jueves, 22 de enero de 2009

Hoy deja la jineteada de El Pampa Cruz

(Para el animador de jineteada Jorge Alberto Socodato)

Son las cinco y ha cantao el gallo con su ritual
Va a ser un día especial pa´ Ceferino Machado
Veinte años ha montao, tiene su fama ganada
Y tras larga meditada aunque nadie lo obligo
Hoy como fecha fijo en dejar la jineteada.

Como ya se ha levantao pa´l lado de la bomba encara
Y el agua fría en la cara ya lo ha despabilao
Luego el mate a preparao como en tantas madrugadas
Se presenta una jornada muy difícil de afrontar
Pues no para de pensar que hoy deja la jineteada.

Las bota´ e´ potro enrolló, el rebenque, los estribos
A las 6 hay colectivo según lo que averiguo
Como a las once llego, ya largaron la clineada
Pero a el no le afecta en nada, monta en bastos solamente
Le ronda un dolor latente, hoy deja la jineteada.

Un rato antes del almuerzo sortean los reservau
El ultimo le ha tocao pa´ hacer valer sus esfuerzos
Luego hace a un la´o unos versos, escucha la paisanada
Y siente a la muchachada: “Machao montas el de Altabe”
El sonríe, y nadie sabe que hoy deja la jineteada.

Si parece que fue ayer que jineteo el primer pingo
Y hoy, el último domingo que monta, es pa´ no creer
Se ha sentao para comer, pero no ha probado nada
Su garganta esta anudada, la verdad que no es pa´ menos
Y al llanto le pone freno, hoy deja la jineteada.

Después el animador, como la rueda ha pasao
A Ceferino Machado lo anuncia con gran clamor
Y pide al espectador que observen esta topada
El con las espuelas atadas, de un salto se enhorqueto
Y a señas se lo pidió, hoy deja la jineteada.

Cuando se la engancho en el ladino los cuadriles zarandeaban
Cuando mas se enojaba, mas lo achaba Ceferino
Tal vez el publico opino no imaginaba por nada
Que al venirse en las colgadas se le caería de mañero
El le salio arriba pero…hoy deja la jineteada.

El jurao le dio el primero como era de imaginarse
Y el fue corriendo a abrazarse con todos sus compañeros
Después se saco el sombrero y aunque nunca a hablado nada
Al que animo de pasada el micrófono pidió
Y en un grito estremeció ¡hoy dejo la jineteada!

Ha vuelto "El Zorro" señores de El Pampa Cruz

Yo soy “El Zorro” señores, el mas grande de la historia
Lo dice mi trayectoria lo han comprobao mis valores
Jinetes de los mejores eh bajao a campo abierto
Pero tuve un día incierto que nunca olvidare
Caí fiero, me estropie, y hasta me dieron por muerto.

Y Pasarotti, mi amigo, como es mi dueño tal vez
Pa´ decirle bien ni se lo que ha sufrido conmigo
Me protegió, me dio abrigo, pero aflojaron mis patas
Y sin tanta serenata cosa que nadie se entere
Me llevo pa´ que me operen a la ciudad de La Plata.

Y después que me operaron quede en el suelo tendido
Dicen que me había dormido, claro, si me anestesiaron
Unos parches colocaron allá bien contra el vacío
Y al despertarme con frío después de aquel largo sueño
Mi amigo, hermano, y mi dueño descansaba al lado mío.

Después de la operación pregunto el doctor si ¿estamo?
Porque no nos preparamos para cargarlo al camión
Y desde aquella ocasión volví por la ruta tres
Todo el paisaje observe por los distintos lugares
Y al pasar por Cascallares de contento relinche.

Y aunque me quieran trampear demorándome en el palo
Toda mi fama de malo nadie la podrá negar
Si me quiere jinetear el jinete más pintao
Yo se lo aclaro cuñao que no empiece a entretenerme
Que aquí pagaron pa´ verme y no pa´ tenerme atao.

Y regrese allá en Colón en la lucha mano a mano
Lo baje a “tito” Orellano, jinete de condición
Desde el primer enterrón gritaba la paisanada
Yo entre corcovo y cuerpeada mi prestigio defendía
Nunca olvidare aquel día, pues volví a la jineteada.

Por eso eh vuelto paisano, con veinte años a cuesta
Pa´ ser mas linda la fiesta y los golpeteos de mano
Y aclararle de antemano que al que se ate las espuelas
No la use con cautela si es que me quieren andar
Ni me empiecen a estudiar, como chico en una escuela.

Porque nací reservau, espero sirva mi aporte
Para este lindo deporte que de los tiempos pasau
Mi nombre estará grabao en las distintas jornadas
Y hoy dice mi paisanada que defiende mis valores
Ha vuelto “El Zorro” señores, a todas las jineteadas.

miércoles, 21 de enero de 2009

El pedido de Wenceslao Varela

Mándeme en nombre paisano de la amistad de nosotros
un par de botas de potro bien graniaditas a mano.
Bolee cualquier orejano, cuando salga a las laderas,
encebe bien sus potreras y le ajunta los garrones,
sobran por esas regiones crudos pa´engordar bicheras.

Aunque usté sabe cueriar tenga cuidado al sacarla
y sobre todo al lonjiarla, no me las vaya a cortar
las quiero pa´zapatiar con mis espuelas de plata
y aunque pueda creer que a gatas me asujeto los garrones
sepa q´en los pericones me baja el alma a las patas.

Póngaselas con rocío usté q´es medio patón
me les amolda el garrón a lo justo p´al pie mío
en su sabencia confío gaucho prolijo lo sé
las punteras cuésale con un pespunte Oriental
y no deje delantal que estribo con todo el pie.

No les haga de botón las guasquillas de jareta
porque mis dedos macetas no sirven pa´ un apurón
las prefiero de correón pál hombre que anda en baguales
y aunque no es muy de Orientales son fácil de desatar
ñudo pampa de acortar: dos tientos en dos ojales.

Pa´estreno les voy a atar mis enormes nazarenas
con cabrestos de cadena o alzaprima de ajustar
un crudo voy a ensillar pa´ lucirlas si él me deja
tengo la costumbre vieja que cuando voy jineteando
corro la pata espueliando hasta el tronco de la oreja.

Cuando me las traiga vamos a asar un buen costillar
chupando sin apurar pa´ver si no nos mamamos,
porque si a hablar empezamos de yerras ,de jineteadas,
pericones y payadas y estancias que conocemos;
es seguro que tendremos el chifle a las testeriadas.

Con el lenguaje del máte de Hector del Valle

Me largué pa' saludarla, a ñá Florinda Raquel.
Una viejaza tan fiel que bien merece nombrarla.
A más, vale ponderarla y no a modo de remate,
antes que yo me desate a hacerle un buen homenaje;
a quien me enseñó el lenguaje con el idioma del mate.

Dijo que es cosa genuina que el llamado "cimarrón"
tanto lució en el fogón, como lució en la cocina;
y que la china argentina lo tuvo pa'su combate
y ansí esta expresión le late con divino resplandor
y habló en secreto de amor ayudada por el mate.

Cualquier moza irá diciendo con un mate muy caliente...
de que segura presiente que ya se está derrientiendo.
Cualquier gauchito sonriendo a esta costumbre se ata.
Mate muy dulce desata a una prienda decidida,
diciéndole que "enseguida tenés que hablar con el tata"!.

Mate dulce es amistád y con leche estimación,
con café se da un perdón con toda sinceridad.
Cuando hay cordialidád es con azucar quemada,
espumoso que es su amada y con naranja el lenguaje
dice que "tome coraje y se la lleve robada".

Amargo es indiferencia o quitate la ilusión,
llegás tarde a mi rincón, molestás con tu presencia.
Ansí poniendo su cencia obraba con desagrado,
al dar un mate lavado la moza quería decir:
que se va a tener que ir a tomar mate a otro lado.

Receta de Guillermo Cuadri

Via a darles unos consejos y que me atiendan les pido:
Saben que soy conocido como curandero viejo.
Y me da rabia ¡Canejo! ver que a través de los años,
toavía creen en los engaños que tiene la medicina;
si que ajuera cualquier china sabe curar hasta daños.

¡Hay que dejarse e bobiar ,pa creer la realidad
Si naides en la ciudad ,puede saber pa' enseñar.
Si la cencia de curar no se apriende a dos tirones
Y aunque nieguen los naciones esta machaza verdad:
pa' cualquier enfermedad bastan yuyos y oraciones.

Pa que vean que soy macho, sin mañas ni malas tretas,
via darles unas recetas y abran el ojo ¡caracho!
Para curar un empacho un dotor no sabe nada.
Yo con pezuña quemada, yerba, el pollo y santiguao
dejo el empacho curao sin tener una fallada.

No hay nada mas apropiao pa' curar del padrejón;
que el hinojo o el cedrón con algun manipuliao.
El sauco: pal resfriao; pa sabañones, la ortiga;
Marcela, pa' la barriga y mejor remedio no hallo:
que arazá y cola e caballo pa' riñones y vejigas.

Al pasmo real ,Don Garrido ,lo cura presto y sin yerros
con bosta blanca de perro , y abrojo grande, cocido.
Pa la histiricia es sabido, un remedio muy mentao
pues yo siempre la he curao por mas bellaca que sea:
colgando en la chimenea,un trapo e lana mojao.

Si el asma da un sofocón, se pita un cigarro chico
hecho con flor de chamico ,o con las del floripón.
Pa curarse un sabañon: se deja en el fuego un rato
un poco e tuna en un plato, despues lo refriega fuerte;
Y , pal orzuelo es la muerte: la cruz con la cola el gato.

Pa partos: vahos de artemisa ,pa la fiebre: suzuayá
y raiz de burucuyá: A la vejiga suaviza.
Al intestino lo alisa la oreja e tigre en pomada.
Pa coyontura sacada, la leche del higuerón;
y el güen apio cimarrón , pa' tuita herida infestada.

Pa' la mala enfermeda ya sea de nueva o de vieja:
El Quelpe ,yerba 'e la oveja ,la miona , o el zucará.
Un remedio de verdad, pa curar la Risipela:
es friyendo con canela y hojas de moralito,
otras tantas de eucalipto y un poco de sebo e vela.

Bueno...con Dios mis paisanos. Yo con la Virgen me quedo.
Por hoy salgo de este enriedo y doy descanso a mis manos
Deseando que esten hermanos , contentos de haber nacido
Reciban como despido, con tuita sincerida':
Un guascazo de amistad Del viejo Santos Garrido.

Milonga para mi gallo de Pedro Boloqui

Anunciador de alboradas visitas y cerrazones,
su origen de cimarrones la grita a las pampereadas.
Con las espuelas "trabadas" luce su estampa machaza.
Y si alguna bataraza cede a su intento amoroso
saca pecho, y canta airoso como el gaucho de mi raza.

Muestra la cresta cortada por picotones en duelo.
Y le cae, como un pañuelo la golilla colorada.
Siempre alerta la mirada vigila atento el plantel.
No sea que alguna infiel le acepte a un pollo un floreo,
y olvide que en su rodeo no aparte nadie mas que él.

Su relumbroso plumaje parece un poncho barcino,
que levantó en el camino por precauciones del viaje.
Nunca mezquina coraje ni se acoquina por nada,
y al soltar la clarinada cuando hecha el cuerpo hacia atrás,
¡se parece a un capataz ordenando a la peonada!

Sabio en cuestiones de amor sin preferencia en el pelo,
no causa envidias ni celos y es con todas cumplidor.
Cuando alguna polla flor viene, mimosa, a su lado,
como criollo enamorado que de su astucia hace gala,
le tiende el fleco del ala y ensaya un "escobillado".

Y así, feliz y orgulloso pasa cantando las horas,
entre tantas ponedoras que lo adoran como "esposo".
Yo pienso, al verlo dichoso que ojalá al hombre también,
la misma ciencia le den para que al fin con fortuna,
pueda arreglarse con una como mi gallo con cien!

Tiempo del hombre de Atahualpa Yupanqui

La partícula cósmica que navega en mi sangre
es un mundo infinito de fuerzas siderales.
Vino a mi tras un largo camino de milenios
cuando, tal vez, fui arena para los pies del aire.

Luego fui la madera, raiz desesperada.
Hundida en el silencio de un desierto sin agua.
Luego fui caracol, quien sabe donde.
Y los mares me dieron la primera palabra.

Despues, la forma humana desplegó sobre el mundo
la universal bandera del músculo y la lágrima.
Y brotó la blasfemia sobre la vieja tierra.
Y el azafrán, y el tilo. La copla y la plegaria.

