martes, 31 de marzo de 2009

Tiempo adentro de la siembra de Luis Landriscina

Un hombre camina solo tiempo adentro de la siembra
esta paseando su angustia sobre su vida de tierra
que son las pocas hectáreas de esa chacra pura penadon
de siempre tuvo algo que vino aguarle la fiesta
Unas veces las heladas que vinieron tempraneras,
otras veces fueron plagas, otras lluvia y otras seca,
la cosa es que nunca tuvo cosecha que fuera buena
Ahora es otoño en su vida, esa vida que se seca
como esta seca la chacra culpa del sol que la quema
Hoy ya no sabe que hacer, se pasea y se pasea,
los ojos mirando lejos como añorando su tierra
o mirando en años mozos cuando a estas playas viniera,
porque a veces algo ayuda el recordar cosas viejas.

Pensar en cuando llegó, una mañana serena
amanecer de ilusiones que iluminaron su senda
para que encuentre un arado y se olvide de la guerra,
Ilusiones que anduvieron caminando en tierra suelta
cantando junto a su dueño con cada gota de siembra,
ilusión que hecha capullos le permitió que intentara
traer a la que esperaba en un pueblito de Europa para ser su compañera
Y al poco tiempo llego la tímida Federenca,
pelo rubio y ojos claros que apuntalaron la siembra
iluminando aquel rancho con su menuda presencia
Llegó la gringa y la chacra parecía estar de fiesta
Aparecieron cortinas y hasta mantel en la mesa,
cantaron mejor las aves al ver que llegó una dueña
Y tuvo otro gusto el pan que amasara por las noches
en ese andar de impaciencia porque la gringa era arisca
para andarse con pereza.

Y a todo le puso el lomo sin preguntar cuanto pesa,
y así pasaron seis años persiguiendo la cosecha.
Mas lo bueno dura poco y la pobre cayó enferma.
El gringo desesperaba sin saber como atenderla,
temblando la llevó al pueblo cuerpeándole
a la picada su sendero de culebra,
y sin medir el cansancio de aquellas sus pobres bestias
entró al galope en el pueblo como a ganarle a la muerte
una vida en la carrera.
Y en esa misma volanta mensajera de cosechas
muy triste por la picada llorando trajo sus penas,
porque se volvió muy solo sin la pobre Federenca
que se quedó para siempre debajo un poncho de tierra
Iba llegando a la chacra y en el rancho creyó verla
repitiendo esas palabras que al morir ella dijiera

- Cuidá la chacra José, trabaja y nunca la vendas.
Y allí comenzó a vivir las cuentas de su existir en un rosario de penas
porque además de faltarle su tan guapa compañera
el destino desde entonces le mezquinó las cosechas.
Por eso camina solo bajo aquel sol que lo quema
como queriendo en su andar gastar el surco
hasta hundirse para siempre en esa tierra
como queriendo encontrar junto a perdidas cosechas
La figura angelical de su buena Federenca
para seguir siempre juntos caminando de la mano
tiempo adentro de la siembra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario