Casi al llegar a mi pueblo, he visto un rancho destruído
que en otro tiempo fue nido de canciones y de amor;
hoy es tapera doliente, nada del pasado existe,
sólo el recuerdo bien triste de cuando tuvo esplendor
Los jilgueritos cantores ya no entonan en su alero
el trino alegre y parlero de su argentina canción,
porque la pobre tapera que cobijó sus amores,
está sin luz y sin flores, sin bellezas ni emoción
El sauce que le dio sombra, desmantelado, sin hojas...
El viento llora congojas donde otrora cantó...
Y hasta la ventana misma del triste rancho vencido
es un símbolo caído de la criolla que amparó
El brocal pleno de yuyos, sin soga, baldes sin nada,
sin una gota la aguada y el jardín sin una flor...
Blanqueando las osamentas a la orilla del sendero
y algún chimango agorero dando vuelta alrededor
Casi al llegar a Bragado está este cuadro sombrío
que viene al recuerdo mío y amarga mi corazón;
porque sin luz ni alegría ni bellezas ni quimera,
tambien mi vida es tapera donde no hay más que dolor
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