Entonces vine a America para nacer un Hombre.
Y en mi junté la pampa, la selva y la montaña.
Si un abuelo llanero galopó hasta mi cuna,
otro me dijo historias en su flauta de caña.

Yo no estudio las cosas, ni pretendo entenderlas.
Las desconozco, es cierto, pues ante viví en ellas.
Converso con las hojas en medio de los montes
y me dan su mensaje las raices secretas.

Y asi voy por el mundo, sin edad ni destino.
Al amparo de un cosmos que camina conmigo.
Amo la luz, y el río, y el camino, y la estrella.
Y florezco en guitarras, porque fui la madera.

Tu poncho de Wenceslao Varela

Tu poncho está en mi pasao, y es como aquel que lucí
en los tiempos que viví “diez años sobre el recao”.
A “punto pampa” bordao, y es lujo sobre el gauchaje.
Me lo pongo en homenaje a tu amistad criolla y fiel.
Me parece estar con él en los toldos del indiaje.

Tu poncho estará conmigo si llega el invierno helao;
soñaré con él tapao en la amistad del amigo.
Dará a mi vejez abrigo hasta que Dios lo permita;
y, si a la noche infinita entro pronto, irá terciao
conmigo sobre el recao como una cosa bendita.

Él ha de entibiar mis manos domadoras y baquianas
de las seis cuerdas hermanas y hermanas de mis paisanos.
Entibiará los arcanos de mi largo galopear;
será en mi niño soñar tibio alón, criolla bandera
que haré flamear ande quiera en valiente tremolar.

Mi frío con él combato y me creo que es, hermano,
aquel poncho tucumano de Generoso Damatto.
A mis versadas lo ato con un ñudo potreador.
Lo llevo cantando flor del rancho a la pulpería.
Lo luzco, como lo hacía en mi ayer de domador.

El asador de Agustín A. Lopez

La pucha si vos sabrás del tema de calcular...!
y a lo mejor estudiar pudiste, hasta allí nomás...
Muy pocas veces errás en la leña a consumir
y hasta podés deducir según como sople el viento,
si más ligero o más lento y a qué hora podrá salir.

Si grande o chico cortao, menudencia o embutido,
no te ve desprevenido ni tampoco "el emplumao".
Lo mesmo si va ensartao o si cuadra, hasta con cuero...
su condición de matero no le impide vigilar,
pues nada se va a quemar ante un ojo tan certero.

Si te habrás quemao las cejas con los grados de calor...!
y el aplauso al asador se vio empañao por dos quejas...
¡Malhaya!costumbre vieja...de alguno desubicao
que a tuito le'ncuentra el lao negativo de la cosa.
¡Y ni un pétalo de rosa pa'l que tanto ha trabajao!

Del humo que habrás tragao ni recordarlo, mejor
y es en vos como un sabor ese perfume impregnao.
¡Cuánto tendrás renegao con la leña humedecida...!
Y tu pala, ennegrecida se ha gastao de tanto andar,
junto al palo e maniobrar entre la brasa encendida.

Así es amigo asador...otros llevan los laureles,
saben mucho de papeles pero poco de calor.
Yo que soy tu admirador dejo un saludo genuino
con éste, mi humilde trino y mi aplauso resonante
es pa'decirte: ¡Adelante...gran asador argentino!

El Estribo de Agustín A. Lopez

Solo, al verte jubilao, estás sin tu compañera
que jue siempre la estribera viviendo a vos abrazao.
En la vitrina o colgao -según grado de importancia-
en un museo o la estancia te ha guardado algún paisano,
porque sumó al artesano que se supo dar prestancia.

¡Qué lujos se dio el platero filigranando a buril!
ya de frente o de perfil dende'l tiempo del brasero,
En suela, el talabartero, se lució en las iniciales
¡y qué trabajos manuales!cuando de aspa se te hizo
cosas que yo sintetizo: en joyas artesanales.

De fierro y algún metal creaciones en el primero
a veces, de aquél herrero dando vida'l material.
Pero el indio jue genial porque con poco se ideó
lo que luego el gaucho usó como juera el de pichico,
simple, livianito y chico y "pampa" se lo llamó.

Con cuero doblao también estribando ansí con eso
que hizo el trabajo del güeso a dos dedos y muy bien.
De cajón, que no se ven, de madera y bien labraos
los "trompa 'e chancho" llamaos, por último los pateros,
que'n la mano de sogueros terminaban retobaos.

¡Y qué hermosa tu función! que's ayudar a subir
y al apiarse, permitir evitarse un revolcón.
Además ¡qué sensación! de estar sereno y altivo
cuando montao, yo percibo que de verme'n un apuro,
allí me siento seguro usando bien el estribo.

Al no poderte alcanzar en un tronco o alambrao
atracan al ensiyao muchas veces pa' montar;
pero hay quien te suele usar como número tercero
y te guarda bajo el cuero pa' que naides vea la treta,
escondiendo tu silueta porque no sos del apero....

A mí me gusta estribar casi, casi con la punta,
y bien pareja la yunta cuando termino 'e cinchar.
Y ya pronto pa' montar es allí cuando recibo
ese beso sugestivo que a diario me da mi "amada"
tras la última chupada del amargo del estribo.

Ensillando de Pedro Risso

El sol que se ha despertao me manda una luz al cruce
al verme arreglarle el tuse a un flete oscuro tapao.
Es que pa dir al poblao saldré temprano del puesto,
y como es lindo el pretexto en semejante ocasión
con mi emprendao pobretón viá ensillar echando el resto.

En él no hay mucho valor porque el dueño es un resero,
pero a prolijo y campero puede arrimarse al mejor.
Cada prenda con mi amor les voy a dir detallando,
pa que vayan observando pilcha por pilcha en su aspecto,
o le saquen un defecto mientras que voy ensillando.

Primero la sudadera le asiento con gran cuidao
bien justo de cada lao para que no haga "bandera".
Al ponerse esa bajera siempre precauciones tomo,
porque el hombre muestra aplomo y hasta su ciencia resalta
cuando al pingo no le falta ni un solo pelo del lomo.

Pongo un mandil colorao y otro azul, de buena lana,
pa' que la gente paisana no vaya creerme un dejao.
Ser prolijo y delicao no es nada muy trabajoso,
y suele ser ventajosoy a que ande llegue a parar
siempre lo han de ponderar al criollo que es cuidadoso.

La carona nunca olvido por servicial y criolla
que parejita se apolla realzando el racao florido.
Todo gaucho presumido con ella el pilchaje entona,
porque un recao sin carona es verano sin chicharra,
o parece una guitarra que le falta la bordona.

Con la mayor sencillez pero realzando su estampa
le pongo una matra pampa cuidando cada doblés.
Y así convertido en juez que no perdona un descuido,
aunque he galopiao tupido con mi oscuro en ocasiones,
de la cruz y los riñones nunca lo vi dolorido.

Pongo los bastos, y veo que cada tapa de plata
es señal que los delata como prenda de paseo.
Al ponerlos me floreo y cuando los emparejo
entre el brillo y el reflejo me hacen ver de tal manera
como si el sol se viniera a mirarse en un espejo.

De anca 'e potro la encimera que un viejo me ha trabajao,
de un bagual bayo tiznao quebrao en la vizcachera.
Es fuertona su asidera y machazos sus corriones,
pa que aguanten los tirones porque el criollo siempre adujo
que hasta en las pilchas de lujo hay que tener precauciones.

Cincha muy bien trabajada de cuero crudo elegido,
hecha por un entendido pareja y bien macetiada.
Viene a copar la parada con apuros de apretar,
pero yo siempre al cinchar cualquier detalle contemplo,
como siguiendo el ejemplo del que me enseñó a ensillar.

De cerca, ó de medio lejos, mirando en forma segura
verán a la misma altura los dos estribos parejos.
La luna les dio reflejos una noche al contemplarlos,
y aunque a menudo se usarlo sen fiestas de tradición
de tan gauchitos que son me da pena de pisarlos.

Haciendo grupa al recao brillosas y tentadoras
le pongo las boleadoras en su lugar obligao.
Son como un certificao del tiempo que han recorrido,
y desafiando al olvidoho y brillan airosamente,
cual si el pasao, al presente, le echara una falta envido.

Un lazo bien trabajao mostrando su trenza blanca
le acomodo sobre el anca prolijamente arrollao.
En su trabajo esmerao, vistoso y de resistencia
en todo el tiro evidencia de la presilla a la argolla,
un sello a la mano criolla de lujo, de arte y de ciencia.

Como adorno superior después le pongo el pretal
porque pa mi es habitual salir como un gaucho flor.
Prenda de lujo mayor siempre mi atención reclama,
y entre el brillo que derrama de su patrón, con derecho,
justo en el medio del pecho va luciendo un monograma.

Recortao a la medida va un cuero negro gauchón,
blandito como un colchón de lana corta y tupida.
El sobrepuesto enseguida pongo con cierta cautela,
donde el carpincho revela su suavidad y sus matices
y un sinfín de cicatrices que parecen de viruela.

Doy una vuelta al cinchón y vuelvo a darle otra más
pa que no digan jamás que está ensillando un chambón.
Debe empezar de pichón quien se quiera destacar,
y en el diario trajinar algo nuevo hay que aprender,
porque dicen que el saber no ocupa ningún lugar.

El rebenque está conmigo y si ustedes no lo han visto
está siempre a mano y listo como si fuera un amigo.
Ha sido y es el testigo en cada ocasión que ensillo,
y mandón como un caudillo que de su fuerza alarde
colgado, se balancea, desde el cabo del cuchillo.

Formando un solo conjunto, rienda, cabezada y freno,
como en el día del estreno relumbran de contrapunto.
Mientras enfreno, repunto la manada de mis versos,
y haciendo algunos esfuerzos entre chiflido y chiflido
los traigo desde el olvido aunque se encuentren dispersos.

Bozal bien cáido al hocico dando al sol sus resplandores,
sumando sus pasadores como trescientos y pico.
Y así como les explico al seguir con mi tarea
el cabresto juguetea, mientras yo en la cogotera
con los botones pa afuera le prendo bien la manea.

Ponerle un recao a un flete parece cosa sencilla,
pero no cualquiera ensilla que ensillar no es un juguete.
Al que no sabe y se mete ya renegando lo siento,
pues nadie dirá que miento las molestias que ocasiona
si la mosca está bravona o si sopla fuerte el viento.

Pa que opine cada cual a su antojo y sin apuro
dejo ensillao a mi oscuro rienda arriba en el corral.
Y como a carta cabal soy criollo de campo afuera,
rogarle a Dios yo quisiera pa que el recao y mi pingo
no anden en manos de gringo el día que yo me muera.

Cencerro de "Tito" Urnissa

Cencerro al verte colgao como motivo de adorno,
veo un tiempo sin retorno en tu silencio entablao.
Por el progreso enjaulao, pájaro de los caminos,
al no escuchar más tus trinos se me hace al paso que vamos
que cuanto más avanzamos somos menos Argentinos.

Allí tu bronce pulido nuestro pasao se refleja
que tranco a tranco se aleja reseriao por el olvido.
Mas si por áhi un tañido se te'scapa de repente,
los recuerdos dando el frente rodean tu trayetoria
y entra 'agarrar mi memoria trayendolós al presente.

Te veo cuando resero con lluvia, soles o escarcha
ir siempre abriendo la marcha con tu sonido rumbero.
No hubo pago forastero ni quedó "güeya" orejana
y en esas noches que gana el desvelo sueños idos,
por un cielo de mugidos me traías la mañana.

Fuistes pa'mis redomones corral de alambre segura
luna clara en noche oscura y sol en las cerrazones
a veces fueron tus sones como el alerta de un tero,
cuando algún piyo cuatrero quiso arriarme la tropiya
o del pajal a la orilla salió algún zorro mañero.

No se si por ofendido o por matar la rutina
al cambiarte de madrina también cambiabas sonido.
Lo mismo, eras conocido al rumbiar pa'la querencia,
aumentando tu estridencia eras en la güeya larga:
un clarín tocando a carga contra malones de ausencia.

Hoy tu existencia es ocaso de una jornada cumplida
tu vida, como mi vida se van llendo paso a paso...
Y cuando el silencio al raso allá en la llanura acampa
al gaucho, historia y estampa lo siento morir, ¡barajo!
al no latir tu badajo en el pecho de la pampa.

martes, 20 de enero de 2009

Mis sueños de Eleodoro Marenco

"Los sueño y veo entre mis sueños
los vivo en mis recuerdos no vividos
dialogando con ellos en obstinado empeño
cuando dormido...,cuando despierto...
Asi...,siempre urgando en la vida
de un pasado muerto.

