amor.
De seguro, si uno piensa
Le halla el nudo a la madeja,
Porque la copla más vieja,
Cómo la ráiz de la vida,
Tiene el alma por guarida,
Que es ande anidan las quejas.
Por eso el hombre al cantar
Con emoción verdadera,
Echa su pena p'ajuera
Pa que la lleven los vientos,
Y ansí, siquiera un momento
se alivia su embichadera.
No es que no ame su trova
Ni que desprecee su canto.
Es ciomo cuando un quebranto
En la noche de los llanos
Hace aflojar al paisano
Y el viento le lleva el llanto.
En asuntos del cantar,
La vida nos va enseñando
Que sólo se va volando
La copla que es livianita.
Siempre caza palomitas
Cualquiera que anda cazando...
Pero si el canto es protesta
Contra la ley del patrón,
Se arrastra de peón a peón
En un profundo murmuyo,
Y marcha al ras de los yuyos
Como chasque en un malón.

Se pueden perder mil trovas
Ande se canten quereres,
Versos de dichas, placeres,
Carreras y diversiones;
Suspiros de corazones
Y líricos padeceres.
¡Pero si la copla cuenta
del paisanaje la historia,
ande el peón vueltea la noria
de las miserias sufridas,
ésa, se queda prendida
como abrojo en la memoria!
Lo que nos hizo dichoso
Tal vez se pueda olvidar;
Los años en su pasar
Mudarán los pensamientos.
Pero angustias y tormentos
Son marcas que han de durar...
Estas cosas que yo pienso
No salen por ocurrencia.
Para formar mi esperencia
Yo masco antes de tragar.
Ha sido largo el rodar
De ande saqué la advertencia.
Si uno pulsa la guitarra
Pa cantar cosas de amor,
De potros, de domador,
De la sierra y las estrellas,
Dicen: ¡Qué cosa más bella!
¡Si canta que es un primor!
Pero si uno, como Fierro,
Por áhi se larga opinando,
El pobre se va acercando
Con las orejas alertas,
Y el rico vicha la puerta
Y se aleja reculando.

Debe trazar bien su melga
Quien se tenga por cantor,
Porque sólo el impostor
Se acomoda en toda huella.
Que elija una sola estrella
Quien quiera ser sembrador...
En el trance de elegir
Que mire el hombrep'adentro,
Ande se hacen los encuentros
De pensares y sentires.
Después... que tire ande tire,
Con la concencia por centro.
Hay diferentes montones,
Unos grandes y otros chicos.
Si va pa'l montón del rico
El pobre que piensa poco
Detrás de los equívocos
Se vienen los perjuricos.
Yo vengo de muy abajo,
Y muy arriba no estoy.
Al pobre mi canto doy
Y así lo paso contento,
Porque estoy en mi elemento
Y áhi valgo por lo que soy.
Si alguna vuelta he cantao
Ante panzudos patrones
He picaneao las razones
Profundas del pobrerío.
Yo no traiciono a los míos
Por palmas ni patacones.
Aunque canto en todo rumbo
Tengo un rumbo preferido.
Siempre canté estremecido
Las penas del paisanaje,
La explotación y el ultraje
De mis hermanos queridos.

Pa que cambiaran las cosas
Busqué rumbo y me perdí;
Al tiempo, cuenta me dí
Y agarré por buen camino.
¡Antes que nada, argentino;
y a mi bandera seguí...!
Yo soy del norte y del sur,
Del llno y del litoral;
Y nadie lo tome a mal
Si hay mil gramos en el kilo.
Ande quiera estoy tranquilo
Pero ensillao, soy bagual.
El cantor debe ser libre
Pa desarrollar su cencia.
Sin buscar la conveniencia
Ni alistarse con padrinos.
De esos oscuros caminos
Yo ya tengo la experiencia.
Yo canto, por ser antiguos
Cantos que ya son eternos;
Y hasta parecen modernos
Por lo que en ellos vichamos.
Con el canto nos tapamos
Para entibiar los inviernos...
Yo no canto a los tiranos
Ni por den del patrón.
El pillo y el trapalón
Que se arreglen por su lado
Con payadores comprados
Y cantores de salón.
Por la fuerza de mi canto
Conozco celda y penal.
Con fiereza sin igual
Más de una vez fui golpito,
Y al calabozo tirao
Como tarro al basural.

Se puede matar a un hombre,
Pueden su rancho quemar.
Su guitarra destrozar.
¡Pero el ideal de la vida,
esa es leñita prendida
que naides ha de apagar!
Los malos se van alzando
Todo lo que hallan por áhi;
Como granitos de máiz
Siembran los peores ejemplos,
Y se viene abajo el templo
De la decencia del país.
Detrás del ruido del oro
Van los maulas como hacienda;
No hay flojo que no se venda
Por una sucia moneda;
Más, siempre en mi tierra queda
Gauchaje que la defienda.
Cantor que cante a los pobres
Ni muerto se ha de callar.
Pues ande vaya a para
El canto de ese cristiano,
No ha de faltar el paisano
Que lo haga resucitar.
Hoy que ha salido un poquito
De sol pal trabajador.
No falta más de un cantor
Que lo cante libremente.
Pero sabe mucha gente
Que primero canté yo.
El estanciero presume
De gauchismo y arrogancia.
Él cree que es extravagancia
Que su peón viva mejor.
Más, no sabe ese señor
Que por su peón tiene estancia.

Aquel que tenga sus reales
Hace muy bien en cuidarlos;
Pero si quiere aumentarlos
Que la ley no se haga el sordo.
En todo puchero gordo
Los choclos se vuelve marlos.
Una vuelta, sin trabajo,
Andaba por Tucumán,
Y en una fonda, ande van
Cantores de madrugada,
Me acerqué pa la payada
Que siempre ha sido mi afán.
Aunque extrañando la monta
Me le apilé a un instrumento.
Y al cabo de algún momento
Le di puerta a una baguala,
Con una coplita rala
De esas que llevan los vientos.
Fuera tal vez la guitarra.
¡Tan lindo como sonaba!
Mi corazón remontaba
Tristezas de los caminos,
Y lo maldije al destino
Que tantas penas me daba.
Un hombre se me acercó
Y me dijo: -¿Qué hace acá?
Viaje pa la gran ciudad
Que allá lo van a entender;
Áhi tendrá fama, placer
Y plata pa regalar.
¡Para que lo habré escuchao!
¡Si era la voz del Mandinga!
Buenos Aires, ciudá gringa,
Me tuvo muy apretao.
Tuitos se hacían a un lao
Como cu...erpo a la jeringa.

Y eso que no vine pobre
Pues traiba alpargatas nuevas.
Las viejas... pa cuando llueva
En la alforja las metí;
Un pantalón color gris
Y un saco tirando a leva.
Saltando de radio en radio
Anduve, figuresé.
Cuatro meses me pasé
En partidas malogradas;
Nadie aseguraba nada,
Y sin plata me quedé.
Vendí mis alforjas.
Mi guitarra, ¡la vendí!
En mi pobreza, ay de mí,
Me hubiera gustao guardarla.
¡Tanto que me ha costao comprarla!
Pero, en fin... todo perdí.
¡Vihuela, dónde andarás,
qué manos te están tocando.
Noches eternas pensando
Siquiera como consuelo,
Que sea un canto de este suelo
Lo que te están arrancando...!
Cuando el máiz está en barbecho
Luce un color brillantón;
Las hebras, como un nailón
Presumen con sus lindezas.
Pero agachan la cabeza
Si las agarra el carbón.
Igual me pasaba a mí
En aquellos tiempos idos;
Joven, fuerte, presumido,
Y cuando se acabó el queso,
Volví en un triste regreso
Poblada l'alma de olvidos.

Cosas de la juventud...
¡Malhaya, dónde andarás...!
Aura que estoy bataraz
De tanto cambiar el pelo,
Recuerdo aquellos desvelos
Pero no miro p'atrás.
Me volví pal Tucumán
Nuevamente a padecer.
Y en eso de andar y ver
Se pasaron muchos años
Entre penas, desengaños,
Esperanzas y placer.
Más, no jue tiempo perdido,
Asegún lo vi después.
Porque supe bien como es
La vida de los paisanos.
De todos me sentí hermano
Del derecho y del revés.
Siempre recuerdo los tiempos
en que iedras o pasé,
los cerros que atravesé
buscando lo que no hallaba,
y hasta a veces me quedaba
por esos campos de a pie.
La vida me fue enseñando
Lo que vale una guitarra;
Por ella anduve en las farras
Tal vez hecho un estropicio,
Y casi me agarró el vicio
Con sus invisibles garras.
Menos mal que adentro llevo
Lo que la tierra me dio.
-Patria, raza o que sé yo-,
pero que me iba salvando,
y así, seguí caminando
por los caminos de Dios.

La cosas estaba en pensar
Que al pulsar el instrumento,
Hay que dar con sentimiento
Toda la fuerza campera.
Pero nadie larga afuera
Si no tiene nada adentro...
La guitarra es palo hueco,
Y pa tocar algo bueno,
El hombre debe estar lleno
De claridades internas.
¡Pa sembrar coplas eternas
la vida es un buen terreno...!
Si el rezar brinda consuelos
Al que consuelo precisa,
Igual que cristiano en misa
O matrero en medio ‘el monte,
Yo rezo en los horizontes
Cuando la tarde agoniza.
Queda callada la pampa
Cuando se ausenta la luz.
El chajá y el avestruz
Van buscando la espesura,
Y se agranda en la llanura
La soledad del ombú.
Entonces, igual que un poncho
A uno lo envuelve la tierra.
Desde el llano hasta la sierra
Se va una sombra extendiendo,
Y el alma va comprendiendo
Las cosas que el mundo encierra.
Ahí está el justo momento
De pensar en el destino.
Si el hombre es un peregrino,
O busca amor y querencia,
O si cumple la sentencia
De morir en los caminos.

En el Norte vide cosas
Que ya nunca he de olvidar.
Yo vide gauchos peliar
Con facones caroneros
O con machetes cañeros
Que el verlos hacía temblar.
Rara vez mata el paisano
Porque ese instinto no tiene;
El duelo criollo se aviene
Por no recular ni un tranco.
Hace saber que no es manco
Y en el peliar se entretiene.
No hay serrano sanguinario
Ni coya conversador;
El más capaz domador
Jamás cuenta sus hazañas,
Y no les tienta la caña
Porque el "morao" es mejor.
Cada pago se aficiona
A una forma de peliar,
Y aquel que quiera guapear
Antes tendrá que advertir
Que para saber salir
Hay que aprender a dentrar.
Se agarran a puñetazos
Igual que en cualesquier parte;
Pero es una cencia aprte
Usar los modos del pago.
Ahí se pone fiero el trago
Como dijo don Narvarte.
Cordobés, pa la pegrada.
Riojano, pal rebecaso.
Chileno, pal caballaso.
Salteño, con daga en mano.
Y es un rey el tucumano
Pa peliar a cabezasos.

Siempre el criollo ha de peliar
De noche y medio machao.
Es una pena, cuñao,
Que a veces por una tuna
Se nublen noches de luna
Y cielitos estrellaos.
Una canción sale fácil
Cuando uno quiere cantar.
Cuestión de ver y pensar
Sobre las cosas del mundo.
Si el río es ancho y profundo
Cruzo el que sabe nadar.
Que otros canten alegrías
Si es que alegres han vivido.
Que yo también he sabido
Dormirme en esos engaños.
Pero han sido más los años
De porrazos recibidos.
Nadie podrá señalarme
Que canto por amargao.
Si he pasao lo que he pasao
Quiero servir de advertencia.
El rodar no será cencia
Pero tampoco es pecao.
Yo he caminao por el mundo
He cruzao tierras y mares,
Sin fronteras que me pare
Y en cualesquiera guarida,
Yo he cantao, tierra querida
Tus dichas y tus pesares.
A veces, caiban al canto
Como vacaje a la aguada
Para escuchar mis versadas
Hombres de todos los vientos,
Trenzando sus sentimientos
Al compás de la encordada.

Pobre de aquel que no sabe
del canto las hermosuras.
La vida, la más oscura,
La que tiene más quebrantos,
Hallará siempre en el canto
Consuelo pa su tristura.
Dicen que no tiene canto
Los ríos que son profundos.
Más yo aprendí en este mundo
Que el que tiene más hondura,
Canta mejor por se hondo,
Y hace mil de su amargura.
Con los tumbos del camino
Se entran a torcer las cargas.
Pero es ley que en huella larga
Deberán acomodarse.
Y aquel que llega a olvidarse
Las ha de pasar amargas.
Amigos, voy a dejar.
Está mi parte cumplida
En la forma preferida
De una milonga pampeana.
Canté de manera llana
Ciertas cosas de la vida.
Aura me voy. No sé adónde.
Pa' mí todo rumbo es güeno.
Los campos, con ser ajenos
Los cruzo de un galopito.
Guarida no necesito,
Yo sé dormir al sereno...
Siempre hay alguna tapera
En la falda de una sierra.
Y mientras siga esta guerra
de injusticias para mí,
Yo he de pensar desde allí
Canciones para mi tierra.

Y aunque me quiten la vida
O engrillen mi libertad.
¡Y aunque chamusquen quizá
mi guitarra en los fogones,
han de vivir mis canciones
en l'alma de los demás!
¡No me nuembren, que es pecao,
y no comenten mis trinos!
Yo me voy con mi destino
Pa'l lao donde el sol se pierde.
¡Tal vez alguno se acuerde
que aquí cantó un argentino!

Milonga Del Paisano de Atahualpa Yupanqui

Pal'que tiene buen caballo
El rebenque está de más,
Pal'que tiene buen caballo
El rebenque está de más,
Sólo sirve pa'lucirlo,
Colgadito del puñal,
Sólo sirve pa'lucirlo,
Colgadito del puñal.

Tal vez en algún momento
Uno lo tenga que usar,
Tal vez en algún momento
Uno lo tenga que usar,
Pa'callar a un atrevido
Que no merece el puñal,
Pa'callar a un atrevido
Que no merece el puñal.

Sereno como agua e'pozo
El paisano sabe andar,
Sereno como agua e'pozo
El paisano sabe andar,
A la taba y las cuadreras
Le arrima su soledad,
A la taba y las cuadreras
Le arrima su soledad.

