domingo, 22 de febrero de 2009

Chevroleteando de Abel Soria

Aura que soy del poblao dónde no hay zanjas ni barro
vendí la yegua y el carro pa comprarme un auto usao,
lo blando del tapizao me desconcertó bastante
y acostumbrao al pescante, la martinica y las riendas
soporté dudas tremendas con los cambios y el volante.

Pero igual mostré la garra y en lo que chifla un chingolo
lo aprendí a lidiar yo sólo cómo aprendí la guitarra,
tratando de no hacer farra lo monté lo más tranquilo
diciendo si agarro el hilo del secreto del chofer,
calculo que esto va a ser cómo cantar un estilo.

Cuando tantié la palanca dejandolo en punto muerto
pensé, voy a ver si adbierto cual es el botón que arranca,
le hundí una perilla blanca y al rugir cómo una fiera
dije acerté de primera pero lo que había prendido
fué el radio, que metía ruido de música nueva olera.

Después toqué el clavijero del medidor de bencina
los faroles, la bocina, la escobilla y el yesquero
y todito aquel tablero de teclas al por mayor
nervioso y de mal humor toqué tantas que al final
no pude saber con cual hice arrancar el motor.

El radio anunció un conjunto con la zamba "La Engañera"
y al sentir gritar primera puse el cambio en ese punto,
cómo llevando un difunto salí con pasó de entierro
y escuchando cómo el perro con la atención más profunda
cuando dijeron segunda les obedecí en el fierro.

Ladiandole el bulto al centro rumbié pal lao del estadio
y al bastonero del radio le dió por gritar adentro,
yo iba a marchar al encuentro del portón a rienda suelta
cuando aquella voz resuelta quiso evitar el desorden
acaté la contraorden cuando me dijo otra vuelta.

Fui a doblar a la derecha pero aquel mandón porfiao
por gritarme al otro lao me zambulló contra flecha,
cómo la calle era estrecha vi que la cosa era brava
porqué un camión se acercaba tremendamente veloz
y alcancé a escuchar la voz advirtiéndome se acaba.

Un golpe ensordecedor tronó en los carrocerajes
y una lluvia de engranajes fué cayendo alrededor,
al juntarse el radiador con el asiento de atrás
se salvó el radio nomás que marchando lo más bien,
le preguntó a no se quién, engañera pa' onde vas?

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