Mil fogones se encienden en mis noches
de un febril desvelo
que sin descanso evoca
al indomito bagual en su carrera loca
al gaucho que muere en el olvido
sin gestos, sin reproches...,sin gemidos.

Sigo la rastrillada de mis sueños desvelado
buscando el rancho, el ombu, la china
donde arrulla la torcaz en la glicina
alentando un amor siempre esperado.
Obstinadas remembranzas y nostalgias
no dan tregua ni calma a mis sentidos
oigo el canto de pajaros en sus nidos
y el encelado relincho del potro en la distancia.

Mil recuerdos pasan rodeo en mi memoria,
Son las "cosas" de mi Patria y de su Historia,
envueltas en las leyendas y las brumas
de un lejano ayer...,de un pasado inmenso.
¡Ah! tiempos...que lejos se han ido
tras ellos..., al tranco mi vida
siguiendo sus rastros invisibles
en el eterno misterio del infinito...

En el alto azul del cielo
brilla el lucero de la tarde
el sol..., rumbea hacia el ocaso
silente llega la noche
tendiendo sobre la quietud del campo
sus largas y anchas sombras
a guisa de caronas, de matras y de ponchos
donde alli, el sol descansara su noche.

Yo en mis sueños y desvelos
sigo las huellas del tiempo
esperando el dia "ese"...
en que fijando la mirada
en la lejana cruz del sur
cruzare mis ponchos y montando...
partire endereceras a las estrellas,
asi...,al paso, llegare a los umbrales
de las brumas y leyendas.

Alli, echare pie a tierray me reunire con ellos...,
gozando ya en plenitud de una eternidad
de cielos...,de infinitas pampas...
entregado definitivamente
a mis para siempre eternos "sueños"...,
cobijado al amparo de la gloria
de Dios Nuestro Señor y la Santisima Virgen".

Vivir lo nuestro de Martín Castro

Así como lo oye prienda,
dicen que el país esta pobre,
que hay que administrar el cobre,
y estirar el patacón,
primera vez que los criollos,
andan tasando el centavo,
y perdigando el conchabo,
para ganarse el jornal.

He léido en una gaceta,
de que en el extranjero hay guerra,
y el murmullo de la yerra,
obra en nuestro patacón,
penetra en los aposentos,
escarba en el fondo del alma,
y nos sale del corazón.

Las cosas suben y suben,
todo vale con exceso,
lo que no vale es el peso,
esta en mengua su valor
,con lo que antes se compraba,
el mejor par de alpargatas,
hoy redoblando la plata,
no se compra ni la peor.

Hoy vale cualquier zaraza
,lo que antes valía la seda,
pues con el papel moneda,
compra la mitad de aquel,
sube el metro, sube el kilo,
la yerba, el pan, el fideo,
peso que entra al menudeo,
es pasto del mercader.

Hacen como el boticario,
que compra yuyaje criollo,
sauce, malva, raíz de pollo,
barba de choclo y cedrón,
el compra montón por bolsa,
pero lo vende a romana,
cobra por una tisana,l
o que le costó el montón.

Hay que aminorar el lujo,
y desgringar la moda,
desarrancar con la poda,
todo lo gringo importado,
sentir el gaucho en el alma,
"Argentina" la voz llena,
que por dentro y que por fuera,
se viva argentinizado.

Por culpa de las gauchadas de Tomás Gogorza Mayo

Estaba bastante en ruina, sin plata en el tirador
y calzé de domador en una estancia vecina.
Cuando pisé la cocina a una sirvienta que había,
los ojos se le salían del aujero 'e la cabeza;
yo pensé de mi pobreza la moza se asustaría.

Al otro día bien temprano mi recau acomodé,
si hasta un mandil le saqué pa' que quede más liviano.
Vino la moza, en la mano un mate amargo traía;
al tiempo que me pedía que le ayudara a ordeñar"
si es baquiano pa' apoyar yo tironeo todo el día"...

Ordeñamos la lechera.Me fuí a buscar la manada,
al volver la vi afirmada en el palo e' la tranquera.
Me dijo: "yo aura quisiera me ayudara uste a juntar,
unas leñas que hay pa' echar en aquél monte tupido;
pa' que no se haga el perdido yo lo voy a acompañar"...

Llevé leña a la cocina, apurao me fui a ensillar;
me habían dau pa'galopiar el potrillo e' la madrina.
Pero esa moza ladina se me volvió a aparecer.
Dijo: "usté no va a creer, ayúdeme a cortar chala
los chanchos están sin comer"...

Puse a los chanchos panzones medio atoraus por los choclos.
Ella decía: "otro poco que estos son muy comilones"...
Se empacharon los glotones ya había yegau medio día,
entonces ya no podía al potrillo galopiar
y tuve que desensillar con la bronca que tenía.

Así después de almorzar me tiré un rato a la siesta
¡pero que china molesta! me tuvo que despertar.
Me dijo: "Va a perdonar, están todos descansando,
pero de acá estoy mirando unos patos entre los juncos;
vamos nosotros dos juntos no sea que se estén augando"...

Era un pato cimarrón y dos o tres gallaretas
y en esas tantas gambetas me topé con el patrón.
Me preguntó: "El redomón, ¿ya pronto podré ensiyar?"...
Hoy se la pude chantar y arreglarle bien las cuentas:
"Si acá manda la sirvienta, yo no puedo jinetiar".

Conté todo lo pasau a aquél atento señor.
Me dijo: "Hágame el favor, váyase por ande ha entrau".
Otra vez ando tirau culpa esa china malvada,
lástima tan reservada que nunca me dió un lugar;
sino ya le iba a enseñar tanto pedirme gauchadas.

La visita del marciano de Tomás Gogorza Mayo

Matiando yo en mi cocina abrigau junto al fogón,
mi china en un rincón desplumaba una gallina.
Derrepente se ilumina todo el rancho alrededor;
yo que soy buen tirador me calzé y atropeyaba, c
uando vi que aterrizaba un gran plato volador.

Se bajó un flaco elegante me dijo: "no quiero guerra,
vengo a conocer la tierra y sus gauchos habitantes".
Lo hice pasar pa'adelante por hay se me hizo entender:
"Tu señora quiero ver...quiero tener relaciones",
¡Fíjense las intenciones: meterse con mi mujer!.

Su melena era ondulada y su cuero cascarudoy
o creo que andaba desnudo, sus coyunturas sonaban.
Las aspitas bien arquiadas y era medio jorobau,
siempre lo tenía a mi lau queriéndome conquistar:
"a mí me vas agarrar, por más que sea adelantau".

Lo invitamos a cenar y se quedó complacido;
de tan lejos había venido, no lo podíamos llenar.
Lo hubieran visto mascar con esos dientes grandotes,
se chupaba los bigotes con la grasa que chorriaba,
las gayetas le pasaba enteras por el gañote.

Después se quiso acostar le estaba atacando el sueño
muy contento y muy risueño a mi cama se fue a echar.
De un salto lo hice parar manotiando mi cuchilla,
se la puse en las costillas y le grité al poderoso
-"no te la des de gracioso y acostate en tu casilla".

Hay se me puso a llorar y se empezó a retorcer.
Me dijo: -"No puedo creer que me vayas a despreciar,
igual me voy a arreglar tengo muy buena intención.
Siempre habrá un buen corazón que me sepa comprender.
Yo duermo con mi mujer y vos te vas al galpón"...

-"Mirá marciano avivau!", le grité con voz bien fuerte
"jugarte la vida o muerte de acá salís achurao".
Casi me caigo sentau en el medio de la cocina
cuando una voz suave y fina me dijo como a un hermano:
-"Yo no soy ningún marciano, soy 'marciana femenina'.

Hay mi vida campechana me vengo avivar recién...
¡Qué lindo en luna de miel disparar con la marciana!.
Pero se hace la macana...yo no dejo a mi mujer,
primero tengo que ver la marciana en su planeta
si me cuelga la gayeta ¿cómo se hace pa'volver?

Una moto resabiada de Tomás Gogorza Mayo

Tengo tropilla entablada me quise motorizar
y se me ocurre comprar una moto colorada.
La mandaron embalada envuelta en una arpillera
casi pura de carrera que joya más colosal
pa correr no hay otra igual la llaman "superligera"

Estaba loco e contento ya ni en el suelo pisaba
a mi vieja le mostraba pa los dos era el asiento.
Cuando tengamo un momento la tenemos que estrenar
te la viá hacer disparar por el asfalto brilloso
los vecinos envidiosos cómo van a criticar

Toqué el botón de "contrato" y la dejé acelerada
con una juerte patada puse en marcha el aparato
-"Viejita esperáme un rato le via encajar un vareo
verás como piloteo mirá de abajo el ombú
si me encuentro algún ñandú seguro te lo boleo".

Echando gran humareda arrancó a los avalanzos
pasó por entre unos gansos los tapé en la polvadera
la pucha que cosa fiera ya no ví más a la vieja
por la güella despareja me temblaba el caracú
me le eché sobre el tustus y agarráu de las orejas

Recién me vine acordar tantos botones tenía
pero cuál se apretaría cuando uno quería parar.
Por hay me tocó pasar por el rancho a la carrera
mi vieja que estaba afuera a gata alcanzó a gritar:
"No te vayas a largar que se te va a hacer mañera!"

Vieran visto disparar a mi moto colorada
tal vez estaría asustada que ya no quería parar.
Otra vez vine a cruzar junto al rancho un pajonal
mi vieja tan servicial siempre valiente y serena
le hacía ruido con la avena que había echau en el morral

Cambiando de dirección hasta un vecino llegué
y a la pasada grité cuál era la solución.
Menos mal un mocetón que la sabia manejar
con otra me echó a la par yo pensé que iba a enlazarla

Me gritó: "Tenés que augarla si no la podés parar!"
Agarré derecho al río que hay que augarla yo sentí
al medio la zambullí todavía se ve el chisperío
Me sacaron muerto e frío y con la ropa empapada
la moto quedó allá augada no me crean atrasao
algún chambón la ha cargau a esa "moto resabiada"

Ansína es la madre mía de Víctor Galieri

Gaucha como una tonada,
linda como un par de espuelas,
graciosa como "vihuela"de clavijas encintadas,
suave como una mirada
que sólo inspira confianza,
"jagüel" donde el agua mansa
desborda su simpatía.
Ansina es la madre mía!
mi amor, mi fe y mi esperanza.

Güena como el pan bendito,
sentida como un reproche,
sublime como la noche
que abarca hasta el infinito,
alegre como el cielito,
servicial como yesquero,
criollaza como el apero,
entradora como pena,
ansina es mi madre güena
por eso tanto la quiero.

Tata Dios!... tal vez por celo
me la apartó de la güeya,
y hoy mi mama es una estrella
que está brillando en el cielo.
Si grande fue el desconsuelo
que me causó su partida,
yo pienso que dende arriba
ya santita gaucha mía
seguirá siendo la guía
que oriente mi pobre vida.

Santos Vega: IV. La muerte del payador de Estanislao del Campo

Bajo el ombú corpulento, de las tórtolas amado,
porque su nido han labrado allí al amparo del viento;
en el amplísimo asiento que la raíz desparrama.
Donde en las siestas la llama de nuestro sol no se allega,
dormido esta Santos Vega, aquel de la larga fama.

En los ramajes vecinos ha colgado, silenciosa,
la guitarra melodiosa de los cantos argentinos.
Al pasar, los campesinos ante Vega, se detienen;
en silencio se conviene no guardarle allí dormido;
y hacen señas no hagan ruido los que están a los que vienen.

El más viejo se adelanta del grupo inmóvil, y llega
a palpar a Santos Vega. moviendo apenas la planta,
Una morocha que encanta por su aire suelto y travieso,
causa eléctrico embeleso porque, gentil y bizarra,
se aproxima a la guitarra y en las cuerdas pone un beso.

Turba entonces el sagrado silencio que a Vega cerca,
un jinete que se acerca a la carrera lanzado;
retumba el desierto hollado por el casco volador;
y aunque el grupo, en su estupor, contenerlo pretendía,
llega, salta, lo desvía y sacude al payador.

Ni bien el rostro sombrío de aquel hombre mudos vieron,
horrorizados sintieron temblar las carnes de frío.
Miro en torno con bravío y desenvuelto ademán,
y dijo: "Entre los que están no tengo ningún amigo,
pero, al fin para testigo, lo mismo es Pedro que Juan".

Alzó Vega la frente, y le contempló un instante,
enseñando en el semblante cierto hastío indiferente.
"Por fin, dijo fríamente el recién llegado, estamos
juntos los dos, y encontramos la ocasión, que éstos provocan,
de saber cómo se chocan las canciones que cantamos".

