Que tarde me había tocao,
Andaba como perdido.
Mi flete dio un resoplido,
Al pasar por un bañao.
Cuando miré pa un costao
Y vide una yegua muerta
Y un potrillo lista tuerta
Como llorando a su lao.
Y con el gusto amargao
fui rodeando la laguna,
Y al acercarme vi, ahijuna,
rastros de un puma cebao.
¡Ta!, que bicho atropellao:
le dejó el lomo deshecho
y le andaría al acecho
pa terminar lo empezao.
De un salto dejé el montao,
manoteando mi cuchillo
Cuando observé que el potrillo
Se venía pa mi lao.
Y aunque enfrené e´bocao
Saqué el cabresto al bozal,
Medio jetonió el bagual,
Pero lo truje enlazao.
A lo pampa lo he domao,
Para sacarlo buenazo
Y de volcar de un pedazo
Al vacuno más plantao.
No se apartó de mi lao,
Mientras duró su existencia;
Lista tuerta y que presencia,
Como pa cualquier mandao.
Y así te entrego cantando
Porque el tiempo natural
Me hizo volver al lugar
Aonde te vi llorisqueando.
Bordoneando y bordoneando,
Por milonga, este domingo,
¡pucha! Que pronto mi pingo
tu vida se fue acabando.
Y no te pude salvar,
No pude con la tormenta
Y un rayo cerró tu cuenta,
Nunca lo podré olvidar.
Fuiste viento al galopiar,
Eras mi orgullo sin vuelta.
No creo que tengas par,
Mi potrillo “Lista Tuerta”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario