miércoles, 11 de febrero de 2009

Mil millas orientales de Abel Soria

Cuando mi zarco maceta, se empezó a poner vichoco,
pa que descansara un poco me compré una bicicleta.
Aunque bellaca y repleta de mañas y de cosquillas,
yo, que he domao cien tropillas, en un mes, la hice de andar
y me largué a disputar la penca de las Mil Millas.

Me julepió de endeveras largar de Montevideo
con mi “chiva” de paseo entre “chivas” parejeras.
Puras marcas extranjeras de diferentes naciones.
Yo de bombachas marrones parecía más ridículo
al ir montando un vehículo fabricao en Canelones.

Mencionando a cada hombre mezclaba el alto parlante
la firma de un comerciante y productos de renombre.
Cuando se anunció mi nombre ya no me sentí tan solo:
Fuí presentao por Manolo y Ezequiel Echeverría
con su tambo, lechería y venta de cuartirolo.

Pregunté el itinerario y agarré velocidad
y llegué hasta Libertad seguido de un adversario.
Al pasar frente a Rosario le dentró la parsimonia
y cuando llegué a Colonia –punto final de la etapa-
me recibieron con grapa y una linda ceremonia.

Por la ciudad rosarina volvió a cruzar mi persona
y pasando por Cardona llegué a Santa Catalina.
Un pelotón en la esquina me quiso tender sus redes
y entre espadas y paredes crucé el pueblito Rodó
pero al fin…primero yo tomando grapa en Mercedes.

Más rápido que los vientos y contra el viento reinante,
llegué lejos adelante a los pagos de Fray Bentos.
Sin ponerme linimentos pa entibiar el caracú,
fresquito como un ombú y más fuerte que las rocas
tomé una grapa en Tres Bocas y dos más en Paysandú.

Cuando salimos de allí se me ocurrió hacer un alto
y antes de llegar a Salto chupé grapa en Chapicuy.
Al rato me les perdí detrás de la polvadera
y dando la vuelta entera finalicé la jornada
tomando grapa cortada en la ciudad sanducera.

Compré un radio a transitor y frente a Young lo prendí,
cuando al referirse a mi anunciaba el locutor:
-El raro competidor de asombrosa calidad,
rey de la velocidad que siempre se nos escapa,
debe estar chupando grapa en un bar de Trinidad.

En la siguiente partida hice más fuerza que un asno
y tomé grapa en Durazno, Sarandí Grande y Florida.
Llegué a la meta enseguida con ventaja de una hora
y entretuve la demora estudiando bien el mapa
después de llenar con grapa el “chifle” y la cantimplora.

Salí como una luz mala en el siguiente eslabón:
tomé grapa en San Ramón y tomé grapa en el Tala.
Me armé un cigarro de chala, me compré unas golosinas;
en Migues robé gallinas, pinché mi “chivita” guapa,
puse un parche, tomé grapa y llegué primero a Minas.

En el último escarceo y con una tranca loca,
crucé primero por Soca, por Pando y Montevideo.
Me entregaron el trofeo y al abrazarme mi amada
me vi montao en la almohada escuchando el despertar:
-Dejate de patalear que me tirás la frazada!

Sabiendo inútil mi empeño de competir y vencer
me dio rabia comprender que todo había sido un sueño.
Y me sentí tan pequeño, tan derrotao, tan vencido
que pa conseguir olvido le saqué al “chifle” la tapa,
me tomé un litro de grapa y volví a quedar dormido.

3 comentarios:

  1. mas que abel soria, julito gallego

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  2. No sé quién es el que publica estos trabajos, pero si le interesa, es oportuno aclarar que SON VERSOS EN DÉCIMAS OCTOSILÁBICAS. Lamentablemente todo lo que se ha publicado de Abel Soria en este portal, está mal escrito.- Fui amigo de Soria por casi 40 años, trabajé con él en varios proyectos, y se que era una persona muy delicada en cuanto a la estructura de los versos y agradecería la difusión, pero pediría que sean transcriptos en la mensura que él los concibió. Gracias y tomen esto como un aporte, no una crítica.

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    1. Estimado, si lo desea, puedo transcribir correctamente y de memoria la letra de LA CONFUCION, cantada por Julio Gallego.

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