Así diciendo, enseñó una guitarra en sus manos,
y en los raigones cercanos preludiando se sentó.
Vega entonces sonrió, y al volverse al instrumento,
la morocha hasta su asiento ya su guitarra traía,
con un gesto que decía:"La he besado hace un momento".

Juan Sin Ropa (se llamaba Juan Sin Ropa el forastero)c
omenzó por un ligero dulce acorde que encantaba.
Y con voz que modulaba blandamente los sonidos,
cantos tristes nunca oídos, cantó cielos no escuchados,
que llevaban, derramados,la embriaguez a los sentidos.

Santos Vega oyó suspenso al cantor; y toda inquieta,
sintió su alma de poeta como un aleteo inmenso.
Luego, en un preludio intenso, hirió las cuerdas sonoras,
y cantó de las auroras y las tardes pampeanas,
endechas americanas más dulces que aquellas horas.

Al dar Vega fin al canto, ya una triste noche oscura
desplegaba en la llanura las tinieblas de su manto.
Juan Sin Ropa se alzó en tanto, bajo el árbol se empinó,
un verde gajo tocó, y tembló la muchedumbre,
porque echando roja lumbre,aquel gajo se inflamó.

Chispearon sus miradas, y torciendo el talle esbelto,
fue a sentarse, medio envuelto por las rojas llamaradas.
¡Oh, qué voces levantadas las que entonces se escucharon!
¡Cuántos ecos despertaron en la Pampa misteriosa
a esa música grandiosa que los vientos se llevaron.

Era aquélla esa canción que en el alma sólo vibra,
modulada en cada fibra secreta del corazón;
el orgullo, la ambición, los más íntimos anhelos,
los desmayos y los vuelos del espíritu genial,
que va, en pos del ideal, como el cóndor a los cielos.

Era el grito poderoso del progreso, dado al viento;
el solemne llamamiento al combate más glorioso.
Era, en medio del reposo de la Pampa ayer dormida,
la visión ennoblecida del trabajo, antes no honrado;
la promesa del arado que abre cauces a la vida.

Como en mágico espejismo, al compás de ese concierto,
mil ciudades el desierto levantaba de sí mismo.
Y a la par que en el abismo una edad se desmorona,
al conjuro, en la ancha zona derramábase la Europa.
Que sin duda Juan Sin Ropa era la ciencia en persona.

Oyó Vega embebecido aquel himno prodigioso,
e inclinando el rostro hermoso, dijo:"Sé que me has vencido".
El semblante humedecido por nobles gotas de llanto,
volvió a la joven su encanto, y en los ojos de su amada
clavó una larga mirada, y entonó su postrer canto:

"Adiós luz del alma mía, adiós, flor de mis llanuras,
manantial de las dulzuras que mi espíritu bebía;
adiós, mi única alegría, dulce afán de mi existir;
Santos Vega se va a hundir en lo inmenso de esos llanos...
¡Lo han vencido! ¡Llegó, hermanos,el momento de morir!"

Aún sus lágrimas cayeron en la guitarra, copiosas,
y las cuerdas temblorosas a cada gota gimieron;
pero súbito cundieron del gajo ardiente las llamas,
y trocado entre las ramas en serpiente, Juan Sin Ropa
arrojó de la alta copa brillante lluvia de escamas.

Ni aun cenizas en el suelo de Santos Vega quedaron,
y los años dispersaron los testigos de aquel duelo;
pero un viejo y noble abuelo, así el cuento terminó:
"Y si cantando murió aquel que vivió cantando,
fue, decía suspirando,porque el diablo lo venció".

Santos Vega I : El alma del payador de Estanislao del Campo

Cuando la tarde se inclina sollozando al occidente,
corre una sombra doliente sobre la pampa argentina.
Y cuando el sol ilumina con luz brillante y serena
del ancho campo la escena, la melancólica sombra
huye besando su alfombra con el afán de la pena.

Cuentan los criollos del suelo que, en tibia noche de luna,
en solitaria laguna para la sombra su vuelo;
que allí se ensancha, y un velo va sobre el agua formando,
mientras se goza escuchando por singular beneficio,
el incesante bullicio que hacen las olas rodando.

Dicen que, en noche nublada, si su guitarra algún mozo
en el crucero del pozo deja de intento colgada,
llega la sombra callada y, al envolverla en su manto,
suena el preludio de un canto entre las cuerdas dormidas,
cuerdas que vibran heridas como por gotas de llanto.

Cuentan que en noche de aquellas en que la Pampa se abisma
en la extensión de sí misma sin su corona de estrellas,
sobre las lomas más bellas, donde hay más trébol risueño,
luce una antorcha sin dueño entre una niebla indecisa,
para que temple la brisa las blandas alas del sueño.

Mas, si trocado el desmayo en tempestad de su seno,
estalla el cóncavo trueno, que es la palabra del rayo,
hiere al ombú de soslayo rojiza sierpe de llamas,
que, calcinando sus ramas, serpea, corre y asciende,
y en la alta copa desprende brillante lluvia de escamas.

Cuando, en las siestas de estío, las brillazones remedan
vastos oleajes que ruedan sobre fantástico río,
mudo, abismado y sombrío, baja un jinete la falda
tinta de bella esmeralda, llega a las márgenes solas...
¡y hunde su potro en las olas, con la guitarra a la espalda!

Si entonces cruza a lo lejos, galopando sobre el llano
solitario, algún paisano, viendo al otro en los reflejos
de aquel abismo de espejos, siente indecibles quebrantos,
y, alzando en vez de sus cantos una oración de ternura,
al persignarse murmura: "-¡El alma del viejo Santos!"

Yo, que en la tierra he nacido donde ese genio ha cantado,
y el pampero he respirado que al payador ha nutrido,
beso este suelo querido que a mis caricias se entrega,
mientras de orgullo me anega la convicción de que es mía
¡la patria de Echeverría, la tierra de Santos Vega!

Tormenta ´e verano de Domingo Berho

Un rojo alambrao de un hilo Divide el cielo un momento,
Y el potrero polvoriento Queda un instante tranquilo.
El lazo de un refucilo Piala una oscura tapada,
Y, aunque se corta la armada, La hace tronar contra el cielo,
Entre esa hacienda de un pelo Que es la tormenta enojada.

Las pajitas por la greda Van jugando al remolino,
Se vuelve loco el molino Y se le borra la rueda.
En un "sálvese quien pueda" Van los pollos pa´l cardal;
Se embravece el avenal Con un ruido de suspiros,
Y comienzan a los tiros Las sábanas del tendal.

Llega un vientito chiflando Con una tropilla de hojas;
Dicen: "¡Ay!" Las chapas flojas Que están de miedo temblando.
Una lata bellaquiando Se dispara campo ajuera,
Ya cerca de la tranquera Levantan tierra unas gotas,
Las primeras son grandotas...Y llueve a la polvadera.

La paineta del alero, lo pone el malvón contento,
Y madejas de agua el viento Retuerce sobre el potrero.
Contemplando el aguacero Los chicos se quedan bobos.
Cruza el patio a los corcovos Don Sapiola muy campante,
Y se va de comandante Con un escuadrón de globos.

Un de repente limpea; Goteras en la cocina,
Rebalsando está la tina, Don Gallardo cacarea.
Una pata cucharea El sol que se hunde en un charco
Allá arriba se ve el "arco" Con las puntas en el suelo,
Con siete listas que el cielo Le ha puesto a su poncho zarco.

LLega arriando nubarrones el resero de la noche,
haciendo un vasto derroche de brillantes patacones
en la rastra de botones que el cielo se ha puesto nueva.
Hay un bicho en cada cueva y en cada charco una luna,
y allá brama la laguna que el demonio se la lleva.

La boina vasca de Domingo Berho

En pocas palabras quiero Cantarles como al descuido,
De algo que está en el olvido De muchos versos camperos.
Calculo que es lo primero Que el hombre va a’cariciar
Y cuando comienza a pasar, La mano por la cabeza,
Siente una tibia pureza De gorra 'e vasco al rozar.

Con el tambero ella espera Madrugadas de rocío;
Se calienta en el vacío De alguna vaca lechera.
Pa` largar una carrera Como bandera se usó
Y si un paisano encontró, Huevos de teros fresquitos,
En la boina y al tranquito Pa`l rancho se los llevó.

Como es prenda muy barata Se acomoda ande quiera,
Y la usás de agarradera Si hierve la pava i`lata.
Su presencia siempre es grata, Se la encuentra en todos lados;
Si hasta en el mesmo poblao La vi lucirse orgullosa,
Sobre el pelo de una moza O algún viejito acriollao.

La boina no se acompleja Por la forma que le dieran,
Si hay sol le encajás vicera, Si hay viento, hasta las orejas.
Ella comparte tus quejas, Sufre con tus desconsuelos,
Por ay la tirás al suelo Descargando un malestar,
Y otra vez, pa festejar, Feliz la tirás al cielo.

Si le prestan atención, A su vida cotidiana,
Verán que la boina hermana A nuestra gaucha tradición.
Se encuentra en tuita reunión, Calma los nervio al cristiano
Cuando a veces algún paisano, Le habla de amor a una china,
Buscando palabras finas: Le dentra a jugar en sus manos.

El esqueleto del hombre de Domingo Berho

Aquí me pongo a nombrar los huesos del cuerpo humano;
y el armazón del cristiano quiero en versos presentar.
No tengo ni que dudar que el aprenderlos conviene,
porque aquél que los retiene por más que no sean muy buenos
habrá de saber al menos todos los huesos que tiene.

Forman el cráneo un frontal con un par de parietales,
otro par de temporales y atrás el occipital.
Luego en la parte central tenemos un esfenoides;
está ubicado el etmoides vecino de la laringe,
y cerca de la faringe existe un pequeño hioides.

La cara con sus ribetes se forma con dos nasales,
dos palatinos iguales dos unguis y dos cornetes;
van formando los cachetes dos pómulos o malares;
se llaman dos maxilares mandíbula superior
y el maxilar inferior y el vómer, no tienen pares.

Lo que en cualquier animal se le llama, el espinazo
en el hombre, en todo caso, será la espina dorsal,
o columna vertebral está bien dicho también,
asimismo diré bien que con el atlas empieza;
huesito que a la cabeza le sirve como sostén.

Son las vértebras totales treinta y tres y, superpuestas,
de arriba abajo dispuestas, se hallan siete cervicales,
suceden doce dorsales, cinco lumbares después;
en el sacro, que uno es, a otras cinco encontremos,
cuatro en el coxis tenemos y ya están las treinta y tres.

De veinticuatro que son las costillas, las primeras
son catorce verdaderas que se unen al esternón;
encerrando el corazón y vísceras importantes.
De las otras diez restantes son falsas media docena
y el resto de la decena son otras cuatro flotantes.

Por dos huesos va formada la cintura escapular;
se encuentra en primer lugar la clavícula llamada,
que en forma de "ese" alargada, delante del hombro va;
y haciendo la espalda está un hueso que es grande y chato,
y es el nombre de omoplato el nombre que se le dá.

El húmero forma el brazo, el solito de un tirón
y, cúbito y radio son los que hacen el antebrazo.
Sigamos de un solo trazo con los huesos de las manos:
tenemos ocho carpianos en la muñeca o el carpo
y se forma el metacarpo con cinco metacarpianos.

La extremidad se completa con cuatro dedos delgados,
por la falange formados falangina y falangeta,
y el pulgar que es un atleta más gordo que los demás,
está ubicado hacia atrás y de la mano a un costado;
este dedo está formado, por dos falanges nomás.

Dos ilíacos están que las caderas conforman
y una sola pieza forman porque unidos los dos van.
El fémur es un titán que de ellos está sujeto,
este tiene por objeto dejar el muslo formado,
y es el hueso más pesado y largo del esqueleto.

Le llaman de sobrenombre chiquizuela vulgarmente
a ese hueso que va enfrente de la rodilla del hombre,
pero rótula es el nombre.Luego tibia y peroné
forman la pierna, la qué al astrálago hace unión.
Forma el calcáneo el talón y ya estamos en el pie.

Son siete huesos tarsianos los que componen el tarso
mientras cuenta el metatarso con cinco metatarsianos.
Los dedos como en las manos y esto a ninguno le asombre,
que, aunque tienen igual nombre,no son tan largos ni gruesos.
Y estos son todos los huesos del esqueleto del hombre.

El Pilchero de Domingo Berho

Quiero cantarle al pilchero que a las jineteadas va;
con toda sinceridá, por gaucho y por compañero.
Amante de lo campero, por algo eligió el oficio.
A veces con sacrificio por esos caminos rueda.
Y a nadie, mientras que pueda, le va a negar un servicio.

