Abandone la matera
y alcanceme la guitarra
porque via cantar con garra
jugando mi vida entera
en una forma sincera
recordaré mi tesoro
no se asusten si es que lloro
y abrazau a mi madera
largo un grito campo afuera
para vos mi pingo moro.
Ya el otoño nos dejaba
cuando llegaste a este mundo
con sentimiento profundo
otra estación principiaba
el frio que ya empezaba
y para nada era tierno
que este grito se haga eterno
para que leyenda cobre
asi surgía tu nombre
pues yo te puse "El invierno".
Mi madre con la verda`
a todos iba contando
con vos me veia jugando
eras mi unica amista`
nunca te vi una maldad
los años fueron pasando
despacio te fui tirando
con tranquilidad y paciencia
y sin tener mucha ciencia
me alló la noche domando.
En vez de hecharme en el sobre
a dormir allá en mi rancho
llegue al boliche de juancho
y precisando unos cobres
la miseria ataca al pobre
es por eso que hoy explico
como yo nunca fui rico
la verda`que con dolor
acodau al mostrador
te negocie con perico.
Por eso me ven tristón
y me encuentran conmovido
cuando llega a mis oidos
la letra de un tal Carlos Ramón
me entristrece el corazón
con un verso lo detallo
se lo afirmo y lo subrayo
que esta escrita pa los dos
"...pa donde miraba Dios
cuando vendiste el caballo..."
El paisano siempre dijo
desde el dia que es tu dueño
que siga acunando el sueño
de que te ensillen mis hijos
por eso me regosijo
y asi mi canto se enciende
repitió pa que recuerde
te lo digo y transmitilo
"-hermano dormi tranquilo
que`l caballo no se vende".
Y el comprador agregaba
como pa arrancar sollosos
mientras tendia orgulloso
su mano pa que apretara
si la angustia te pialara
antes que llegue el demonio
pa dejar un testimonio
si hoy lo queres ensillar
pastiando lo has de encontrar
en la estacia "San Antonio".
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