Conversa con un amigo
Si lo invitan a timbear,
Conversa con un amigo
Si lo invitan a timbear,
Le mete un tajo al charrusco
Y se retira por ai',
Le mete un tajo al charrusco
Y se retira por ai'.

Como le ha sacado el freno
Tranquilo su flete está,
Como le ha sacado el freno
Tranquilo su flete está,
Bajo la sombra de un tala
Tal vez extraña el morral.

La buena humedad del suelo
Lindo lo puso al maizal,
La buena humedad del suelo
Lindo lo puso al maizal,
Trabajos de arar la tierra,
Sacar yuyos y esperar,
Trabajos de arar la tierra,
Sacar yuyos y esperar.

Como le sobra prudencia
Comprende si está de más,
Como le sobra prudencia
Comprende si está de más,
Se aleja de tardecita
Y es lindo verlo tranquear,
Se aleja de tardecita
Y es lindo verlo tranquear.

Si tiene amor o no tiene,
A naides le ha de contar,
Si tiene amor o no tiene,
A naides le ha de contar,
Eso es cosa de uno solo
Y se llama dignidad,
Eso es cosa de uno solo
Y se llama dignidad.

El paisano es muy tranquilo,
Siempre solo sabe andar,
El paisano es muy tranquilo,
Siempre solo sabe andar,
Y a tabeadas y cuadreras
Le arrima su soledad.,
Y a tabeadas y cuadreras
Le arrima su soledad.

Como le sobra prudencia
Comprende si está de más,
Como le sobra prudencia
Comprende si está de más,
Se aleja de tardecita
Y es lindo verlo tranquear,
Se aleja de tardecita
Y es lindo verlo tranquear.

Canción de los horneros de Romildo Risso

En la cumbre de mi rancho
anidaron dos horneros
y yo parezco un extraño
y el rancho parece de ellos.

Dentro solo, salgo solo,
siempre solo voy y vengo
juntos los hallo en el campo
y el campo parece de ellos.

Juntos trabajan y cantan
y tuito lo hacen contentos
yo no sé si a mí me miran
con lástima o con desprecio.

Ni se asustan cuando paso,
como si yo fuera un perro
que ni estorbo ni hago daño
y me dejan andar suelto.

Ansina vivo en mi rancho
dende que solo me veo;
enantes otro era el nido
y el mundo parecía nuestro.

¡Rogále a Dios, hornerito,
que no te pase lo mesmo!

Los dos abuelos de Atahualpa Yupanqui

Me galopan en la sangre
dos abuelos, si señor.
Uno lleno de silencios
y el otro, medio cantor.

Hace tiempo, mucho tiempo
que el indio ya se alejó,
con su lanza y su alarido,
su tobiano y su tambor.

El gaucho salió a buscarlo
por esos campos de Dios.
Se lo habrá traga'o la tierra,
porque tampoco volvió.

Volvió pero hecho leyenda
hecho canto y tradición.
Para que el hombre argentino
no pierda su condición.

Me galopan en la sangre
dos abuelos, si señor.
Uno lleno de silencios,
y el otro medio cantor.

Los hermanos de Atahualpa Yupanqui

Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar.
En el valle, la montaña,
en la pampa y en el mar.

Cada cual con sus trabajos,
con sus sueños, cada cual.
Con la esperanza adelante,
con los recuerdos detrás.

Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar.
Gente de mano caliente
por eso de la amistad,
Con uno lloro, pa llorarlo,
con un rezo pa rezar.

Con un horizonte abierto
que siempre está más allá.
Y esa fuerza pa buscarlo
con tesón y voluntad.

Cuando parece más cerca
es cuando se aleja más.
Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar.
Y así seguimos andando
curtidos de soledad.

Nos perdemos por el mundo,
nos volvemos a encontrar.
Y así nos reconocemos
por el lejano mirar,
por la copla que mordemos,
semilla de inmensidad.

Y así, seguimos andando
curtidos de soledad.
Y en nosotros nuestros muertos
pa que nadie quede atrás.

Yo tengo tantos hermanos
que no los puedo contar,
y una novia muy hermosa
que se llama ¡Libertad!

Sin Caballo Y En Montiel de Atahualpa Yupanqui

Pasé de largo por Tala, detenerme, ¿ para qué ?.
Pasé de largo por Tala, detenerme, ¿ para qué ?.
De poco vale un paisano, sin caballo y en Montiel.
De poco vale un paisano, sin caballo y en Montiel.

Crucé por Altamirano, por Sauce Norte crucé:
barro negro y huellas hondas, como endenantes hallé.
De recuerdos y caminos, un horizonte abarqué.
Lejos se fueron mis ojos, como rastreando el ayer.

Climaco Acosta ya muerto, Cipriano Vila también.
Climaco Acosta ya muerto, Cipriano Vila también.
Dos orcones entrerrianos, y una amistad sin revés.

Por eso, pasé de largo, detenerme, ¿ para qué ?.
De poco vale un paisano, sin caballo y en Montiel.

Sin canto pasaba el río, ¿ para qué lo iba a tener ?.
Sin canto pasaba el río, ¿ para qué lo iba a tener ?.
Ancho camino de fugas, callado tiene que ser.
Con mirada de otros años, y otros tiempos contemplé,
sobre un mangrullo de talas, el palmeral de Montiel.

La sombra de mi caballo, junto al río divisé.
La sombra de mi caballo, junto al río divisé.
Se me arrollaba en el alma, las leguas que anduve en él.

Por eso, pasé de largo, detenerme, ¿ para qué ?.
De poco vale un paisano, sin caballo y en Montiel.

En la orilla montielera, tuve un rancho alguna vez.
En la orilla montielera, tuve un rancho alguna vez.
Lo habrá volteado el olvido, será tapera, no sé.
En la orilla montielera, tuve un rancho alguna vez.

Por eso, pasé de largo, detenerme, ¿ para qué ?.
De poco vale un paisano, sin caballo y en Montiel.

Razón de José Larralde

No solamente
se vive por el tiempo
No nace el día
tan solo por el sol.

La flor no aroma
los prados ni la brisa
Todo es en vano
si no tienes amor.

La noche azota
y la paloma muere
Sucumbe el beso
y llora el derredor.

La mano tiembla
y la canción se ahoga
Y ha sido en vano
si no tienes amor.

Abre los ojos hombre
siente que sientes dolor,
despierta el alba
y ablanda el pensamiento
todo es motivo
si empuñas la verdad
el tiempo nutre
la luz de su mira
solo en la gloria
de amor y voluntad
el tiempo nutre
a luz de su mira
solo en la gloria
de amor y voluntad...
de amor y voluntad...

Las coplas del ingeniero

Va mi lamento aparcero por la política corrupta
que me ha subido a la ruta convertido en piquetero.
Yo que estudié pa´ingeniero, pa´producir mas cereales,
pa´ manejar animales, multiplicando alimentos
hoy grito a los cuatro vientos las razones de mis males.

Se me retuercen las tripas de ver a una presidente
¡enemistando a la gente mientras nos fuman en pipa!
La retención, antes fija, ya era un lazo al cogote
y ahura van a hundir el bote que los llevaba a buen puerto
demostrando que son tuertos, ciegos, necios, o pavotes.

En la angurria desmedida con que alimentan sus arcas
no ven que la gente se harta, y a la fecha...¡está podrida!
Y ahí van ellos con sus vidas, tan llenas de negociados
de gordos descamisados, sin oficios conocidos
pero siempre enriquecidos, lustrosos y bien pagados.

Me ofenden la inteligencia, con la redistribución
sigue la desnutrición sumada a la indigencia
¿Tal vez no tienen conciencia? ¡ o nos basurean que es pior!
no ven que en el interior de hambre se mueren los chicos
mientras ellos, puro pico, gritan que tuito es mejor.

Dos países en el mundo solamente no han crecido
y ponen lo sucedido como un éxito rotundo
¡Que descaro furibundo, que amargor, que pequeñez!
que soberana idiotez adjudicarse el milagro
¡si todos saben que el agro fue el que nos salvó otra vez!.

El ministro con sus datos, tan pobres que causan risa
nos demuestran que la prisa no es buena pa´ser sensato
Sientesé a mirar un rato, ponga en juego su buen tino
si el industrial argentino vendió máquinas a destajo
¿que el campo no da trabajo?¿no le habrá hecho mal el vino?.

¡cuando el campo gana plata, se nota en el interior!
los pueblos viven mejor, se venden hasta abrelatas
El gringo gasta la plata, se compra hasta un televisor
un vehículo mejor, manda a su hijo a estudiar
y ésta nos quiere inculcar que el campo es mal empleador.

Según esta presidenta no nos podemos comprar
aunque sea pa´trabajar un auto como la gente
¿4X4 ? ¡pudiente!, ¡oligarca!, ¡mal nacido!
claro, ellos por elegidos pueden usar lo mejor
si sos del campo: un tractor...o un Rastrojero fundido.

Por eso mi presidenta, con respeto le diría
que pa´pagarle a D`elía tiene cerrada la cuenta
NO EXAGERE SUS AFRENTAS, QUE ACA NO HAY NINGÚN GOLPISTA
SI SE DICE REFORMISTA, ¡CAMBIE ESTE PLAN USURERO!
NO VOTAMOS MONTONEROS, NI REVANCHAS SETENTISTAS.

Le oí decir con holgura que obtuvo el 45,
y el otro 55 hoy le reclama cordura
No se ahogue en la gordura que es la hinchazón del poder
MAS VALE RETROCEDER COMO MUESTRA DE GRANDEZA
PONGA EN FRÍO LA CABEZA,Y DÉJESE DE JODER.

El seminarista de los ojos negros de Miguel Ramos Carrión

Desde la ventana de un casucho viejo
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.

Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.
La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
Él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.

Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.

Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirle: —¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.

En una lluviosa mañana de inverno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.

Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.

La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos...
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos...
el seminarista de los ojos negros.

Corriendo los años, pasó mucho tiempo...
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.

La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.

Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros...

viernes, 27 de marzo de 2009

El facón de El Indio Duarte

Fue’ en invierno e’ madrugada en la estancia la tardales
Un caldero bien llena’o se quejaba en el fogón
Despidiendo voladoras nubecillas vaporosas
que enseguida se perdían en doliente contorsión
seme oculto entre las sombras del rincón más apartao
como huyendo yo del mundo por que el mundo me ahuyentó
triste solo un perro viejo, se lamía así una herida
fresca y roja que en la riña por un hueso recibió
y a los vivos resplandores de los leños encendidos
se podían contemplar 2 potencias infinitas
2 de aquellos que nos dejan
2 paisanos, ya canosos en profundo meditar.

Tan profundo era el silencio, que reinaba en el ambiente
Que uno al otro se escuchaba el latir del corazón
Y al pasar por sus gargantas el clásico mate amargo
Delataba de sus vidas una enorme condición.

Su facón…el viejo Bruno desenvaina de repente
Proponiéndose una brasa para el pucho levantar
Cuando siente que una mano temblorosa lo detiene
Mientras quiebra aquel mutismo la palabra de pomar.

-Como se parece, Como se parece su facón a otro sabe
Pero…no ha de ser el mesmo, de seguro guárdelo
Y ya que trae otro igualito,
voy a contarle la historia que está escrita en mi facón
nunca…nunca a nadie la he contao
por temor que descubrieran que buscaba
ansiosamente pa’ clavar un corazón.

Yo tuve amigo un hermano al que quise con locura
al que todos apreciaban con muchísima razón
un buen día lo encontramos muerto!
Tirao’ en el cruce de un camino
Y en su pecho clavao hasta el mango ese facónl.

Lo mato un desconocido que se fue
Huyo de miedo, por que cuando supe aquello por Jesús se la juré.
Nunca lo hallé siendo mozo, pa’ que sirve
Ya estoy viejo…soy maceta, cuantos diablos! Cumpliré...

-Bueno amigo! dijo el otro después de que escucho el relato
Y chocaron sus miradas en la cenia oscuridad
-el facón que encontraron en el pecho de su hermano fui yo
fui yo quien lo clavo un día por salvar mi dignidad!
sí, yo lo he muerto! Pero como matan los criollos!
frente a frente, sin ventajas
cara a cara, corazón a corazón,
venga, venga cumpla su venganza que me está buscando a yo
y a traviese mis entrañas con la hoja de su facón.

-Como? Con que fuistes vos, Con que fuistes vos
Dijo el otro con fiereza,
Pero viendo la cabeza blanca y gacha de su amigo
Rompe el alma en 2 pedazos y la arroja en el fogón
-venga, venga, venga, amigo un fuerte abrazo pa’ cumplir mi juramento.
Y a los vivos resplandores de los leños encendidos
Vi rodar por la mejilla de los viejos un lagrimón.

La paz cansada de Luis Florez Berrio

La paz no tiene paz, nació cansada,
Creció enfermiza y navegó en la sombra,
Dios que la quiso tanto no la nombra
Y en sus milagros la dejo olvidada.

Todos la piden blanca y es morena....
Desconoce la voz de los pastores;
No ha podido apoyarse en los amores
Ni desprenderse de su propia pena.

La paz ni en los ministros parroquiales
Con su bíblico símil de paloma;
La paz ni en la penumbra que se asoma
Callara sus lamentos desiguales.

No la tiene el poeta ni el gitano,
Ni el mago ni el monarca ni el coloso;
Ni siquiera la tiene el perezoso...
O el enfermo... o el triste... o el profano.

¿Qué ha sido nuestra paz...?
¡Puerto sitiado!barandal de impresión, f
ragmento raro,trapecio de crueldad,
costa sin faroy efímero capricho desvirtuado!

La paz en su desplante de querella,
Fingiose catedral de fantasía;
Y el hombre dios que de la paz venia
Nació sin paz y falleció sin ella.

El seminarista de los ojos negros de "El Indio Duarte"

Desde la ventana de un casucho viejo
abierta en verano, cerrada en invierno
por vidrios verdosos y plomos espesos,
una salmantina de rubio cabello
y ojos que parecen pedazos de cielo,
mientas la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Baja la cabeza, sin erguir el cuerpo,
marchan en dos filas pausados y austeros,
sin más nota alegre sobre el traje negro
que la beca roja que ciñe su cuello,
y que por la espalda casi roza el suelo.
Un seminarista, entre todos ellos,
marcha siempre erguido, con aire resuelto.

La negra sotana dibuja su cuerpo
gallardo y airoso, flexible y esbelto.
Él, solo a hurtadillas y con el recelo
de que sus miradas observen los clérigos,
desde que en la calle vislumbra a lo lejos
a la salmantina de rubio cabello
la mira muy fijo, con mirar intenso.
Y siempre que pasa le deja el recuerdo
de aquella mirada de sus ojos negros.
Monótono y tardo va pasando el tiempo
y muere el estío y el otoño luego,
y vienen las tardes plomizas de invierno.

Desde la ventana del casucho viejo
siempre sola y triste; rezando y cosiendo
una salmantina de rubio cabello
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
Pero no ve a todos: ve solo a uno de ellos,
su seminarista de los ojos negros;
cada vez que pasa gallardo y esbelto,
observa la niña que pide aquel cuerpo
marciales arreos.

Cuando en ella fija sus ojos abiertos
con vivas y audaces miradas de fuego,
parece decirla: —¡Te quiero!, ¡te quiero!,
¡Yo no he de ser cura, yo no puedo serlo!
¡Si yo no soy tuyo, me muero, me muero!
A la niña entonces se le oprime el pecho,
la labor suspende y olvida los rezos,
y ya vive sólo en su pensamiento
el seminarista de los ojos negros.
En una lluviosa mañana de inverno
la niña que alegre saltaba del lecho,
oyó tristes cánticos y fúnebres rezos;
por la angosta calle pasaba un entierro.

Un seminarista sin duda era el muerto;
pues, cuatro, llevaban en hombros el féretro,
con la beca roja por cima cubierto,
y sobre la beca, el bonete negro.
Con sus voces roncas cantaban los clérigos
los seminaristas iban en silencio
siempre en dos filas hacia el cementerio
como por las tardes al ir de paseo.
La niña angustiada miraba el cortejo
los conoce a todos a fuerza de verlos...
tan sólo, tan sólo faltaba entre ellos...
el seminarista de los ojos negros.

Corriendo los años, pasó mucho tiempo...
y allá en la ventana del casucho viejo,
una pobre anciana de blancos cabellos,
con la tez rugosa y encorvado el cuerpo,
mientras la costura mezcla con el rezo,
ve todas las tardes pasar en silencio
los seminaristas que van de paseo.
La labor suspende, los mira, y al verlos
sus ojos azules ya tristes y muertos
vierten silenciosas lágrimas de hielo.
Sola, vieja y triste, aún guarda el recuerdo
del seminarista de los ojos negros...

Heladas de Romildo Risso

¿Qué le engañó la Vida?...son disculpas
¿Quién le dijo que agosto era verano?
Creyó en un calorcito fuera e' tiempo
y usted solo se hizo aquel engaño.

La vida no mintió tuitos sabemos
que no tiene fijeza ni constancia
unas veces se secan los arroyos
otras veces se anega el campo en agua.

Tuvo sus ilusiones lo mesmito
que les suele ocurrir a los cristianos
y ansina como están los brotos suyos
les queda el corazón como de trapo.

Y cuantos como usted puro afligirse
puro mentar la suerte y la disgracia
en vez de endurecerse en el castigo
se asustan que la sangre se les cuaja.

No la culpe a la vida, compañero
que la vida no sabe de intenciones
curesé la ignorancia y la flojeza
y ha de sacar provecho hasta de los golpes.

Poca cosa los brotos que ha perdido
cuando la primavera tiene un paso
por lo que está sufriendo hágase cuenta
que este invierno haiga sido un poco largo.

Ya se irá reponiendo dispacito
lo que a veces, no puede hacer el hombre
no se hacen de nuevo corazones.
pero tenga cuidáo no se entusiasme
cuando se sienta que el calor lo agranda
en cualquier día de noviembre
lo puede achicharrar alguna helada.

Y pa curarse de esas,
no le digo el poder que hace falta
si uno lo siente que en la raiz lo tiene
deje que venga lo que Dios le manda.

Dentre al hondo la raiz,agarre fuerte
que ahi está su poder y no en las ramas
pero viva alvertido de que la piedra
viene del cielo y en las nubes blancas.

Cuando se espera el golpe duele menos
que si lo agarra con las carnes blandas
de no ser que pretenda estar bendito
ha de sufrir la piedra y las heladas.

TENGA MEMORIA QUE EL VIVIR ENSEÑA
Y TENGA NERVIOS QUE EL SUFRIR NO MATA.

Gordita y de minifalda de Tomás Gogorza Mayo

En el sulky fui al poblao a buscar los comestibles
vi cosas increibles que me han dejauo atontao
hombres sacos colorao que parecían mascaritas
mujeres con polleritas que no atajaban ni el viento
y hasta los viejos contentos andar en la calesita.

Una muchacha sin mangas media gordita y sillona
apretaba su persona con la corta minifalda
no hay hombre fuerte que valga vestirse así ya es antojo
se me salían los ojos más derecho que una flecha
"si esa es parte e la cosecha ¡como seran los rastrojos!"...

Se agachó junto a mi paso volió una pata a una moto
si yo no salí en la foto porque le erró el fogonazo
"Yo me anoto por mi acaso despacha usted su encomienda
le pido que no se ofenda si se da cuanta cualquiera
lo que ahorra en la pollera se lo gasta en otras prendas".

"Retírese no sea otario, esas son cosas muy mías"
"Si usted las alquilaría yo sería el arrendatario"
esto pa' mi es un calvario quién resiste la ocasión
yo que soy un gaucho chambón con mirar me convencía
"por la forma de las vías, está muy cerca la estación".

Que huella pa' una cuadrera pal que tiene buen caballo
y en menos que canta un gallo apuntarlo a la bandera
le dije pa' que entendiera con mi tono bien campero:
"yo consigo parejero, lo amanzamos si es arisco
si usted pone raya y disco yo podría ser el rayero".

Un viejo se apareció iba vendiendo gorriones
y con malas intenciones su pajarito soltó
sobre el pucho se agacho dandoselas de afligido
" Por acá se habrá metido", le decía el viejo a la piba
pa' que miraba pa' arriba si el pájaro se ha dormido.

Éramos tres en función mirando aquél monumento
yo estaba en primer momento después el viejo, con su gorrión
pa' cortar esa reunión como regalo 'e peludo
sin permiso, ni saludo llegó un pituco apurao
era un "saco colorao" con melena y patilludo.

Y allí quedamos los tres, yo como antes otra vez solo
y el viejo que a su chingolo lo echó a la jaula otra vez
pobre pájaro, tal vez, se había hecho la ilusión
que había hayado en la ocasión el alpiste amontonao
culpa de "el saco colorao" se quedo sin la ración.

El Orejano de Serafín J. García

Yo sé que en el pago, me tienen idea,
Porque a los que mandan, no les cabresteo,
Porque despreciando las huellas ajenas,
Se abrirme camino pa’ dirme ande quiera.

Porque no me han visto lamer la coyuda
Ni andar ociqueando pa’ hacerme de un peso,
Y saben de sobra que soy duro e’ boca,
Y no me asujeta ni un freno mulero.

Porque cuando tengo que cantar verdades,
Las digo derecho nomás a lo macho,
Aunque esas verdades ya muestren bicheras,
Ande naides creiba que hubiera gusanos.

Porque al copetudo de riñón cubierto,
Pa’ quien no usa leyes ningún comisario,
Lo trato lo mesmo que al que solo tiene,
Chiripa de bolsa pa’ taparse el rabo.

Porque a mis gurises los he criao infieles
aunqu'el cura grite qu'irán al infierno,
y digo ande cuadre que pa nada sirven
los que sólo viven pirichando el cielo."

Porque cuando traje a mi china pal rancho,
Me olvide que hay jueces pa’ hacer casamientos,
Y de nada sirve la mujer más buena,
Si su hombre por ella no ha pagao derecho.

Porque no me engañan con cuatro mentiras,
Los maracanaces que vienen del pueblo,
Pa’ elogiar divisas ya desmerecidas,
Y hacernos promesas que nunca cumplieron.

Porque aunque no tengo ni ande caerme muerto,
Soy más rico que esos que agrandan sus campos,
Pagando el sancocho de tumbas resecas,
Al pobre panquecho los bofes hinchados.

Por eso en el pago me tienen ideas,
Porque entre los ceibos estorba un carancho,
Porque a tuitos ellos les han puesto marcas,
Y tienen envidia de verme orejano.

Y a mí que me importa soy chúcaro y vil,
No sigo a caudillos ni a leyes me atranco,
Y voy por los rumbos clareao de mi antojo,
Y a naides preciso pa’ ser mi baquiano.

jueves, 19 de marzo de 2009

Nicolas no quiere mas de Abel Soria‏

Con los gallos mañaneros la mayor de los gómez,
escofinó a piedra pómez sus talones chacareros,
puso en sus crenchas ruleros de diferentes tamaños,
saldó una deuda de baños con lo que andaba morosa
y afrontó muy buena moza su fiesta de quince años.

Exquisito almuerzo criollo con los vecinos del pago,
y un halago y otro halago cómo un pial con todo el rollo,
fué desbordando el arroyo de paisanos satisfechos
que tal vez más por estrechos que por judas y por chuzcos,
trajeron hasta los cuzcos pa' aprovechar los requechos.

Cayó el turco Nicolás, vendedor de baratijas,
" beine, bendiente, sortija, berfume, lienzo y matrá"
teniendo eso y mucho más no se animó a ofrecer nada
pues halló a la paisanada dándole el tajo primero,
a un soverbio asao con cuero de vaquillona chorriada.

Fué servido Nicolás y vaciló entre asco y hambre,
viendo el mechón de pelambre que no había probao jamás,
sin mirar a los demás pa' comer del justo modo
lo que mereció su apodo de 'socotroco beludo'
mascó y tragó cómo pudo, carne cuero pelo y todo.

El patrón pa' todo el mundo tendió los brazos abiertos
logrando que los cubiertos descansaran un segundo,
pidió un aplauso rotundo de manos pero de pie,
que sonó de buena fé ponderando al asador,
y el turco lleno de horror se preguntaba ¿porqué? .

Después de los prolongaos diálogos de sobremesa
llenos de historia y promesa de muchos otros asaos,
vio partir los convidaos que satisfecho el carrillo,
fueron emprendiendo el trillo de sus respectivos ranchos,
a esa hora en que los chanchos reclaman el afrechillo.

Por la noche fué invitado pa' cenar y pa' dormir
después de algún elixir con pitangas o guindados,
Nicolás ilusionado con un menú más diverso,
tuvo que hacer un esfuerzo por disimular su pena,
cuando vio servir la cena con sobrantes del almuerzo.

" Turco no quierer manjar que ya morder medio día,
turco breferir vacía blato en mesa familiar,
turco dormir sin cenar, turco bartir bara el alba,
turco dientadura salva del duro comida buerca,
y ojalá vecino cerca tiener vaquillona calva".

miércoles, 18 de marzo de 2009

Milonga del moro judío de Jorge Drexler

Por cada muro un lamento
en Jerusalén la dorada
y mil vidas malgastadas
por cada mandamiento.
Yo soy polvo de tu viento
y aunque sangro de tu herida,
y cada piedra querida
guarda mi amor más profundo,
no hay una piedra en el mundo
que valga lo que una vida.

Yo soy un moro judío
que vive con los cristianos,
no sé que Dios es el mío
ni cuales son mis hermanos.

No hay muerto que no me duela,
no hay un bando ganador,
no hay nada más que dolor
y otra vida que se vuela.
La guerra es muy mala escuela
no importa el disfraz que viste,
perdonen que no me aliste
bajo ninguna bandera,
vale más cualquier quimera
que un trozo de tela triste.

Y a nadie le dí permiso
para matar en mi nombre,
un hombre no es más que un hombre
y si hay Dios, así lo quiso.
El mismo suelo que piso
seguirá, yo me habré ido;
rumbo también del olvido
no hay doctrina que no vaya,
y no hay pueblo que no se haya
creído el pueblo elegido.

lunes, 16 de marzo de 2009

Testamento Gaucho de Claudio Martínez Paiva

Bueno m’hijo, según la ley ya seomos casi, casi iguales..,
Ya le ha entrega’o el juez el documento que lo acredita como hombre,
De hoy en más lo que haga, lo que piense y lo que sienta
Tendrá que sostentarlo con su nombre, su brazo, su plata y su conciencia
Tu’ita esa es la fortuna con que a las luchas de la vida d’entra
y usted sabe bien, el empeño que hemos puesto
pa’ que al llegar a mozo las tuviera
mientras nos vamos acercando a casa
a’onde estará su mama como clueca
loca de ganas de abrazar al hombre
con que el cielo al final la recompensa.

Le vi’a decir m’hijo, las últimas palabras
que le guardó pa’ esta hora mi experiencia
si le estorban las oye y la olvida,
en cambio m’hijo si le sirven
las oye y las recuerda pa’ que en esta forma
le ayuden a encontrar el rumbo en este viaje largo,
bien largo que le espera.

Ser hombre no es creerse más varón que cualquiera
Ni de andar de reja en reja
en uno dejando fama de borracho
y en otras de manchar honras ajenas.
Las de las cantinas son pa’ por si acaso
Las que hay en la ventana pa’ querencias
Son las que pone dios pa’que resguarden
su propio nombre en la custodia d’ellas.

Ser guapo no es andar golpeando gente
Ni tampoco deshaciendo fiestas
Guapo m’hijo es el domador que ve la muerte sobre el animal que m’uenta
Más valiente es toavía quien junto al arao’ abre una melga.
O se quema en los fríos del invierno, o se abraza en el sol de media siesta.

Cuando le toque ofertar algún servicio que llegue su mano
Antes que su oferta
La palabra y la firma no se niegan
Así le toque soportar la vida en lo más desgracia’o de la pobreza
Ser honra’o m’hijo es el mérito más grande
Como no serlo la mayor vergüenza
Cuando le toque votar atienda bien
Cuando le toque votar tenga presente
que en ese papelito que usted deja
deja lo más sagra’o que tiene un hombre
por que hay deja usted, honor, su libertad y su conciencia.

Y no valla a pensar que yo lo he cria’o a uste’ pa flojo
no m’hijo, y escuche bien
esta sentencia que fue la condición de sus abuelos
aquel, aquel que no sabe ofender
no admite ni acepta ofensa
nadie muere un día antes según la ley de dios
ni tampoco hay sangre de gallinas en vuestras venas.

Pa’ defender la vida es el cuchillo
pa’ castigar agravios la sotera
y si un día un extraño de su tierra
le perdiese el respeto a su bandera
hay sí, d’entra lo varón nunca más hombre
nunca más firme el brazo y la conciencia
Americano, Americano por raza y por orgullo
Americano, a las malas o a las buenas caiga el que caiga
así llamen a su padre pa levantar el mismo su osamenta
¡Que el que mata!, ¡El que mata! O padece por su patria
¡A cumplido las leyes de su tierra!.

El borracho de Francisco Dupee

Siempre borracho entraba
y siempre altivo el ebrio
y sin motivo puñetazos,
cachetazos le daba a su mujer
dura cadena ató sus corazones
los eslabones de miseria
los unió en el fango de la vida
y por no dormir en noches tenebrosas
sobre las frías losas
de ese hombre vil borracho buscó la compañía.

Ella malhumorada, el displicente
La riña era frecuente
y al fin a puñetazos la rendía.

Al llegar el borracho a su casucha
de bebidas harto y lleno,
la vieja puerta abría a empujones
se oían maldiciones, trompadas y después…
todo quedaba en silencio.

Pero una noche en que lentamente, lentamente
caía la llovizna como un manto
un hijo, un hijo les nació
un hijo de ambos
y esa inocente inmaculada criatura
no tuvo otro bautizo más que el llanto.

Y a la siguiente noche, a tientas,
a tientas por el muro llegó
a la puerta del hogar el padre,
pero esa noche no levantó la mano
no dijo nada la respetó el borracho…
ya era madre.

Y ella estaba meciendo al niño
Que dormía y le dijo:
infame, infame,
dame la muerte, dame la muerte,
¿porqué no me pegas?
¿quién te lo impide?
¿el invierno acaso es menos crudo?
¿licor ya no venden en las tabernas?
¿o es que miras acaso que te enmedastes?
borracho como siempre
no llegastes
Fingió el borracho no oír nada
y dio al hijo una mirada
mezcla de estupidez y de cariño
y dijo a la mujer:
¿porqué me ofendes, porque me ofendes?
no sabes , no comprendes
¿que si te pego, se despierta el niño?

Guapos de Luis Escagria

Empenachada de fiesta estaba la pulpería,
En un entrevero e gente, copas, carteos y risas,
Se reflejaba la tarde sacándole punta al vicio,
Y a un costado del mostrador, tranquera del frasquerío,
Conversaban unos criollos guapos de tiempos idos;
Ayer hombres, hoy leyendas con temblor de aparecidos.

Con permiso, con permiso los presentes
Alguien copó el vocerío,
Y pulsando una guitarra que en los pechos hizo nidos,
Entró a cantarle a los guapos
Que él había conocido.

El elogio del trovero, según él decía,
Era guapiarle y pelearle a la policía;
Llegar a su casa, borracho
Y andando de forastero echarse una hembra al anca.

Con religioso entusiasmo aplaudieron la canción,
Pero un mocito allí presente, les dijo:
Perdonen, perdonen...
Pero yo no creo en el hombre guapo,
Yo no creo en el hombre guapo
Que alardea de matón;Son guapos
Porque toman copas y las salpican con sangre,
Son guapos,Porque son ligeros pa hacer de un cuerpo una vaina,
Pero amargos,Amargos pal surco o pa levantarse al alba.
Esos son los guapos,Yo lo sé por experiencia,
que me perdone mi tata,Que por haber sido él muy hombre
Nuestro rancho entró en desgracia;

Mi madre sí, Mi madre sí que fue una guapa,
Mi madre que con entraña de macho
Supo guapiar contra el frío y el hambre
Que a nuestro rancho copaban,
Porque tata por muy hombre,
Tata por muy gaucho,
Dejó seis cachorros machos.

Pero ella, mi mama,
Mi mama luchó guapiando con facón del arao,
Pa pedirle a la tierra como bendición cristiana
El pan para sus hijos hasta que ellos emplumaran,
Dios, Dios escuchó sus ruegos,
Porque no nos faltó nada;
Pero ella, mi mama,
Mi mama, se fue achicando
Como candil que se apaga.

Hoy le llevé unas flores a mi pobrecita mama.
Guapos, dicen...Mentira, qué van a ser guapos.Son guapos,
Porque toman copas y las salpican con sangre, Son guapos
Porque son ligeros pa hacer de un cuerpo una vaina.
Esos no son guapos, mi mama sí, ¡Mi mama si que fue una guapa!

Silbando de Miguel Caminos

Ella le pedía con honda tristeza:
No silbes, Lisandro.
¿No ves que silbando me apenas?
Si tienes un silbido, entre dientes,
que en vez de tonada parece un llorare,
¡parece una queja!
Con ese tu silbido,
Lisandro, ¿te acuerdas?
marchabas de niño a los cerros;
y en sus soledades,
con cabras y piedras,
pasabas silbando, silbando,
las horas enteras.

Con ese tu silbido que me desespera,
te vi, ya hombre, en busca 'e cariño
llegar a mi puerta.
Con ese tu silbido
te vi alejarte dejándome sola
y llena 'e vergüenza.
Con ese tu silbido,te vi ayer tarde
llegar por la güeya, trayendo a nuestro hijo
cruzado en la cruz de tu bayo
como una maleta...
Y allí lo enterraste,
silbando, silbando,
juntito a la tumba
de tu pobre vieja...

No silbes, Lisandro,
¡Por Dios te lo pido!
¿No ves que al oirte
silbando, silbando,
el alma presiente
desgracias muy negras?
No silbes, Lisandro,
que en vez de tonada, tus silbidos,
parece que fueran aullidos de perro
que nos anunciaran una mala nueva.

Y él, indiferente, silbando, silbando
entre dientes, oia a la pobre como si lloviera.

Le mataron un hijo a Lisandro, en una pelea.
(Hay quien dice que fue el Comisario,
a causa de un'hembra).
Y después de enterrar a su gurí,
juntito a su vieja,
y afilar como luz un cuchillo,
por saber si es verdad lo que cuentan,
sin siquiera volcar una lágrima,
sin siquiera volver la cabeza,
al tranquito, montado en su bayo,
del palenque, hacia el pueblo, silbando,
silbando entre dientes, se aleja.

Muy cerquita del rancho 'e Linsandro
hay tres cruces, de dos que antes eran.
La mujer que enfermó del disgusto
para siempre descansa en la tierra;
y en Bahía se encuentra Lisandro,
pagando su hombrada metido entre rejas.

Parece que en cuanto aquel dia
silbando, silbando entre dientes,
al pueblo llegara, y supo la cosa cual fuera,
sin decir una sola palabra pilló al Comisario,
cobróle su cuenta, asestándole en medio 'e la guata
una puñalada por cada legua,
que llevando el cadáver del hijo
Lisandro anduviera...
Y la gente baqueana calcula
que del rancho 'e Lisandro hasta el pueblo,
hay...dieciocho legüitas, apenas.

Para mi todas son Madres de EL Indio Duarte

Que me importa a mi del mundo
y que me importa a mi de la sociedad
la sociedad y el mundo
me exige qe yo heche a rodar mi hija
porque e de ayarlo
hecharla a mi hija porqe me a traido un nieto a regalo
sin que nadie supiera valgame pecado
acaso no han comenzado sus amores
cuando empezo a puntirar la primavera
que fue pal tiempo aquel que el potro rompio el cabestro para seguir la yegua
el toro salto los alambrados y al trotecito se nos fue la perra
hecharla a mi hija, hecharla a mi hija
me pide el mundo porque no supo venderse a cambio de una libreta
si hasta el reptil ponsoñoso procrea con libertad en sus abrigadas cuevas
si el rio serpentea libremente por ser hijo natural del corazon de la tierra
solamente la mujer, solamente la mujer tiene sociedad qe la despresia
pero esa sociedad admite permite y fomenta el cabaret
el mercado de las hembras
aqui nadie pregunta si una mujer es mala o buena
aqui el pudor es un mito un chiste la desverguenza
aqui el pedazo de seda tapa las marcas
que han dejado las peleas cuando esta mujer soño
ser una madre honrada trabajadora y buena
hecharla a mi hija, hecharla a mi hija
me pide el mundo porqe me ha traido un nieto a regalo
sin qe nadie supiera, valga un pecado
valga un pecado mas grande
a criar su hijo a criarlo como Dios manda
en vez de mal parirlo sin que la vean
bendita sea la mujer
bendita sean todas las mujeres
que contra el mundo y la sociedad
que las desprecian levantan bien alto el bello fruto
de sus entrañas maternas, madre
madre mia del alma que estas en el cielo
si vos madre tuviste la desgracia de ser igual qe ellas
mil veces madre, mil veces madre ¡bendita seas!

Hubo pago en el obraje de Luis Landriscina

Corre el año treinta y nueve
en un obraje del Chaco,
Enero lo aviva al sol
como apurando un churrasco
y allí en el medio del monte
entre crujidos y hachazos
la gente distingue un ruido
que no es común en el pago,
es el ruido de un motor
que está llegando a los saltos
porque viene en la picada
queriendo domar las huellas
que le dejaron los carros.

El hachero que escuchó
dejó amagado un hachazo
y gritando de alegría
se fue corriendo a los saltos
porque ese ruido no es otro
que el ruido claro del auto
en el que llega el patrón
con la plata del salario...
por eso corren contentos
por eso van a esperarlo
todos quieren ser primeros
en saber la hora del pago
pa'dirse a lavar al rancho
mientras tejen ilusiones
o hacen planes pa'gastarlo...

-Yo voy a comprar ropa nueva.
-Yo provista para rato.
-Yo viá ver si llego al pueblo
porque no fui en todo el año.
Y otros entre truco y vino
seguro han de liquidarlo.

Y así entre la algarabía
de prepararse pa'el pago
la gente olvida que un Dios
les dio a todos un destino
que es un camino marcado
y que si alguno lo deja
se ensume hasta las orejas
en el charco del diablo...
pero en eso nadie piensa...
y ya en el medio e'la siesta
las guainas barren un patio
le acomodan los asientos
y cuelgan unos faroles
pa'que sirva pa'la fiesta.

-Gritó un hachero a la gente
-Ya abrió la administración!
y asomó un señor de lentes
que le llaman "el contador",
se escuda en un mostrador
que encaja contra una puerta
y allí pide las libretas
pa'hacer la liquidación.

-A ver, Ramiro González.
-Presente -gritó un paisano
que refregando sus manos
se acerca hasta el mostrador.
-Esto es lo que te sobró,
son treinta y tres con noventa
poné el dedo en el recibo
aquí tenés tu libreta...
y sí es que querés chupar
pagá la caña al contado
porque ya saben ustedes
que para el chupi no hay cuenta.

-Ajá -le dijo González-,
Traiga nomás esa caña
Ya que es plata lo que suebra.
Y se fue a esperar el baile
Prendido de la botella.
Y así sigueron pasando
los hacheros en cadena,
cada hachero un eslabón
cada eslabón una pena,
penas que pronto olvidaron
con esa caña que quema,
porque todos se llevaron
para el baile su botella...

Hasta que llegó la noche
en aquel rancho de fiesta
fiesta pobre del hachero
que no sabe ni una letra
y el que montado en sus sueños
quiere escapar rienda suelta
por el camino del vino
hacia una vida más buena...
pero el vino es traicionero
y lo aparta de esa huella
él lo empuja desde adentro
para que vuelva a la fiesta
y lo invita que demuestre
que es más hombre cualquiera,
porque el vino manda fácil
cuando el hombre es sin escuela.

Y así comienza la cosa
tal vez por una zoncera
empieza la discusión
los ánimos se caldean
y después de un empujón
ya está lista de pelea.
Benítez quiso sacar
a la novia de Cabrera
y el novio en cuanto lo vio
copó la banca en la fiesta.

-No chupe si es que no aguanta
y conmigo no se meta
no sea de que lo planche
de un cachetazo en la jeta.

Y ese fue todo el motivo
que originó la tragedia.
Benítez sacó el cuchillo,
también lo sacó Cabrera.

Y al pobre viejo don Castro
cuando vino a separar
Benítez le erró un puntazo
Que de darle lo bandea;
los cuchillos se encontraron
se gatearon como fieras,
Benítez perdió dos pasos
que fue ganando Cabrera,
se hicieron unos amagues
como estudiando flaquezas,
Benítez tanteó el destino
dejando la guardia abierta
y el otro que no era manco
lo convirtió en osamenta.

...Y allí empezaron los gritos
las lamentaciones y quejas,
el patrón vino corriendo
se agarraba la cabeza
y le echó mil maldiciones
a los que hicieron la fiesta...
el muerto era buen hachero
y perderlo era una pena...
el contador de los lentes
que llegaba en camiseta,
mirando dijo en voz alta
sin reparo a que lo oyeran:

-Cuando nó, estos negros tapes
no van a andar en pelea
tienen plata y ya se chupan
más vale que ni nacieran.

-No, mi amigo, no se pase
que también es culpa nuestra
-dijo el patrón en un tono
como a callarlo sin seña.
-Nosotros trajimos plata
y vendemos ese vino
que fue el que tomó Benítez
y hecho sangre ahora chorrea.
Aunque de todas las culpas
la mayor es la ignorancia
de esta gente sin escuela,
que se divierte a su modo
ya que chupar es su fiesta;

No se divierten mejor
porque nadie les enseña,
lo mismo que el trabajar
y ese vivir como bestias,
o el de no saber firmar
por no conocer las letras,
fue por que nadie les dijo
que en el pueblo hay una escuela
donde hay un director
y tal vez una maestra,
que ya hubieran evitado
hace rato esa pelea,
con esos dones de padres
que brotan de su paciencia...

Pero ya no pudo hablar
se hizo el duro a su manera
y se corrió pa'lo oscuro
disimulando su pena...
Y en el medio de aquel patio
como una muestra inservible
de otro tipo de coraje
se fue apagando Benítez
tendido en un viejo catre;

La noche se hizo profunda,
quedó en silencio el obraje,
un hacha quedó sin dueño,
un hijo quedó sin padre,
y un cuzco pensó pa' adentro
y estaré solo en el rancho
ya no hará falta que ladre.

Allí quedaba ese hachero
personaje de una historia
escrita en su propia sangre
para carne de los chismes
de las viejas del paraje
o pa'que al llegar al pueblo
en un cajón sin lustrarse
la gente diga tristona
"Hubo pago en el obraje".