Aunque en los precios que aplica no suma muchas ganancias,
si se trata de distancias, a veces las multiplica.
La intemperie no lo achica, donde quiera se guarece...
Con su bagaje aparece en todas las fiestas criollas.
Y, entre bozales y argollas, duerme a campo si se ofrece.

Su muestrario representa las costumbres del pasao;
tanto en pilchas de recao como en las de vestimenta.
Sobre su mesa presenta mandriles y cojinillos.
Achicao por tantos brillos se ve un antiguo farol,
y peliando con el sol sacan chispas los cuchillos.

En un tendal se convierte un cinchón desde una estaca,
y un culero se le atraca a una taba que echa suerte.
Un trenzao parejo y fuerte quiere volverse payanca.
A una lonja de potranca una cincha se le agrega...
y saludan al que llega los sombreros con retranca.

A la par de una bombacha se ven carpinchos y bolas;
y entre riendas y virolas el cuerpito de una guacha.
Una rasqueta se agacha...y, entre bastos y encimeras,
hay maneas y antiojeras, botas y estribos colgando...
y un paisano está comprando zapatillas corraleras.

Viene un mozo domador y hace sonar un cencerro
o mira un freno de fierro, como que es conocedor.
Revisa en el mostrador las hebillas de unas cajas...
Se dejan cáir unas fajas sobre rastras y caronas,
y nos muestran las lloronas los pinches de sus rodajas.

En los mates a lo largo cuando la fiesta está que arde
pareciera que la tarde se está tomando un amargo.
Y, si tal vez por encargo, un criollo viene a mirar
un poncho dentra a flamear por lo brisa que lo lame,
como diciendo: "llevame"que te quiero acompañar.

Todo eso vale la entrada; porque lo nuestro resalta,
y en donde el pilchero falta no parece jineteada.
Lo estima la paisanada por liberal y gauchón.
Y así, pidiendo extensión, bajo el sol y las estrellas
él va por todas las güellas repartiendo tradición.

Alpillera de Domingo Berho

Hoy yo te canto alpillera que serviste pa' todo uso.
¿Qué fue lo que no se puso en una bolsa cualquiera?
Aunque viniste de ajuera para embolsar los cereales,
tus servicios fueron tales que hoy decirte necesito
que ocupás un lugarcito en las cosas nacionales.

Recorriste todo el mapa y juistes en este país,
cincha y maleta pa'l maíz y en la sacada de papa.
Pa'l apero juiste tapa y se te usó pa'l candil,
juiste bajera y mandil y pa' llevar una res,
te he visto más de una vez tendida sobre un cuadril.

Juiste hermana del mendigo, su limosna en vos ponía
y, si la noche era fría, vos le serviste de abrigo.
El linyera fue tu amigo porque sin vos no era nada
y al salir de la ranchada con vos el mono cuadró,
de vagallera te usó, de colchón y de frazada.

Vos limpiaste la parrilla, diste güelta el asador
y tapastes el motor de la vieja cortitrilla.
Se te puso de almohadilla pa'l pecho de un animal.
Vos serviste de morral y en las quintas, de espantajos
y para muchos trabajos te usaron de delantal.

Te ponían sobre el asiento a veces en el arao,
y bajo el carro parao juiste reparo pa'l viento;
por ahí en un campamento te usaron de servilleta.
Pa´l monte juiste carpeta, pa' los dados silenciosa
y nunca se usó otra cosa pa' ir a buscar la galleta.

Con vos tapaban el chancho mientras que se lo pelaba,
y colgada se te usaba como puerta en algún rancho.
Apagastes en el ancho pajonal la quemazón.
Vos serviste de tapón pa'l hormiguero de un vaso,
de media y de cielorraso y pa' forrar un jamón.

A veces te utilizaronc omo vaina pa'l cuchillo
y, a falta de cojinillo pa' andar en pelo te usaron;
con gallinas te ocuparon aquellos que las vendían
y adentro tuyo metían hasta el pavo más grandote
y pa' que saque el cogote un aujerito te hacían.

Juiste camita pa'l perro arrolladito y temblando
y te manotearon cuando estaba caliente un fierro.
También afirmo y no le erro que una piedra en la pelea,
si entre una bolsa se emplea es terrible porque engaña
y esquilando en la campaña te usaban como manea.

Dándole tiempo a que cobre se tenían suerte un domingo
juiste la tapa de un pingo de algún carrerista pobre.
El changa te puso sobre la espalda después del pique
y pa' que naides critique en la mayor humildá'
salvaste la intimidá' con hechura de tabique.

El alambrador te tuvo pa' llevar las herramientas
y en cosechadoras lentas juiste sombrilla que anduvo.
Vos le limpiastes el tubo a las lámparas de ayer,
y pa' llamarlo a comer al arador con su yunta
de una alta caña en la punta siempre te sabían poner.

Al cielo te remontaste de un barrilete en la cola
y en la punta de una piola la carne al pozo bajaste.
Pa´la labor te prestaste de punto cruz en la escuela.
Te pusieron de entretela pa'l saco de algún pueblero
y hasta te usó el guitarrero pa' funda de una vigüela.

Pa' hacer fuego a la mañana siempre te usaron de mecha
y en el tiempo de cosecha pa' forrar la damajuana.
Juiste lienzo pa' la lana y pa' una rueda remojo.
Vos le tapastes el ojo al chúcaro más sin yel
y servistes de mantel pa' comer en el rastrojo.

Se jueron los pugilistas por el tablón del olvido
y vos tampoco has querido vivir sin esos artistas.
Aquellos malabaristas que te llamaban "la baya"...
A veces pienso: ¡amalaya!volviera a ver por un rato,
ninque sea en un barato, personajes de esa laya.

Hoy todo el mundo te añora, bolsa de los caminantes;
tanto el que quiere lo de antes o el que quiere lo de ahora.
Porque juistes bien hechora y en esto no hay desacuerdo
aunque ya con trancos lerdos he llegao a este lugar
y aquí me puse a vaciar la bolsa de unos recuerdos.

El gaucho de José Pedroni

Quisiera haber vivido mucho tiempo antes,
en nuestra hora prima, en nuestro día madre,
sólo para conocerte,
gaucho que cantabas con toda la sangre,
con todos los pájaros libres en la boca,
como ya no canta nadie, nadie en el mundo, nadie, nadie.

Quisiera haber vivido en tu primer instante,
antes de la entrega de la pampa,
antes del encierro de los árboles.
Haber vivido en el alto mediodía de tu lance.
Haber corrido tu mañana, desandado tu tarde,
ambulado tu ocaso tras la voz del caracol del mate.

Río blando de boca, para orillar, errante, y un puñal en el cielo,
hecho de estrellas, cada noche, al echarme.
Un puñal, una cruz, donde pensar en alguien.
Quisiera haber vivido en tu día grande,
el del rastreo de la libertad, la selva por delante.
Mía tu doma; mío tu duelo salvaje;
mío tu oído en la tierra;
míos tus ojos en las altas aves.

Haber tenido tu pulso para la sed, para el hambre.
En la boca sin miedo, ante el desierto, tu grito penetrante.
Quisiera haber estado en todas las pulperías junto a la guitarra amante
- voz, cintura y entrega de mujer entrañable-;
en todas las pulperías, sólo para esperarte;
sólo para abrirte cancha; sólo para gritar ¡qué cante!,
sólo para oírte cantar; sólo para verte ir, libre, a cualquier parte:
la luna en tus virolas; en tu cuchillo el sol que nace;
en tu pañuelo al cuello, enjugada, la sangre.

Mía tu luz en la cara;
mía tu esgrima en el aire;
mío tu numen; mío tu arte.
Antes del encierro de la aguada, donde, entre junco y ave,
alguna vez te proyectó el ocaso, montado y con amante.
Antes del alambre con uñas, desgarrador de carnes.
Yo no tendría ahora este dolor cobarde.

Dormiríamos juntos, bajo la tierra madre.
¡Gaucho! Gaucho que estás en todas partes,
en la tierra, en los árboles, en toda pisada de caballo, en todo vuelo de ave...
¡Gaucho de la Cruz del Sur, sobre la pampa grande!
Las piernas entre ramas, los ojos anhelantes,
desmontados andamos de tu coraje,
sin cuchillo, sin lazo, por amarillas calles.

Viento ladrón de libertad y honra metido en los trigales.
¿Dónde la voz que diga "¡Por aquí!" en nuestra amarga tarde;
dónde la voz de valeroso rumbo que nos enanque
y el ala del sombrero otra vez nos levante?
Fuerza que se ha alejado de nosotros, por el mañana, ¡hágase!.
Vénganos otra vez, ¡Oh gaucho!, tu coraje.
Vénganos tu conciencia del deber.
Vénganos tu arranque. Tu cuchillo de fuego.
Tu altivez. Tu donaire. Tu canto de jilguero.
Tu baile. Tu corazón de niño.
Tu ángel. ¡Vénganos sobre el campo, por el aire!.

Ni más, ni menos de Dardo Félix Palorma

Nunca m'he creido más que otros tampoco menos que naide,
no lo tomen como alarde que no soy echao p'atrás
Que todo hombre qu'es capáz no gasta saliva e balde,
y aunque de colmillo grande y perdonen este tono:
cuando a mi me pica el lomo me sobra uña pa'rascarme.

Mírenmén por cualquier lao no me quito ni me doy,
canoso así como estoy, algunas me han codiceao.
Tal vez al verme callao han de pensar que soy mudo,
pero sé apretar el nudo despacito y muy prudente
estando el horno caliente yo nunca saco el pan crudo.

Me ha tocao llegar a un baile y echarle el ojo a una prenda
sin preguntar "¿quien arrienda el campo de sus amores?"...
Yo nunca juí de los piores pa'elegir una potranca
y en menos que un gallo canta sacarle un "sí" de respuesta
y en la mitad de la fiesta salir con la china en ancas.

Así soy, ni más ni menos y no es esto pretensión;
por propia equivocación perdono el error ajeno.
Aunque unas veces me quemo por avivar otras brasas,
mas cuando el invierno arrasa q'el hombre aprende y se asienta:
la llama que más calienta es la que tiene uno en casa.

El brindis del bohemio de El Indio Duarte

En torno de una mesa de cantina, una noche de invierno,
regocijadamente departían seis alegres bohemios.
Los ecos de sus risas escapaban y de aquel barrio quieto
iban a interrumpir el imponente y profundo silencio.

El humo de olorosos cigarrillos en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al resolverse en nada, la vida de los sueños.
Pero en todos los labios había risas,inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas pletóricas de ron, whisky o ajenjo.

Era curioso ver aquel conjunto, aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca, la que vierte veneno,
lo mismo que, melosa y delicada,la música de un verso.

A cada nueva libación, las penas hallábanse más lejos del grupo,
y nueva inspiración llegaba a todos los cerebros,
con el idilio roto que venía en alas del recuerdo.

Olvidaba decir que aquella noche, aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,chascarrillos y versos,
la agonía de un año que amarguras dejó en todos los pechos,
y la llegada, consecuencia lógica, del”feliz año Nuevo”…

Una voz varonil dijo de pronto: -Las doce, compañeros;
Digamos el “requiéscat” por el año que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza! Porque nos traiga ensueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo de amargos desconsuelos…

-Brindo, dijo otra voz, por la esperanza que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino, por la esperanza, nuestra dulce amiga,
que las penas mitiga y convierte en vergel nuestro camino.

Brindo porque ya hubiese a mi existencia puesto fin con violencia
esgrimiendo en mi frente mi venganza;si en mi cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mi sino una pálida estrella: Mi esperanza.

-¡Bravo! Dijeron todos, inspirado esta noche has estado
y hablaste bueno, breve y sustancioso.El turno es de Raúl;
alce su copa Y brinde por ….Europa,Ya que su extranjerismo es delicioso….

-Bebo y brindo, clamó el interpelado;brindo por mi pasado,
que fue de luz, de amor y de alegría,y en el que hubo mujeres seductoras
y frentes soñadoras que se juntaron con la frente mía…

Brindo por el ayer que en la amargura que hoy cubre de negrura
mi corazón, esparce sus consuelos trayendo hasta mi mente las dulzuras
de goces, de ternuras,de dichas, de deliquios, de desvelos.

-Yo brindo, dijo Juan, porque en mi mente brote un torrente
de inspiración divina y seductora,porque vibre en las cuerdas de mi lira
el verso que suspira,que sonríe, que canta y que enamora.

Brindo porque mis versos cual saetas Lleguen hasta las grietas
Formadas de metal y de granito Del corazón de la mujer ingrata
Que a desdenes me mata…¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!

Porque a su corazón llegue mi canto,porque enjuguen mi llanto
sus manos que me causan embelesos; porque con creces mi pasión me pague…
¡vamos!, porque me embriague con el divino néctar de sus besos.

Siguió la tempestad de frases vanas, de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo, y en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente, y libaciones y reír y todo.

Se brindó por la Patria, por las flores,por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana, y por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas y hacen de la mujer la cortesana.

Sólo faltaba un brindis, el de Arturo. El del bohemio puro,
De noble corazón y gran cabeza; Aquél que sin ambages declaraba
Que solo ambicionaba Robarle inspiración a la tristeza.

Por todos estrechado, alzó la copa Frente a la alegre tropa
Desbordante de risas y de contento;Los inundó en la luz de una Mirada,
Sacudió su melena alborotada Y dijo así, con inspirado acento:

-Brindo por la mujer, mas no por ésa en la que halláis consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer ¡desventurados!; no por esa que os brinda sus hechizos
cuando besáis sus rizos artificiosamente perfumados.
Yo no brindo por ella, compañeros,siento por esta vez no complaceros.
Brindo por la mujer, pero por una, por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos: por la mujer que me arrulló en la cuna.
Por la mujer que me enseño de niño lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero; por la mujer que me arrulló en sus brazosy
que me dio en pedazos, uno por uno, el corazón entero.
¡Por mi Madre! Bohemios, por la anciana que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y muy deseado,porque sueña tal vez,
que mi destino me señala el camino por el que volveré pronto a su lado.
Por la anciana adorada y bendecida,por la que con su sangre me dio vida,
y ternura y cariño;por la que fue la luz del alma mía,
y lloró de alegría,sintiendo mi cabeza en su corpiño.
Por esa brindo yo, dejad que llore,que en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina; dejad que brinde por mi madre ausente,
por la que llora y siente que mi ausencia es un fuego que calcina.
Por la anciana infeliz que sufre y llora y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mi Madre, bohemios, que es dulzura vertida en mi amargura
y en esta noche de mi vida, estrella…

El bohemio calló; ningún acento profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba inmensamente un poema de amor y de amargura.

Por eso de El Indio Duarte

Un cementerio de pueblo perdido en un pedregal,
“con unas poquitas cruces y unas matas de radal”.
Va oscureciendo. Un paisano,
ante la tumba olvidada del hijo, viene a rezar.
Se santigua por dos veces,y, luego, así le hablará:

Buás tardes m´hijo...aquí estoy.....aquí tenís a tu padre
rendido de galopiar por venir a visitarte.

Me han dicho que estás aquí sepultao, en sitio aparte
pa que no se te confunda con los otros, pues la tarde
que tan fiero te ultimaron a traición esos cobardes,
dijeron que, por l´utosia,aquí debían dejarte.

¡Y no han puesto ni una cruz! ¡Ni tan siquiera una rama
pa que así, de vez en cuando,un Padre Nuestro te caiga
de los tantos que aquí rezan pa que se alivien las almas!
¡Bendito sea Dios! ¡El yuyo,como te ha crecido encima!
¡Mirá si tu pobre madre supiera que estás ansina;
ella que tanto rogó a los santos, por tu vida!

¡Pobre vieja...! Aquí tenés esta corona de flores
de trapo de toda laya y de tuitos los colores
que te manda, porque el campo está quemao por los soles,
y no ha hallao ni una florcita que en nombre d´ella te llore.

Esta rosa es del primer vestidito que te hicieron;
ésta, qu´es de seda azul, la sacó de aquel pañuelo
que se compró cuando anduvo por los boliches del pueblo;
esta, verde, es de la bata que usó pa su casamiento;
y esta otra...creo que de algo...de algo que ya no me acuerdo.

¡ Pobre m´hijo! ¡Si supieras cuanto ha llorado por eso,
y las veces que me dijo: andá, Jacinto, andá velo,
porque debe estar solito como un guachito. ¡Andá velo!

Y aquí me tenís...llorando de estar con vos,
y tan lejos de la viejita, ¡la pobre!
Y lo que pior, muy enfermo,tanto,
que muy fácil es que me muera como un perro,
solito, mi alma en el campo,afligido y sin consuelo.

Pero, ¡ que caray! Si estoy hablándote de mí mesmo
y me voy hasta olvidando que no he venido pa´eso.

Güeno, m´hijo...agárrese muy juerte pa´no caerse,
pues voy a contarle todo lo que en su rancho sucede:

Te diré que el mesmo día que a tu mujer, le dijeron
que, por qué sé yo qué cosas en el pueblo te habían muerto,
se puso al tiro, a reir y a decir que eso era cuento,
porque a hombres como vos no los quiere ni el infierno.

Poquitos días dispués se ayuntó con Ño Ruperto,
el patrón de esos canallas que te quitaron del medio;
y pude al fin comprender el por qué te hicieron eso.
¡Pobre m´hijo!...Por estorbo; porque llorabas por dentro;
por no querer ver las cosas; por ser demasiado güeno,
güenaso hasta hacer reir a los mesmisimos perros.

Yo desde antes sabía cómo se entendían esos...
pero nunca te lo dije porque siempre tuve miedo
de hacerte, al cuete, sufrir y me dijeras: ¡No es cierto!
¿Porque vos la querías mucho a esa mujer, no es eso?

¿Pero qué...estás llorando por lo que te estoy diciendo...?
Güeno m´hijo..está muy bien, Me callaré si lo ofendo;
no le diré nada más; ya puede seguir durmiendo:
Pero yo ya lo hei vengao y vengadaso, por cierto.
¿Quiere que le diga, m´hijo, lo que por usté he hecho?
Anoche me los pillé pegaditos en un beso,
y ahí nomás me los cosí a puñaladas... ¡por puercos!

No he sabido perdonar, pero se las di en el pecho
y no en el medio´e la espalda como a usté le dieron ellos.
Dispués ... los dejé orejanos pa que aprendieran, ¡Canejo!
Porque si a usté lo mataron, tan sin asco,jué...por eso;
porque usté les estorbaba,por eso, m´hijo, por eso.

Me hecharon del puesto de Claudio Martinez Paiva

Buenas Tardes mi mama! Venga mi vieja querida
Que le encaje un beso grandote en la trompa
Quédese quieto; Semejante hombraso con esos bigotes
Y haciéndose el chico? Mama, es que vengo de alegre.

No le digo el antojo, Va a cumplir los treinta
Y anda aragañando con sus sentimientos;
Dígame, ya ha encontrao novia?
No me eche agua fría, Que mientras usted viva
No habrá moza Por más linda,
Que sea capaz de meter la pata entro el rancho;

Mi mama es mi novia y acabao el cuento.
Le hacen mayordomo? qué mayordomo ni qué mayordomo,
adivine?Le aumentan el sueldo?Qué sueldo ni qué sueldo.
Quiere que le diga por qué vengo alegre?Me echaron del puesto!
Cómo dice?Que le han echao del puesto Y usté viene alegre?

Sí, pero una vez que usté sepa por qué me despiden
Me va a creer más su hijo.
Hace una semana Llegó la patrona y el patrón del pueblo,
Con ellos trajeron al hijo; Un mozo que dicen que es leído
Porque estudia en los libros, Toma té con wiskhy,Se pinta las uñas,
Pero tiene más humo que ese palo verde que usté ha echao en el fuego.

Ayer hubo fiesta en la estancia
Y el mocito biodo, maltrató al boyero,
Anduvo a palos con peones y perros;
Cuando vide que el patrón con tuita justicia,
Vino a pedirle al hijo, que estuviese quieto,
El patrón fue quien tuvo que irse dentro.

Luego, vino la madre!Para qué venir…
Conforme la pobre viejita,Vino a pedirle al hijo se estuviese quieto.
Se ensañó en la pobre; Lo maldijo a Dios!
Y cuando esa pobre madre vino a arrodillarse,
La tomó de un brazo, la apretó fuerte,
La tiró en el suelo,Y después, no me acuerdo.

Se me fue el sentío, me tapó una sombra,
Lo alcé por los aires y lo estrellé contra el suelo;
No sé si lo he dejao allí tirao, creyéndolo muerto
Porque pensé que era usté esa madre
Y yo ese mal hijo que había educado el pueblo.

Y quise matarlo, Deshaciendo ese hijo que olvidó en los libros
Lo que un ignorante de los ranchos nuestros,
Ni borracho, ni loco, se olvida un momento.

Y aquí estoy, Déjeme que le encaje un beso grandote en la trompa!
Deje que llore uno chiquito pegadito en su seno;
Deje que me sienta un chiquilín de nuevo,
Mientras grito alegre: Me echaron del puesto!

El duelo del mayoral de El Indio Duarte

Qué cómo fue señora....?
Como son las cosas cuando son del alma.
Ella era muy linda y él era muy hombre,
y yo la quería y ella me adoraba.
¡Pero él!, hecho sombras se interponía
y todas las noches junto a su ventana,
fragantes manojas de rosas había
y rojos claveles y dalias de nácar...

Y cuando las sombras cubrían las casas,
y en el cielo la luna brillaba,
de entre las palmeras brotaba su canto
y como una flecha a su casa llegaba.
¡Cómo la quería!...
Como le cantaba sus ansias de amores
y como vibraba con él su guitarra.
Y yo tras las palmas con rabia le oía
y entre canto y canto brotaba una lágrima,
lágrima de hombre, no crea otra cosa señora
que los hombres lloran como las mujeres
porque tienen débil como ellas el alma.

No pude evitarlo....La envidia es muy negra
y la pena de amor es muy mala,
Y cuando la sangre se enrabia en las venas
no hay quien pueda calmarla señora.
Y una noche lo que hacen los celos
lo esperé allá abajo junto a la cañada.
¡Retumbaba el trueno!..llovía, y el río...
Igual que mis venas, hinchado bajaba.
Al fin, a lo lejos lo vi entre las sombras.
Venía cantando su loca esperanza.
En el cinto colgaba el machete, y
bajo el brazo la alegre guitarra.

Llegó hasta mi todo tranquilo...sereno.
Me clavó en los ojos su fría mirada.
Me dijo -Me esperas...?
Le dije -¡ Te espero !.
Y no hablamos más, ni media palabra...
Que era bravo el hombre, cual los hombres machos,
y los hombres machos, pelean y no hablan.
Como la quería...
El machete lo dijo su amor y sus ansias.
Roncaba su pecho,brillaban sus ojos,
y entre golpe y golpe ponía su alma.
- No fue lucha de hombres; fue lucha de toros...
Eso bien lo sabe la vieja cañada.
Pero más que el amor y el ensueño,
pudo la rabia y la envidia.

Y al fin mi machete lo dejó tendido sobre su guitarra.¡
No tema señora!... Son cosas pasadas.
Todavía en el suelo llorando me dijo.
-¡ Quiérela...Que es buena...
Quiérela, que es santa...
Quiérela como yo la he querido que aunque me muero,
la llevo metida en el alma.
Y tuve celos de aquel que moría
y aún muriendo la amaba.
La sangre cegó, mis pupilas
y el machete en la mano temblome con rabia.
Lo hundí en su pecho,con odio y con furia.
Rasgué su carne buscándole el alma...
porque en el alma se llevaba mi hembra,
y yo no quería que se me la llevara.

El beso de El Indio Duarte

¿Que es el beso, pregunta el mundo?
¿Que es el beso, preguntan todos ?
y yo respondo:

El beso es para mi comunion de labios
que olvidanto los agravios, la maldad y la traicion,
arrancan del corazon, con fuerza avasalladora
todo el amor que atesoran, pues si el amor es ciego,
de su marca de fuego en la mujer que se adora.

Besa el bueno, besa el malo, besa el rico, besa el pobre,
besa el niño, y hasta el viejo besa
y hay quien besa por sorpresa para vertir su veneno.

Besa de coraje lleno la cruz de su fajon,
el molevo compadron, que vive entre celo y duda,
lo mismo que beso Judas incubando una traicion.

Besa la mujer perdida, al hombre que la ha salvao,
tambien besa el sentenciado la cruz al perder la vida,
y si una dama al pasar, a un mendigo arroja una moneda
sin el beso no se queda la moneda que arrojo.

Se da un beso a la bandera que a la patria simboliza
y ese beso sintetiza la mas ardiente quimera.

Yo juzgo el beso a mi manera, y que a nadie mal le cuadre,
que para mi, no hay un beso, no hay un beso
que mas el alma taladre, ni que cause mas ardor,
que el que se da con un dolor al cadaver de una madre...

