sábado, 5 de junio de 2010

Carta al Doctor Agüero de Hector del Valle

Dice que la carta mía le costo trabajo leerla

Y que para comprenderla ha deletreao medio día

Que hay faltas de ortografía puestas como de intención

Como si la puntuación para Castro no existiera

Parece ser que escribiera sin sentido de expresión.

Recuerde Doctor Agüero que usted era un mozo estudiante

Y yo era en esos instantes un muchachito boyero

Mientras usted con esmero estudiaba de abogao

Yo le cuidaba el ganado rondando entre los cardales

Supe las 5 vocales cuando era un hombre casao.

Mientras usted, maravillas, estudiaba todo el año

Libros de todos tamaño, útiles como semilla

Yo no tuve otra cartilla en mi edad de colegial

Y cuando surgió triunfal su talento de gran hombre

Yo aprendí a poner mi nombre con la impresión digital.

Conozco sus gestos buenos, este amigo así lo entiende

Que su amistad no depende de una letra más, o menos

Sus reproches son amenos y afectuosos para mí

Más de una vez sonreí por sus cariñosas bromas

“…Castro: me debe 6 comas y 10 puntitos de “i”…”

Hay cosas que me enjareta y que las inventa usted

Como en donde dice que escribí sauce con “z”

Eso es una jugarreta, aunque también le diré

Que a veces me equivoque, justo es que lo confiese

De que hay palabras con “s” que las escribo con “c”.

Dice como de remache que lo más extraordinario

Es que a mi abecedario se le ha desertao la “h”.

Amigo, aunque usted me tache, que escriba “h” es casual

Yo las dejo en el morral pa que otros hagan consumo

Yo escribo así, “ombre” y “umo” y me comprienden igual.

Por su carta no lo dudo que es sabio en ortografía

Pero en su caligrafía cada letra es como un ñudo

Nos cuesta un trabajo rudo cuando nos llega a escribir

Pa poderla discernir la leemos y la releemos

Y en ocasiones no entendemos que es lo que quiere decir.

Pues de la mesma manera que usted no me entiende a mi

No le entendemos aquí su letra de enredadera

Lo que me extraña de veras es que todo un abogao

Se asombre que un peón de arao rural como la gramilla

Se le empaque una comilla o una “h” se le haya alzau.

Yo no conozco el acento ni puntualizo la “i”

Pero en la vida aprendí trabajos de rendimiento

Sacarle a una lonja un tiento, como tejer un botón

Y del potro cimarrón hacer caballo de silla

Trabajar una presilla y terminar un cinchón.

Aprendí en una mirada comprar una hacienda al corte

Dividir por el aporte, el consumo y la invernada

A contar una majada en la puerta de un corral

Que usted que es profesional con mas letras que una imprenta

Apuesto que no las cuenta sin confundir el total.

Usted se siente un portento y critica mi modismo

Porque sabe el mecanismo de comas, puntos y acentos,

Yo puse todo mi intento en la siembra y el ganao

La natura me ha dotao de una Argentina mollera

Que puede ser donde quiera más productor que un letrao.

Ahí le mando amigo Agüero haches y comas por cientos

Con mas comillas y acentos que maizes tiene un granero

Y como van de mas espero que las que sobren doctor

Me las mande sin temor porque ando en unos asuntos

De unas haches y unos puntos que le debo a otro escritor.

6 comentarios:

  1. Estimado estas decimas son del Payador Martín Castro, cuidao' con los autores mi amigo, hay que respetarlos, muchas milongas enseñan de eso. saludos. Luis

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  2. tiene razón el hombre es de Martin Castro.

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  3. a quien le interese, me prometieron la letra entera de santos pluma... "que responda el acusao dijo el juez con pausa suma diga porqué a santos pluma como un maula lo ha cortado...", escribirme a seispetalos@gmail.com , es muy largo y si me llega lo envío gratarola !

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  4. hoy ha fallecido trágicamente el amigo MARIO MENA en la ciudad de Mercedes, Buenos Aires. gran recitador le encantaba estas decimas y las decía como pocos. un gran recuerdo de este entrañable amigo. y al que lo atropelló y lo abandonó en la calle, dele dios mal galardón.

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  5. Esta letra no pertenece a Hector del Valle, sino a Martin Castro. Mi padre me la enseño en 1953.
    Montiel.

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  6. No me extraña: parece que es costumbre la de este hombre encontrar las cosas antes que uno las pierda. Supe verlo por la feria de Mataderos endilgándose la obra de Don Martín Castro como si fuera propia, y cobrar por sus versos en lugar de difundirlos, que es lo que hubiera soñado cualquier gaucho que se precie. Una lástima de veras...

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