martes, 3 de marzo de 2009

El guardia pardales de Abel Soria‏

En el pueblo Juan Soler trabajaba con afán
un Soler que no era Juan quizá mereciendo ser,
echó fama en su taller de artesano en guasquería,
trenzador de gran vaquía, buen criollo, buen uruguayo,
buen vecino y buen tocayo del pueblo dónde vivía.

Limpio sin nada confuso don Soler en Juan Soler
siempre demostró tener su honradez en muy buen uso,
la única vez que traspuso los lindeles policiales
fué acusando a un tal Gonzáles que aficionado al rateo
le había llevado un sobeo sin ponerse con los reales.

Le tocó al guardia Pardales constatar la acusación
y puso preso al ladrón con las pruebas más cabales,
pero Soler y Gonzáles después de tal incidencia,
el uno con su inocencia y el otro con su pecado,
vivieron enemistados el resto de la existencia.

Era un contraste bien feo siendo vecinos pegados
que vivieran distanciados por el robo de un sobeo,
y al guardia en el apogeo de su vida miliquera
le gustaba hacer bandera muy orgulloso y contento
del primer procedimiento realizado en su carrera.

Rondaba por la estación con cara de comisario
recogiendo el comentario de su gran intervención,
la siguiente situación tuvo lugar cierta vez
que el tren de las 9y3 más temprano que otros días
llegó tragándo las vías a las 11 menos 10.

Desde el coche una mujer que iba pa estación Gonzáles
en las letras laterales leyó el nombre Juan Soler,
y hastiada de padecer plantones estacionales
indagó al guardia Pardales que estaba de vigilancia,
quiero saber la distancia entre Soler y Gonzáles.

Pardales la miró dijo diciendo casi con miedo,
bien digo yo que un enredo se propaga cómo un chijo,
Soler y Gonzáles dijo tienen cierto distanceo
pero en realidad no creo que a un pasajero del tren
le importe mucho que estén separaos por un sobeo.

Aunque la mujer quizá no era muy ducha en sobeos
preguntó entre titubeos¿ Por un sobeo nomás?
Y el guardia grito¡ Capaz que a usted le parece poco
porque sí no me equivoco no sabe el valor de un cuero
ni que vivir de guasquero da un trabajo viejo loco.

La mujer no entendió bien pero al llegar a Gonzáles
comentó lo culturales que son los viajes en tren,
y agregaba ' yo recién pasé por un pueblo chico
y aprendí con un milico la medida de un sobeo
que tiene por lo que veo trece mil metros y pico'.

2 comentarios:

  1. muy bueno
    publiquen todos los versos de abel soria... porfavor.

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  2. Sii Me encanta Conozco el paraje Juan Soler ,Lo que yo necesito; si bien las letras me sirven ya que no son facil de conseguir . es el cifrado pa tocarlas y cantarlas con mi vieja viola garufera y vibradora

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