Porque no tomo más de El Indio Duarte

Se está por empezar la zafra en el horcón,
Ingenio que en la ocasión necesitaba peones,
los paisanos sus reuniones hacían en la pulpería
donde trabajo ofrecía el capataz.
Se bebía, se tomaba mucho, quizás con demasía,
en esas entró Julián mozo apreciado de tuitos,
-Sírvase de algo parcero,-Gracias amigo no tomo,
-¿Cómo dice? ¿Qué; no toma? ja,ja,ja
Y donde ha visto un criollo que no chupe por lo menos,ja,ja,ja
por lo menos un litro de guaro al día, ja,a ver pulpero,
ponga un frasco que va a tomar conmigo el mozo,
-Perdone amigo, le he dicho que no tomo, no quiero tomar,
pero ya que tanto insiste escuche..

Yo he tomado quizás como el primero,
tuitos ustedes conocieron a esa que fue mi mujer,
mi Juana, alma pura que ni yo mesmo mereciera
y que más de alguno envidiara,por ella si,
únicamente por ella,por no verla sufrir ni lloriquear
contuve muchas veces mis impulsos de tomar.
Pero cuando un día Dios para siempre de mi la'o la llevó,
pa ese pago donde no se vuelve,cuando me vi de sólo,
completamente sólo con el hijo de su amor,
que formara al juntarse con el mio como un fruto o una flor,
entonces si!, entonces si!! volví con ansia a la bebida,
y encerra'o en mi rancho con un frasco de guaro tomaba,
tomaba,tomaba hasta perder la cabeza,
y allí cuando estaba bien pero bien mama'o,
en la pared del rancho aparecía ella,mi Juana,
y me hablaba, me hablaba con esa voz
pa' mi más dulce que el canto 'e la calandría.

Esa ilusión se me hacía tan real,se me hacía tan cierta,
que un día mi pobre hijo entrando al rancho me dijo
-¿Pero cómo? ¿todavia esta tomando guaro papasito?,
lleva seis días, seis días tomando,
¿Por qué toma tanto de un tiempo a esta parte papasito?,
¿Por qué?, ¿No ve que estoy descalzo?,
¿No ve que estoy vestido de harapos?,
¿No ve que cuando salgo del colegio me gritan tu padre es un borracho?
y tienen razón ¿Por qué papasito?¿Por qué toma tanto?
-¿Cómo dice? ¿Cómo dice mocoso sonzo?
¿Qué por qué estoy tomando?, ¿Qué por qué estoy tomando?
¿No ve que tomando la estoy viendo?
-¿A quién ve?, ¿A quien ? ,
si adentro 'el rancho no hay naide más que uste' y que yo...¿A quién ve?
-¿Cómo?, ¿Qué a quien estoy viendo?¿No la esta viendo a su madre?ja,ja,ja
Juana, dice tu hijo que no te ve,
-¿A mi madre?, uste', uste', ¿Uste' esta viendo a mi madre?
¿Pero cómo?,¿No me ha dicho uste' siempre
que mi madre se ha muerto cuando yo nací?
¿Dónde está?,¿Dónde está mi madre?
¿Dónde está mi madre? yo quiero verla,
Yo quiero verla a mi madre!!!, quiero verla!!!.

-Uste' quiere verla a su madre, mire,
para verla a su madre tiene que tomar guaro,
tiene que tomar mucho guaro igual al que lo tomo yo ja,ja,ja.
Un día frente a mi rancho me apeo,
de adentro me llegó un ruidaje como de risas, llanto, pataleo,
Algo más negro qu'el ojo 'e mi caballo cruzó por mi cabeza,
y de una patada eche abajo la puerta 'el rancho,
y en el suelo, revolcandose en convulsiones,
y con la boca llena 'e baba como pica'o por una víbora,
estaba m'hijo, m'hijo estaba el suelo,
asusta'o miré pa' tuitos la'os y sobre la mesa,
estaba el frasco 'e guaro completamente vacío,
lo alce, levantando la mano pa' castigarlo,le dije..:
¿Por qué has toma'o?¿Por qué has toma'o hijo de una gran?
¿Por qué has toma'o?,y mi pobre hijo
dando los ojos vuelta por el espanto me dijo..:
-No me pegue, no me pegue papasito, no me pegue,
yo he toma'o, yo he toma'o, yo voy a seguir tomando,
yo voy a seguir tomando porque quiero verla,
quiero verla a mi madre como uste' la ve.
-Comprenden ¡¡¿porque no tomo mas?!!

Mi chala de Boris Elkin

No sé si es cosa 'e mandinga o es un regalo del cielo;
algunos dicen qu' es malo: pa mi se me hace qu' es gueno...
Ricién me dijo el dotor qu' esta fatiga que tengo
es por culpa del tabaco qu' está minándome el pecho,
y me ordenó que lo deje si quiero salvar el cuero!

Pero dejar el tabaco áura que ya voy pa viejo
y no tengo en que afirmarme pa tironear los recuerdos...
¿dejar el tabaco, dijo? Si es cosa que ni la pienso!
Hacen años, muchos años,yo trabajaba 'e boyero
cuando prendí el primer chala pa quemar mi aburrimiento.

Que lindo se iban las horas, que pronto volaba el tiempo
y que hombre me sentí con el chala entre los dedos!
Cuando mi madre se jue sin tiempo pa darme un beso,
quién otro sino mi chala me acompañó al sentimiento
y se quemó sin renuncios con tal de darme consuelo!

Más tarde, cuando el amor dentró a golpear en mi pecho,
ese amor qu 'es vida y muerte, qu 'es triunfo y renunciamiento
y que nos mata de a poco porque se vive muriendo,
si habré domao impaciencias pitando como un murciélago!
Y al fín, ¿pa qué?: pa que un día barriera todo el Pampero...

Ella no tuvo reapros en aventarme los sueños.
Cuando esa tarde me dijo que no perdiera más tiempo
y supe que otro varón se había ganao su aprecio,
menos mal que tuve un chala que supo darme un consejo
y m 'entretuvo la mano que andaba tanteando el fierro!

Dispués cambié de querencia; me dijo: "Hacete resero,
nada hay mejor qu 'el camino pa quien no tiene un afecto".
Las noches que habré pasao tendido sobre el apero
sin más estrellas que el chala parpadeando en el silencio!

Más tarde, cuando la vida m 'enredó entre los puebleros
y entré a borronear cuartillas pa darle forma al ricuerdo,
quién otro, sino mi chala, me ayudó a escribir los versos!
¿Dejarlo porqu 'el dotor me vino con ese cuento
de qu 'el tabaco hace mal y está minándome el pecho?
Deje nomás que me mate! Si por él estoy viviendo!

lunes, 19 de enero de 2009

Pa´ la mujer del tambero de Adrian Maggi

Antes que el canto tropero del viejo gallo en la higuera
Empieza a arrear campo afuera las perezas de un lucero
Ya esta el farol mañanero palo arriba servicial
Y echadas en el corral 50 overas cargadas
Esperan por ser llamadas por su nombre cada cual.

Dos voluntades parejas unidas en el oficio
Desgranan su sacrificio sin pronunciar una queja
El, un vasco que refleja las virtudes de una raza
Ella, una criolla machaza que no tiene más fortuna
Que dos cachorros de cuna durmiendo solos en las casas.

Por eso de cuando en cuando los mira de una corrida
Regresa al trote enseguida apoya y sigue ordeñando
No le afloja ni soñando porque el que afloja se atrasa
Y cuando la ultima pasa y tapa el último tarro
Mientras el vasco ata el carro ordeña la de las casas.

Después le ayuda a cargar los panzones de cincuenta
Mientras va sacando cuentas que cosas le va a encargar
Ya en la cocina al entrar calcula el tiempo perdido
Y aunque es escaso y medido prepara en forma resuelta
Un churrasco vuelta y vuelta pa´ que pellizque el marido.

Cuando el carro al trotecito se va con rumbo al camión
Hierve en el viejo fogón la leche a los muchachitos
Piensa sentarse un ratito pero abandona la idea
Porque la mesa blanquea de platos sucios y copas
Y tiene un montón de ropa esperando en la batea.

Y así con tantos quehaceres sin pretensiones grandiosas
Es peón es madre y esposa sin que ninguno se entere
Ejemplo de esas mujeres que apuntalan el país
Porque tienen la raíz fecundada de nobleza
Y no precisan riqueza pa´ nacer y ser feliz.

domingo, 11 de enero de 2009

Milonga del cuatriciclo de El Gato Peters

Ese Aniseto Perales, hijo y nieto de jinetes
Una vida entre los fletes y el patrón donde el trabaja
Dijo ajústese la faja y hay que apretarse la gorra
Le traigo pa´ que recorra un cuatriciclo Yamaha.

Lo salto dentro ´el galpón cosa que nadie lo viera
Pero arranco las maderas del portón al arrancar
Cuando le quiso apretar las piernas en un derrape
Se quemo con el escape y le tuvo que aflojar.

Cuando agarraba el manubrio se ve que lo aceleraba
Y claro se avalanzaba y el decía entre avalanzos
¡Me trajo uno que no es manzo! Y copando la parada
Lo llevó a la tierra arada, seguro que alla lo canso.

Adonde entro a cruzar terrones entre saltos y corcovos
Aunque no era ningún bobo lo desacomodo igual
Y lo saco pero mal, donde lo quito te encargo
Quedo tendido a lo largo en el medio del tierral.

Siguió solo y se paro, después de haber ido al mango
Confundidos los chimangos en círculo lo volaban
Al verlo quieto que estaba aquel cuatriciclo rojo
Como buscándole el ojo pa´ ver si se lo picaban.

Pero se habituó y recorre, orgulloso y satisfecho
Motoquero hecho y derecho ya no luce aquel apero
No suele encerrar nochero ni hecha tropilla al corral
Y luce un casco integral en lugar de usar sombrero.

La mano que antes llevaba el rebenque o arreador
Sobre el acelerador y a puesto sobre el asiento
La encimera y a los tientos, atada del lao´ del lazo
Llave bujía por si acaso tuviera algún contratiempo.

Ya no lo ensucia el sudor, ahora huele a lubricante
Ya no cruza como antes chiflando que era un primor
Y esta bien a lo mejor total pa´ que iba a chiflar
Si igual no se iba a escuchar con el ruido del motor.

Suele ponerle la doble si se encaja pa´ sacarlo
y hay que verlo acelerarlo yendo al pueblo , legua y cuarto
mato al perro de un infarto tratando de alcanzarlo.

Ya no tiene un encargao´ que llorar caballos muertos
Eso ah cambiado por cierto, se cerro aquel periplo
Hoy se recorre otro ciclo y cambian los encargao´
Y en ese campo el montao´, sigue siendo el cuatriciclo.

La coupe de mi señora de Alfredo Canevari(Oriundo de Vedia)

Yo vivía bien hasta ahora, con mi cachivache viejo
Pero ahora tengo un complejo, la coupe de mi señora
Se me ah puesto empacadora y lerdona pa´ arrancar
La tengo que calentar cosa que no sucedía,
Ante´ apena´ la subía en frío la hacia bramar.

Cuando le metía la llave en el ahugero e´ contacto
Solía arrancar en el acto con una marchita suave
Pero ahora la cosa es grave, si le tiro el cebador
Se me ahoga el carburador, será la chispa atrasada
O será que tiene rajada la tapa ´el distribuidor.

Tiene roto el caño ´e escape, se le empastan las bujías
Quebrada la carrocería y tiene dos gomas bajas
Le falta líquido de freno y le chorrea aceite en la caja.

Tiene roto el radiador y perdida en la bancada
Válvula de escape tapada y desinflao el motor
Quemao el regulador, el dinamo no me carga
La batería descarga aunque la luz no me importa
Me arreglo bien con la corta pero me exige la larga.

Me han aconsejao cambiarla por otro modelo nuevo
Pero si la pongo al pelo me da lastima cambiarla
Y aunque tenga que empujarla y andar a los estirones
Estas son las ocasiones, por eso amigo le prevengo
Pa´ vieja y con explosiones me quedo con la que tengo.

miércoles, 7 de enero de 2009

La chata de Lobería de Luis Domingo Berho

Viene avanzando una chata
que sigue un caballerizo,
que montao en un petiso
va detrás de la culata;
parece que el sol lo achata,
o el peso de su sombrero.
Ya se abre un torniquetero
y entra en un campo a cargar,
porque viene a levantar
la cosecha del potrero.

Esperando que lo cinchen
en cuanto cargue su dueño
un ladero se echa un sueño,
y las roldanas del guinche,
sin dejar de hacer bochinche
no se quieren quedar quietas.
Las bolsas, hechas maleta,
van subiendo sin parar,
hasta llegar a formar
dos filas sobre la aleta.

Después, a los barquinazos,
mueve; al ruido de las cuñas,
clava el varero las uñas
queriendo hacerse pedazos;
y al sonar los latigazos
como tiros de pistola,
se hace el ladero una bola
y se afirma el cadenero,
como gato cocinero
que lo tiran de la cola.

Rumbeando pa la estación
un día que había cargao,
se tuvo que hacer a un lao
pa darle paso a un camión.
Y desde aquella ocasión
quedó atrás, y se ha perdido:
el asfalto no ha podido
resistir todo su peso,
y se quedó en el espeso
tembladeral del olvido.

Hoy está pa gallinero,
pero cargada de gloria,
y ya ha pasao a la historia
su pintoresco letrero.
Todo el lujo de su apero
se fue con ella, también...
¡Ya no corta el terraplén
la chata de Lobería,
que en otros tiempos solía
pasar con rumbo al Quequén!

Abraham and Sara de El Gaucho Bataraz

Abraham manda a Sara a ararla a la chacra,
arrastra la rastra, la cansa la gasta,

Abraham la masacra ya...
la Sara trabaja.
Sara cara a cara agarra la azada,
alambra la casa,paga la canasta,

la Sara trabaja ya...
Abraham nada nada.
La Sara trabaja,
Abraham nada nada.
La Sara trabaja,
Abraham nada nada, nana.

Abraham, haragán,
larga la plata pal pan,andá a trabajar.

Sara planta papas, patatas a pala,
hacha calabazas, atrás la cachaza,
ata ya la cabra, la vaca la ataca,
la Sara la calma, amasa la masa,
la baña a la chancha.

La caca la mancha, la Sara la casca,
la caga a patadas hasta matarla...
macabra la Sara,la mata,la sangra,
la lava,la sala,la carga a la chata,
la manda a la casa a asarla a las brasas.

Ya pancha llama a Abraham... a mascarla!!..ahá...basta!

Sara anda agachada, gastada la calza,marcada la tanga.
Abraham alza carpa...catanga las brazas!
La alcanza, la atrapa, la caza, la arrastra a la cama, arranca la falda,
saca las can can, la faja, la bata, la ama...caramba!

Las sábanas blancas gastadas
tapan a la Sara las nalgas paspadas!

Abraham haragán,largá la plata pal pan.
Abraham va al bar tras la Dama Juana,
malgasta la plata ganada a las cartas a la taba.
La llama a Samanta para tragar Fanta,a las carcajadas,
garana.Astaba sarana la mar,astaba sarana.
Sara canta nanas, palmadas da Sara.
La charla, la hamaca, la sana.
Amamanta ñata, da a mamar las mamas a cada mañana.

Alabada Sara!
Saras cui saras...
o no saras nada!!

Abraham,larga la plata pal pan,
anda a trabajar,haragán!!

Mi potrillo tordillo de Atahualpa Yupanqui

En la esquina del potrero estaba echado mi tordillo
como esperando a la muerte pa' descansar un ratito,
las quijadas medio mora sentecau y como un vicio
entre las vistas cansadas de tiempo, sol y caminos
le enredaban el paisaje los zumbos del mosquerio.

Malaya, triste destino los caballos argentinos.

Yo andaba emparvando un pasto cuando freno con gran ruido
un camion lleno de fletes, zainos, bayos, ruanos, pintos.
El hombre me oferto plata pa' llevarse mi tordillo
le dije: "No, muchas gracias"."Pa que lo quiere", me dijo,
"si ya no sirve para nada y yo le pago ahora mismo
y en vez de que muera aqui que muera en el frigorifico".

Malaya, triste destino los caballos argentinos

Le di las gracias de nuevo por no voltearlo de un chirlo
despues atine a decirle: "Siga nomas su camino,
dejelo al flete que muera la muerte que el ha elegido,
en su cielo y su paisaje, en su tierra y su camino
ande termina el alambre y empiezan los espinilos".

Malaya, triste destino los caballos argentinos.

No tenga miedo ni pena mi viejo potro tordillo
que a usted no lo lleva naide pa'l lado de los frigorificos.
Me voy a quedar medio solo cuando usted se me haiga ido,
despues que lo haiga enterrao voy a plantar un arbolito
Una sombre pa' la sombra del recuerdo de un amigo,
sera como verlo cerca,como tenerlo conmigo
en su cielo y su paisaje en su tierra y su camino
ande termina el alambre y empiezan los espinillos.

Malaya, triste destino los caballos argentinos.

El doradillo mentao´ ( Letra: Luis Acosta García- Musica:Alberto Merlo)

Una vez supe tener como reliquia conmigo
un flete... ¿cómo les digo que era todo mi querer?
En cuestiones de correr fue siempre muy respetao,
en tuitas partes que he andao sus prodigios admiraban,
y por eso lo llamaban el doradillo mentao.

Una vuelta me invitaron a una yerra en lo de Luro,
que fue intento, lo aseguro, por lo tanto que rogaron;
los caballos prepararon los peones y el encargao,
pa dejarme abochornao cuando yo fuese a enlazar,
y pa hacerme reventar el doradillo mentao.

Pero yo, que malicié, después de atarme la vincha,
le apreté juerte la cincha y con orgullo monté;
pal rodeo enderecé, desenrollé mi trenzao,
y al traerme un toro enlazao -las astas sangrientas, rojas-
hacía jugar las coscojas el doradillo mentao.

Las chinas, que admiraban de ese flete las acciones,
entre ponderaciones las manos juerte golpeaban,
cuando vi que se apartaban rumbeando pa nuestro lao.
Una de ellas, del peinao sacó una cinta argentina,
y me dijo: "Es pa las crinas del doradillo mentao".

Al patrón no le gustó el triunfo de mi caballo,
y encocorao como un gallo a correr me desafió;
un pingo zaino sacó, que lo tenía tapao,
pingo mestizo, mimao, pura canilla y pescuezo:
lo desafió por mil pesos al doradillo mentao.

Enseguida nos juntamos aceptando la carrera,
y al bajar de la bandera sin ventaja convidamos;
al emparejar largamos, y al verme medio igualao
le di un chirlo y, encelao, mi flete llegó primero,
redoblándome el dinero el doradillo mentao.

Pero la desgracia un día muy malo me castigó:
un indio me lo robó con tuitas sus picardías.
Me fui pa las tolderías, aunque en vano me arriesgué,
porque ni el rastro encontré de aquel pingo tan querido,
y hoy vivo para el olvido del doradillo mentao.

El lunar de mi tropilla (de Omar Menviele - Hecho por Alberto Merlo ó Letra:Omar Menviele- Musica: Alberto Merlo como mas les guste)

Pico blanco, gargantilla y zarco del lao del lazo,
supe tener un picazo de lunar en mi tropilla.
Era de laya sencilla y sin yel pa galopiar:
yo lo he sabido probar en destintas ocasiones,
cuando esigían los patrones saberse desempeñar.

Picazo, mi pensamiento sincero quiero atracarte,
y dentrar a alabancearte como es tu merecimiento.
No es charla 'e cocina o cuento ponderear tus condiciones;
son verdades que a montones fueron quedando a tu paso...
¡Por que vos juiste, picazo, motivo 'e conversaciones!

Cuando dentraba a un poblao y pisaba la gramilla,
se hacía un arco y de costilla se paseaba atravesao.
A veces, de lao a lao de la calle solía dir.
Pa mí era "el de conseguir", y por culpa 'e las mujeres
lo enllené de amaneceres y de noches sin dormir.

A una yerra de convite donde cayí de goloso,
hice yunta con un mozo al que no le di desquite.
Como verso de confite quedó el paisano, tirao:
se le acabó un colorao más ligero que un balazo,
y yo seguí en el picazo como si hubiera empezao.

Por eso es que en este día en que lo estoy recordando,
con gusto le voy cantando la mejor milonga mía.
Es tan grande mi alegría cuando le canto al picazo,
porque en verdá, fue un pingazo el lunar de mi tropilla:
pico blanco, gargantilla y zarco del lao del lazo.

Mensual de campo de Alberto Merlo

En qué potrero lejano se prolongará su marcha
abajo dureza de escarcha, o trebolar de verano;
tras qué ternero orejano o rastro de yeguarizo
en el pangaré mestizo, o el malacara lunanco
irá recorriendo al tranco el horizonte rojizo.

Lo enlutaba la gorilla y el sombrero con ribete
y andaba siempre paquete de botas de cabritilla
solo adornaba una hebilla su ciento de cuero crudo
era fuerte, corajudo, y serio como un facón
de poca conversación, pero atento en el saludo.

Debajo del cojinillo acostumbrara llevarla
cuchilla de cueriar, de corvo cabo amarillo,
tenía un recao´sencillo, corto a la usanza surera,
y al borde de la encimera la california tocaba
con ruido seco de aldaba la llave torniquetera

Con parecido reflejo al de su sonrisa franca
la cinta de lona blanca, listaba el apero viejo,
tusaba liso y parejo, dejando un martillo bajo
y usó para su trabajo, con escondida jactancia
en vez de los de la estancia los dos caballos que trajo.

Uno liviano y ligero, el pangaré ya nombrao´
tenía paso cortao´y laya de parejero,
arroillado, coscojero y pronto para montar
aunque manso en el andar, cualquier madrugada fría
en un arranque podía rastrarse a corcoviar.

La estampa del malacara salvo el anca defectuosa
era bruñida y vistosa, del lomo a la frente clara
reciedumbre de tacuara que en cada nudo reluce
ancho y renegrido el tuce y brasa encendida el pelo
como si tal cosa al suelo tumbaba una vaca al cruce.

Hombre y caballo parecen unirse en una figura
sobre la larga llanura por donde desaparecen
y entre vislumbres que mecen su incertidumbre en un giro
aun imagino que miro su porte cuando se fue
montao´ en el pangaré y el malacara de tiro.

Estación de vías muertas de Luis Domingo Berho

Estación vieja y deshecha que fuiste una romería,
cuando era todo alegría pa los tiempos de cosecha.
Hoy parece que te pecha el mancarrón del olvido,
quién sabe por dónde han ido bolseros y capataces,
hombres fuertes y capaces que pa siempre se han perdido.

Ya no se ve ni un linyera pal lao del embarcadero,
ni una estiba con letrerode una firma cerealera.
Ya por tu enorme tranquera no dentra ninguna chata,
el carrero no desata su famosa caballada,
ni descarga en la planchada las bolsas por la culata.

Ya no hay muchachas bonitas paseando por el andén,
que iban a esperar el tren en las lindas tardecitas.
Contra tus vías limpitas no se estrella el sol radiante,
y en esa quietud constante de las ruinas que allí quedan,
ya ni se mueve la rueda de tu molino gigante.

El cambista no camina con la blusa azul aquella,
ni la máquina resuella con su aliento de neblina;
ya no están en la oficina ni el jefe ni el auxiliar,
ya no se oye repicar el telégrafo tampoco,
y los gorriones, de a poco,han terminao por copar.

Tu señal está tranquila,tus galpones carcomidos;
en esos rieles dormidos ya no hay vagones en fila.
No se ve ninguna pila sobre tu playa desierta;
tu campana no despierta y es su badajo oxidao...
¡un lagrimón olvidao llorando una vía muerta!

Pero el poncho no aparece de Argentino Luna

Todos pidieron que cante,
y ahí nomás solté al camino
una tropilla de trinos
que marchaban p'adelante.
Como en esto soy constante
y el canto en mi pecho crece,
dejé como tantas veces
mi poncho pampa a un costao.
Hoy la fiesta ha terminao...
¡pero el poncho no aparece!

Aquél que llevó ese abrigo
sabiendo que no era el dueño,
no se enterará ni en sueños
que ese poncho era mi amigo;
él fue el único testigo
de mis dichas y reveses,
el pensarlo me enternece,
pero con eso... ¿qué gano?
Son todos buenos paisanos,
pero el poncho no aparece...

Fue justo en Semana Santa
que alguien me hizo la gauchada,
¡si parece una humorada
robarle un poncho al que canta!
Mi suerte no ha de ser tanta
p'hallar un poncho como ése,
¡me cobijó tantas veces
en noches de serenata!
Por hallarlo oferté plata,
pero el poncho no aparece...

¡Vieran qué pena que siento
por perder mi poncho pampa,
y por aquél que con trampa
me lastimó en un momento!
Pero, paisanos, no miento,
si el que lo tiene dijese:
"¿qué hago si el poncho aparece?"
y me explica los porqué,
¡Yo se lo regalaré...
pero el poncho no aparece!